Hay artistas cuyas obras se reconocen de inmediato. No es porque repitan el mismo motivo o porque carezcan de ideas. Simplemente su identidad creativa se manifiesta en sus pinturas o esculturas de tal modo que, aunque no aparezca su nombre, se reconoce su talento-y por lo tanto su presencia- en ellas. 

Quizás quienes escribimos esta nota tengamos algo de culpa. Tendemos a encontrar patrones que nos permitan vincular las obras a sus autores. Platón sostenía que conocer es recordar. ¿Por qué a objetos tan disímiles como una superficie redonda con tres patas y una rectangular con cuatro las llamamos mesa o a ejemplares tan diferentes como un chihuahua y un dóberman los llamamos perros? Según el filósofo se debe a que antes de llegar al mundo material hemos conocido sus arquetipos, los auténticos y originales mesa y perro, y en vida percibimos en objetos y seres sus reminiscencias. No coincidimos plenamente con él, pero sus observaciones nos permiten encontrar la punta de la madeja: identificamos rasgos en unos que luego detectamos en otros, generando asociaciones instantáneas.

Así nos ha ocurrido con otros escultores, como Ron Mueck[1], Stephan Balkenhol[2], Emily Young[3], Katharina Fristch[4] y Jim Rennert[5], entre otros. Ahora le toca el turno al artista parisino Xavier Veilhan.

Sus obras integran elementos cubistas con materiales de uso industrial, generando imágenes hondamente humanas a pesar de su rigidez estructural. Consisten en siluetas con volumen de aspecto facetado: numerosas superficies planas dispuestas geométricamente hacen que la luz se refracte sobre ellas.

Las figuras carecen de ojos, narices y manos. Sin embargo, se advierte la forma y se intuye el detalle. Los colores metálicos puros realzan esa percepción que las hace únicas. Desde luego, sería exagerado decir que el que ha visto una obra suya, ha visto todas, pero hay rasgos en algunas de sus obras que se reiteran y permiten reconocerlas con facilidad.

RENZO PIANO Y RICHARD ROGERS (2013)

En la plaza Edmond Michelet de París se encuentran dos esculturas que parecen una sola composición: las de Renzo Piano y Richard Rogers, los geniales creadores del vecino Centro Pompidou.

Son dos imponentes figuras de acero inoxidables que descansan sobre bases de color verde. La figura de sentada y tonalidad oscura corresponde a Renzo Piano; la figura de pie y del mismo color de los soportes corresponde a Richard Rogers.

Richard Rogers es uno de los grandes arquitectos de nuestro tiempo. Entre las obras suyas que hemos podido contemplar se encuentran el futurista Edificio Lloyd’s de Londres y el edificio de 20 Times Square de New York.

Renzo Piano también ha llevado a cabo creaciones extraordinarias; entre las que hemos admirado se encuentran el edificio Shard de Londres, con aspecto de pirámide alargada y la nueva entrada a la Pierpoint Morgan Library de New York, que fuera la residencia del banquero J. P. Morgan.

Además, hemos escrito sobre una obra suya, el Withney Museum de New York[6].

JEAN-MARC (2012)

Emplazada también al aire libre en la esquina de 53rd Street y 6, esta escultura azul cobalto inconfundiblemente pertenece al mismo autor. Hecha en acero inoxidable y recubierta con poliuretano alcanza una altura de 4 metros.

Su título proviene del artista plástico francés Jean-Marc Bustamante, a quien la estatua -como la llama el propio Veilhan- está dedicada. 

ACERCA DE XAVIER VEILHAN

Xavier Veilhan nació en Francia en 1963. Vive en París. Desde mediados de los ’80 ha incursionado en una amplia gama de vertientes artísticas, tales como escultura, pintura, cine y fotografía. José Juan Barba ha descrito en forma precisa su perfil creativo: “su obra rinde homenaje a los inventos e inventores de la modernidad, a través de un lenguaje artístico formal que mezcla los códigos de la industria y el arte”[7]. En 2014 rediseñó el castillo de Rentilly y en 2015 dirigió dos películas. Sus obras pueden admirarse en distintas ciudades de Francia, en New York, Seúl y Shanghai.

© Pablo R. Bedrossian, 2023. Todos los derechos reservados.

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REFERENCIAS

[1] Ver nuestro artículo “Las asombrosas esculturas de Ron Mueck”, 5/2/2014, https://pablobedrossian.com/2014/02/15/las-asombrosas-esculturas-de-ron-mueck-por-pablo-r-bedrossian/

[2] Ver nuestro artículo “Las esculturas de Stephan Balkenhol: homenaje al hombre común”, 05/04/2016 https://pablobedrossian.com/2016/04/05/las-esculturas-de-stephan-balkenhol-homenaje-al-hombre-comun-por-pablo-r-bedrossian/

[3] Ver nuestro artículo “Emily Young y sus cabezas de piedra”, 29/10/2017 https://pablobedrossian.com/2017/10/29/emily-young-y-sus-cabezas-de-piedra-por-pablo-r-bedrossian/

[4] Ver nuestro artículo “’El gallo” de Katharina Fristch”, 7/72018, https://pablobedrossian.com/2018/07/07/el-gallo-de-katharina-fristch-por-pablo-r-bedrossian/. De todos modos, aún nos falta publicar un artículo sobre otras obras suyas que reconocimos instintivamente. 

[5] Ver nuestro artículo “Guido Deleu y Jim Rennert: ¿dos artistas y una misma idea o dos ideas y un mismo resultado?”, 13/10/2019, https://pablobedrossian.com/2019/10/13/guido-deleu-y-jim-rennert-dos-artistas-y-una-misma-idea-o-dos-ideas-y-un-mismo-resultado-por-pablo-r-bedrossian/ El artículo es un caso exceso de patronitis. Bromas aparte, asociamos obras de autores diferentes, creyendo que eran de un mismo autor, pero se pueden ver la correspondencia de rasgos comunes en la obra de Jim Rennert en la sección “Los hombres de negocios de Jim Rennert (2015-2020)” de nuestro artículo “Las 7 nuevas maravillas de New York”, 16/6/2021,https://pablobedrossian.com/2021/07/16/las-7-nuevas-maravillas-de-new-york/

[6] Ver la sección “Nueva sede del Withney Museum (2015)” de nuestro artículo “Las 7 nuevas maravillas de New York”, 16/6/2021,https://pablobedrossian.com/2021/07/16/las-7-nuevas-maravillas-de-new-york/

[7] Barba, José Juan, “Esculturas de Richard Rogers y Renzo Piano por Xavier Veilhan cara a cara en el Pompidou”, Metalocus, 28/9/2917, https://www.metalocus.es/es/noticias/esculturas-de-richard-rogers-y-renzo-piano-por-xavier-veilhan-cara-a-cara-en-el-pompidou

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