BUENOS AIRES Y LOS GRANDES ESCRITORES ARGENTINOS (por Pablo R. Bedrossian)

Hemos tenido la oportunidad de conocer personalmente a dos de los más grandes escritores argentinos: a Jorge Luis Borges y a Ernesto Sábato. Siempre lamentamos no haber podido conversar con Julio Cortázar. Estas tres figuras conforman para nosotros el podio de las Letras argentinas. Muy cerca de ellos ubicamos a Adolfo Bioy Casares y a Manucho Mujica Lainez.

Ernesto Sábato. Foto del autor de esta nota.

En nuestro último viaje a Buenos Aires, nos propusimos recorrer lugares relacionados con los creadores más distinguidos de la Letras argentinas. El entorno es una inevitable influencia y sus obras no serían lo que son si hubieran nacido, crecido o vivido en otro sitio.  

JORGE LUIS BORGES

10 de septiembre de 1984.

– ¡Hola! Con Jorge Luis Borges, por favor.

–  Borges habla.

–  Mucho gusto. Soy un joven lector que desea conocerlo.

– ¿Tendría Ud. inconveniente en acompañarme a dar un paseo? El médico me recomendó caminar treinta cuadras por día.

–  Cómo no.

–  Véngase que lo espero.

De inmediato nos dirigimos a su departamento ubicado en la calle Maipú 994, 6º piso, departamento B, a pocos metros de la plaza San Martín, en el corazón de Buenos Aires[1].

En el edificio había una placa que lo recordaba, que hace desapareció, probablemente por cuenta de amigos de lo ajeno.

Continuando el relato de aquel encuentro, Borges nos pidió que lo lleváramos a la Librería El Ateneo de Florida 340 para comprar un libro de sonetos de Enrique Banchs, que en la ocasión le obsequiamos. Mientras con su mano derecha se aferraba a un pintoresco bastón que le habían regalado en la provincia de Misiones, con su brazo izquierdo se tomó fuertemente de nuestro brazo derecho. Al llegar a la esquina de Florida y Tucumán, nos dijo:

– Yo nací a dos cuadras de aquí; en ese tiempo no había casas de altos

Aquella vivienda, hoy desaparecida, estaba ubicada en Tucumán 840. Luego se trasladó con su familia a Palermo, a una casa de la calle Serrano (hoy Borges[2]) 2135. En su poema Fundación Mítica de Buenos Aires, menciona la manzana donde creció:

Una manzana entera pero en mitá del campo

presenciada de auroras y lluvias y sudestadas.

La manzana pareja que persiste en mi barrio:

Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga.

Hoy lo recuerda no solo el nombre de la calle sino también un mural con su imagen.

A los 13 años se trasladó con su familia a Ginebra, Suiza; también vivió durante un breve lapso en España. Luego volvió a la Argentina donde pasó la mayor parte de su vida. Ya gravemente enfermo, decidió retornar a Ginebra donde yace enterrado.

Pero Buenos Aires lo recuerda de muchas maneras. Por ejemplo, en el Jardín de los Poetas de El Rosedal de Palermo hay un pedestal coronado por un escultura que reproduce su cabeza. Fue inaugurada en 1996 y una placa indica que es creación del artista Carlos Estévez[3].

Muchos conocen el Centro Cultural Borges ubicado en las Galerías Pacífico. Su frase “Nadie es la patria, pero todos los somos”[4] fue retirada -bajo argumentos poco creíbles- del Centro Cultural Kirchner[5]. En un rincón del Café Tortoni había una escultura del gran escritor argentino; lucía extraño, más joven, con el cabello más largo, sentado y con su bastón, junto a las figuras de Carlos Gardel y Alfonsina Storni. Era creación del artista plástico Gustavo Fernández y fue donada en 2006[6]. En nuestra última visita no la encontramos; suponemos que fue movida de lugar.   

De todos modos, en el Tortoni también hay un busto de Borges, realizado por el escultor Juan Carlos Ferraro; es copia del que se encuentra en el Museo de Esculturas Luis Perlotti.

En la confitería La Biela hay otra escultura suya a cuerpo completo, donde se lo muestra como habitué junto a su entrañable amigo, el escritor Adolfo Bioy Casares. Fue realizada por Fernando Pugliese e instalada en 2012.

Borges vivió en la Recoleta con su familia, primero en avenida Quintana 222 y luego en el 263 de la misma arteria[7].

