Serie GRANDES ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS
“Las esculturas de Ron Mueck reproducen fielmente los detalles del cuerpo humano y si no fuese por el tamaño serían confundidas sin dudas con personas” . Carlos Alberto Gouvêa Chateaubriand. (Presidente del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro)
«En las obras de Ron Mueck uno observa las criaturas por fuera y las intuye por dentro».
Vimos por primera vez las esculturas de Ron Mueck en 2006, en una presentación en PowerPoint, de esas que llegaban en cadenas por correo electrónico, antes que Facebook universalizara la comunicación de nuestras preferencias. Quedamos conmovidos. La extraordinaria humanidad de sus figuras contrastaba con la monumentalidad o pequeñez de su tamaño.

Nacido en Australia en 1958, este original artista se radicó en el norte Londres para crear obras cuyos temas son esencialmente humanos. Más que figuras construye personajes, cuyo mundo interior se revela a través de sus expresiones, modeladas con silicona, fibra de vidrio o acrílico.

Sus esculturas no muestran pasión o histrionismo sino las emociones corrientes, disimuladas bajo una corteza de neutralidad pero reveladas en una mirada, una posición o en el gesto de las manos. Una excepción la constituye una naturaleza muerta, un gigantesco pollo desplumado, que cuelga como si estuviera listo para la venta.

Durante una visita a Buenos Aires en 2014 pudimos admirar personalmente sus obras cuya realismo (o, como algunos insisten, hiperrealismo) supera largamente todo lo que pudimos admirar en las fotografías mencionadas al principio. No sería aventurado proponer que Ron Mueck cultiva una suerte de ilusionismo escultórico, pues sus personajes parecen tener vida, una vida latente que en cualquier momento puede ponerse en movimiento, mientras que su volumen nos advierte que no pertenecen al mundo biológico, sino más bien al mundo de los sueños, que es el de los símbolos.

Buenos ejemplos son su Máscara II, donde la vida se reduce a un rostro dormido con la boca entreabierta, Man in a boat donde un hombre desnudo con los brazos cruzados marcha a la deriva.

Al arco iris de la experiencia humana ha incorporado obras con dos personajes, un arte de relaciones, porque pasa de la sensibilidad individual a la circunstancial, dándole un contexto: La proximidad con otro ser humano ante el cual se reacciona. Vemos una madre con su bebé, una pareja de adolescentes con sus relaciones conflictivas o dos ancianos tomando sol con un pasado desconocido a cuestas, que a la vez los une y los separa. Parece decir que nada de lo que sentimos puede manifestarse sin el otro.
ALGUNAS ESCULTURAS DE RON MUECK
Las obras de Mueck asombran, porque a pesar de sus proporciones imposibles, se parecen demasiado a nosotros. Presentamos algunas de ellas:






ACTUALIZACIÓN 2017:
A fines de 2016 visitamos el Hirshhorn, un museo de arte moderno que pertenece a la Smithsonian Institution, en Washington D.C.. Nos sorprendió encontrar allí, solitaria en un rincón, una colosal creación de Ron Mueck.
Aunque no tiene título, se la conoce como “Big Man”. A simple vista, parecería un ser humano, si no fuera por su descomunal tamaño.

Se trata de un hombre desnudo, obeso y calvo, sentado en el piso con las piernas flexionadas, que parece estar en su madurez.

El lenguaje corporal de la figura revela preocupación y desconfianza a través de su mirada -dirigida hacia abajo y a la derecha-, del ceño fruncido, y de la posición de los brazos; también el torso, inclinado hacia abajo y adelante, comunica abatimiento.
La enorme figura se aproxima a una posición fetal, impactando al observador por el severo contraste entre la fuerza de su volumen y la sensación de impotencia que sugiere su postura.

Creada en el 2000 en resina de poliéster pigmentado sobre fibra de vidrio, la obra confirma la singular habilidad del genial artista australiano para comunicar estados de ánimo, mediante una perfecta recreación de la anatomía que sin proponérselo se acomoda a las diversas circunstancias.



© Pablo R. Bedrossian, 2014, 2107. Todos los derechos reservados, a excepción de los correspondientes a las fotografías de la nota original publicada en 2014.
NOTAS:
Recomiendo ver el documental que Gautier Deblonde filmó en el atelier de Ron Mueck, donde se lo observa trabajar con dos asistentes, de un modo sobrio, casi en completo silencio.
También sugiero adquirir el libro o cuadernillo «Ron Mueck» editado por la Fundación Proa, y dentro de él leer el excelente ensayo de Justin Paton sobre esta exhibición, que en total consta de nueve esculturas, las cuales mostramos en su totalidad.
CRÉDITOS MULTIMEDIA:
Como en la exposición que visité en la Fundación Proa, en el barrio de La Boca de Buenos Aires, estaba prohibido tomar fotografías, todas las imágenes fueron descargadas vía Google desde Internet (desconozco quiénes son los autores) y corresponden a las obras exhibidas allí. La mayoría pudo haber sido tomada en la exposición de París (2013), y, las restantes, en otras anteriores.
Todas las fotografías de la obra sin título del Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, de Washington DC, fueron tomadas por el autor de esta nota y no está permitida su reproducción sin su autorización escrita.
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