LA VENUS DE MILO EN BUENOS AIRES (por Pablo R. Bedrossian)

La Venus de Milo es una de las esculturas más conocidas y reproducidas del mundo. En realidad, deberíamos hablar de la Afrodita de Milo por ser una escultura griega. Venus es el nombre romano que se le dio a la diosa del amor y la belleza. Su elegante figura, la cabeza pequeña, el torso levemente girado y los brazos partidos la hacen fácilmente reconocible aun a los niños.

La Venus de Milo fue hallada por un campesino en la isla griega de Melos o Milo en 1820. En la cercanía se encontraron otros dos fragmentos que probablemente correspondan a la misma obra: una mano izquierda sosteniendo una manzana y un brazo superior. Sin embargo, hay quienes creen que los brazos se rompieron y perdieron durante su traslado a Francia.  

Luego de una negociación en la que intervino un sacerdote ortodoxo, la Venus de Milo fue adquirida por un oficial francés en nombre del embajador de su país en Constantinopla. La estatua llegó a Francia en 1821; tras recibirla, el rey Luis XVIII la entregó al Museo del Louvre donde se encuentra en la actualidad.

LA FECHA

La Venus de Milo corresponde al periodo helenístico, que se desarrolló desde Alejandro Magno (mediados del siglo IV a.C.) hasta el nacimiento del Imperio Romano (finales del siglo I a.C.). Este periodo fue precedido por el periodo clásico del arte griego, caracterizado por un modelo ideal de perfección. El helenístico significó un cambio de paradigma: lo particular por encima de lo universal y lo momentáneo sobre lo eterno[1]. Los rostros de las esculturas clásicas son uniformemente bellos; las esculturas helenísticas presentan los rasgos propios de cada individuo; muestran emociones y se alejan de lo perfecto.

Se supone que la venus de Milo fue esculpida entre los años 150 a 50 a.C.[2], aunque la fecha es incierta[3]. Tampoco se conoce el nombre del escultor. Sin embargo, la obra tiene precedentes pues el motivo de Afrodita (Venus) es recurrente en el arte clásico. Se cree que tanto la Venus de Milo como la Afrodita de Capua, cuyo original está en Nápoles, Italia, tomaron como modelo una Afrodita creada por Lisipo en el siglo IV a.C., hecha en bronce, actualmente desaparecida.

LAS VENUS DE MILO EN BUENOS AIRES

Como ya hemos expuesto, el Museo de Louvre creó un taller de calcos en 1794 con el propósito de generar ingresos mediante la venta de réplicas de piezas famosas de su inventario. Los calcos son copias realizadas en moldes obtenidos de las esculturas originales en los cuales se vierte yeso y se espera hasta que fragüe. Al certificar sus calcos, el Louvre daba legitimidad a la réplica adquirida, incluyendo a partir de mediados del siglo XIX en forma obligatoria una estampilla y una plaqueta para combatir falsificaciones y copias[4].

Entre 1903 y 1905 el artista argentino Eduardo Schiaffino fue designado por el gobierno nacional para negociar en Europa la compra de varios calcos. En 1905 el propio Schiaffino elaboró un catálogo manuscrito de las piezas en las cuales e incluye la Venus de Milo en yeso cuyas medidas describe como “2.16 x 0.60”, unos 5 cm más alta que la original, mencionando el Museo del Louvre como origen[5].

Hoy puede admirarse en el Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de la Cárcova, ubicado en la esquina de la Avenida España con el Boulevard Elvira Rawson de Dellepiane, en la Costanera Sur, Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí se encuentran también calcos en tamaño real de la Victoria de Samotracia[6]y el David[7] de Miguel Ángel, sobre los cuales ya hemos escrito.

El Museo de la Cárcova ocupa lo que fueron las caballerizas del Lazareto, un antiguo centro de inspección veterinaria. En 1923 el sitio fue remodelado para que funcionara allí la Escuela Superior de Bellas Artes, institución creada por el propio de la Cárcova. En 1928 se añadió el actual Museo de Calcos, tal como se lo conoce popularmente, con un propósito didáctico que mantiene hasta hoy: ofrecer modelos en tamaño real a los futuros artistas.

LA AFRODITA DE CAPUA EN BUENOS AIRES

Hemos mencionado que la Venus de Milo y la Afrodita de Capua fueron inspiradas por una Venus de Lisipo del siglo IV a.C. Esta Afrodita de Capua fue esculpida en tiempos del emperador Adriano (principios del siglo II d.C.) y se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia. Hace no muchos años los porteños gozaron de una oportunidad extraordinaria: la pieza fue exhibida en el Museo Nacional de Bellas Artes del 15 de noviembre de 2018 al 17 de febrero de 2019[8]. Sin embargo, hoy pueden continuar admirándola: existe una hermosa copia hecha en mármol[9] ubicada en una plazoleta sobre la esquina de la calle Guido[10] con la calle Juncal. Se desconoce su autor y la fecha de su creación.