ADOLFO BIOY CASARES

No solo la amistad unió a Bioy Casares con Borges, sino también una intensa colaboración literaria. Bajo el pseudónimo H. Bustos Domecq publicaron “Seis problemas para dos Isidro Parodi” y “Dos fantasías memorables”. Con el pseudónimo B. Suárez Lynch publicaron “Un modelo para la muerte” y con sus verdaderos nombres “Los orilleros – El paraíso de lo creyentes”, “Crónicas de Busto Domecq” y “Nuevo cuentos de Bustos Domecq”[8].

Además, entre otras curiosas colaboraciones, coescribieron un folleto para la recordada empresa láctea La Martona y una guía -hoy inconseguible- para la empresa de aviación Varig[9]. Además, en 2006 Bioy Casares publicó “Borges”, una selección de su diario personal con las menciones a Borges… ¡de más de 1600 páginas!!![10]

El autor de “La invención de Morel” y “Diario de la Guerra del Cerdo” vivió muy cerca de “La Biela”, en Posadas 1650, junto a su esposa, la escritora Silvina Ocampo, hermana de la mecenas de las artes Victoria.

El diseño del edificio, que fue inaugurado en 1932, estuvo a cargo del prestigioso arquitecto Alejandro Bustillo, por encargo de Doña Ramona Aguirre de Ocampo[11], quien cedió un piso a cada una de sus cinco hijas.

En 2011, una de las dos cuadras de la calle Eduardo Schiaffino, la que va de la calle Posadas a la avenida Alvear, vecina al edificio, recibió merecidamente el nombre de Adolfo Bioy Casares.

JULIO CORTÁZAR

Este maravilloso escritor argentino curiosamente no nació ni murió en Argentina. Julio Cortázar vio la luz en Ixelles, al sur de Bruselas, Bélgica, y falleció en París, Francia. Hijo de un diplomático que abandonó el hogar cuando el escritor apenas 6 años, creció en Banfield junto a su madre, una tía y su hermana Ofelia “en una casa con jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras”[12]. De allí se trasladaron al porteño Barrio Rawson, más conocido como Agronomía, en la zona de Villa del Parque. Residieron en un antiguo edificio de cuatro plantas ubicado en la calle Artigas 3246, tal como una placa lo indica, frente a una placita. El sector es un bello y silencioso oasis urbano poblado árboles.

Una calle vecina al edificio desde 1994 se llama Julio Cortázar[13]; en la esquina con la calle Artigas hay un café que se llama Rayuela. También en las cercanías, al viejo puente sobre las vías del Ferrocarril San Martín se le ha otorgado el nombre del autor.

Luego, dedicado a la docencia, Cortázar vivió en diversos lugares de la Provincia de Buenos Aires (Bolívar, Saladillo, Chivilcoy), también en Mendoza hasta que regresó a Buenos Aires. En 1951 se radicó en París donde viviría hasta el final de sus días, aunque realizó viajes por Europa y Latinoamérica.

En la Confitería London, de Avenida de Mayo y Perú, también se lo recuerda. Cortázar menciona el lugar reiteradas veces en su novela “Los Premios”, comenzando desde el prólogo: “’La marquesa salió a las cinco -pensó Carlos López-. ¿Dónde diablos he leído eso?’” Era en el London de Perú y Avenida”[14].

En el lugar hay una escultura que lo muestra sentado frente a una ventana, fumando un habano. Además, lo conmemoran una placa y grandes fotografías.

También en la Galería Güemes que se extiende de la calle Florida a la calle San Martín, hay una placa que homenajea a Cortázar por convertir ese pasaje comercial en uno de los escenarios de su cuento “El otro cielo”, incluido en su libro “Todos los fuegos, el fuego” de 1966.

Lo menciona varias veces; por ejemplo, “De esa vagancia estúpida me queda un brusco recuerdo delicioso: al entrar una vez más en el Pasaje Güemes me envolvió de golpe el aroma del café, su violencia ya casi olvidada en las galerías donde el café era flojo y recocido”.[15]

Finalmente, en Palermo hay una plazoleta que desde 1994 lleva su nombre[16]; curiosamente a uno de sus lados corre la calle Jorge Luis Borges. Allí funciona una feria artesanal.