LA ESTATUA

La Venus de Milo está esculpida en dos partes principales, superior e inferior, que fueron unidas con clavijas verticales. Hecha en mármol blanco, mide 2.11 metros de altura contando el diminuto pedestal. Muestra una cabeza pequeña con el cabello finamente recogido. La mitad superior está descubierta con una ligera rotación del busto que le provee sensación de movimiento. El delicado trabajo muestra superficies planas casi sin relieves.

La sensualidad de la figura de Venus se corresponde con su título de diosa del amor y la belleza. La parte inferior comienza con un vestido que apenas cubre el pubis (¿acaso la mano derecha perdida sostenía sugestivamente la tela y la izquierda la manzana?) y muestra una gran cantidad de pliegues que contrastan con la textura lisa y pulida de la parte superior. La rodilla izquierda cubierta por la falda se insinúa levemente flexionada hacia adelante.

El hombro derecho y la pierna izquierda quedan enlazados por una línea oblicua imaginaria mientras que el hombro izquierdo se conecta con la pierna derecha mediante una línea curva. Los efectos de la luces y sombras sobre la túnica destacan la sensualidad de la estatua que pareciera tener un delicado movimiento helicoidal.

LA VENUS DE MILO Y FAKE NEWS PARA SONREÍR

Terminamos con una graciosa fake news en tono de sorna, atribuida a Oscar Wilde (no hemos podido corroborar si realmente salió de su pluma). Trata sobre un millonario de las Montañas Rocosas en Estados Unidos que envío a un amigo un regalo especial: una Venus de Milo en tamaño natural. Cuando el destinatario revisó la escultura y notó que le faltaban los brazos, puso una demanda por daños contra la empresa transportista. Desde luego, el juez le dio la razón.

© Pablo R. Bedrossian, 2021. Todos los derechos reservados.


REFERENCIAS

[1] Bruneau, Philippe; Torelli, Mario; Barral I Altet, Xavier; Guillot de Suduiraut, Sophie, “Sculpture”, Vol. 1: “From Antiquity to the Middle Ages”, Taschen, 1999, p.97

[2] Krousser, Rachel, Op. cit., p.231

[3] Bruneau, Philippe; Torelli, Mario; Barral I Altet, Xavier; Guillot de Suduiraut, Sophie, Op. Cit., p.13

[4] Gallipoli, M. “Las Victorias: de Samotracia a Buenos Aires. Calcos en yeso en el Museo Nacional de Bellas Artes y en la Escuela Superior de Bellas Artes en la primera mitad del siglo XX”. Modos. Revista de História da Arte. Campinas, v. 2, n.2, p.293-309, mayo 2018. Disponible en https://www.publionline.iar.unicamp.br/index.php/mod/article/view/1059  

[5] Martínez Álvarez, Maximiliano, “Catálogo de calcos de Eduardo Schiaffino en el M.N.B.A., 1905”, Centro de Arqueología Urbana. 02/08/2013, actualizado 17/08/2016, p.8, http://www.iaa.fadu.uba.ar/cau/?p=4135; Allí se puede acceder al manuscrito completo.

[6] Nuestro artículo “La Victoria de Samotracia en Buenos Aires”, 2016,2020, se puede leer en https://pablobedrossian.com/2016/03/13/la-victoria-de-samotracia-portena-por-pablo-r-bedrossian/

[7] Nuestro artículo “El ‘David’ en Buenos Aires”, 2020, puede leerse en https://pablobedrossian.com/2016/03/13/la-victoria-de-samotracia-portena-por-pablo-r-bedrossian/

[8] “Afrodita de Capua”, https://www.bellasartes.gob.ar/exhibiciones/afrodita-de-capua/

[9] Gutiérrez, Nicolás Gabriel, “Mármol y Bronce, Esculturas de la Ciudad de Buenos Aires”, Olmo Ediciones, Buenos Aires, Argentina, 2015, p.629.

[10] Nuestra referencia a la Afrodita de Capua en mármol se puede leer en nuestro artículo “La calle Guido: sus Escaleras y otras Curiosidades”, 2017, en https://pablobedrossian.com/2017/05/01/las-escaleras-y-otras-curiosidades-de-la-calle-guido-por-pablo-r-bedrossian/


CRÉDITOS MULTIMEDIA

Todas las fotografías fueron tomadas por el autor y a él le pertenecen todos sus derechos.

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