ERNESTO SÁBATO

Es inevitable asociar a Ernesto Sábato con Santos Lugares, esa apacible localidad del municipio de Tres de Febrero, muy cercana a la ciudad de Buenos Aires. Los conocimos allí en su casa. En aquel momento colaborábamos con una revista y nos propusimos hacerle una entrevista.  Solamente nos pidió que no lleváramos una grabadora, sino un cuestionario escrito.

Una soleada mañana de verano lo visitamos en su chalet ubicado en Langeri 3135. La casa se hallaba rodeada de árboles tan altos que la vista sugería un bosque. Conversamos unos treinta minutos. Antes de despedirme le dejé el cuestionario. “Mire, no sé cuánto voy a demorar en responderle, a veces tardo meses, pero le prometo que le voy a contestar”. Nos respondió varios meses después, iniciando un intercambio epistolar. Hemos publicado las tres cartas que nos envió[17].

Con Ernesto Sábato en su casa de Santos Lugares

Hoy su amplia vivienda es una Casa Museo que ofrece visitas guiadas; desde noviembre desde 2016 la calle se llama Ernesto Sábato.

Enfrente hay un magnífico mural con el expresivo rostro del escritor, hecho por el gran muralista Martín Ron, y, en la misma cuadra, un centro cultural con biblioteca pública que lleva el nombre del autor de “El túnel” y “Sobre héroes y tumbas”.

BONUS: ANTOINE DE SAINT-EUXPÉRY, EL AUTOR DE “EL PRINCIPITO” EN BUENOS AIRES

Entre los muchos lugares donde pasó su vida, el escritor de “El Principito” vivió en Concordia, Entre Ríos y en la Ciudad de Buenos Aires. Piloto de avión de profesión, fue designado como director de la filial criolla de la empresa de transporte aéreo l’Aéropostale.

Una placa en la Galería Güemes de Buenos Aires recuerda que vivió en ese edificio entre 1929 y 1930 y que allí escribió su obra “Vuelo nocturno” publicada en 1931. Un lujo para la Argentina.

© Pablo R. Bedrossian, 2022. Todos los derechos reservados.


REFERENCIAS

[1] El diálogo con Borges puede leerse en nuestra nota “Encuentro desconocido con Jorge Luis Borges”, junio 22, 2011. La publicación original fue publicada en El Expositor Bautista de agosto de 1986. Borges había muerto en Ginebra en junio de ese año. Cuando nos encontramos él tenía 85 años, y yo apenas 25. También fue reproducida por el Diario El Heraldo de Honduras,

[2] Piñeiro, Alberto Gabriel, “Las calles de Buenos Aires, sus nombres desde su fundación hasta nuestros días”, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 2ª Edición, 2005, p.310. Un tramo de la calle Serrano recibió el nombre de Jorge Luis Borges en 1995 por la Ordenanza N° 50.243/1995 (B.M. N° 20.213).

[3] Gutiérrez, Nicolás Gabriel, “Mármol y Bronce, Esculturas de la Ciudad de Buenos Aires”, Olmo Ediciones, Buenos Aires, Argentina, 2015, p.392

[4] Borges, Jorge Luis, “Oda por el sesquicentenario”, publicación original Diario La Nación el 9 de julio de 1966, incorporada bajo el título “Oda escrita en 1966” en “El otro, el mismo”, libro incluido en “Borges Obra Poética”, Emecé Editores, 1977, p.265

[5] Simondet, Javier Fuego, “Retiraron del CCK una frase de Borges y se abrió una polémica”, Diario La Nación, Edición Digital, 27/12/2020, https://www.lanacion.com.ar/politica/retiraron-del-cck-frase-borges-se-abrio-nid2552281/

[6] Sin firma, “Café Tortoni”, Arcón de Buenos Aires, sin fecha, http://www.arcondebuenosaires.com.ar/conf-cafe_tortoni.htm

[7] Sin firma, “Dos ‘grandes’ amigos en la Biela”, Ultimas noticias de Recoleta, Conozca Recoleta, 20/8/12, http://www.conozcarecoleta.com.ar/noticias2012/borges_biela.php

[8] Borges, Jorge Luis, “Obras completes en colaboración”, Emecé Editores, 1979.

[9] Ver nuestra nota “Librería ‘El Túnel de Buenos Aires’, un jardín encantado para los bibliófilos”, 14/6/2020, https://pablobedrossian.com/2020/05/14/libreria-el-tunel-de-buenos-aires-un-jardin-encantado-para-los-bibliofilos-por-pablo-r-bedrossian/

[10] Bioy Casares, Adolfo, “Borges”, Ediciones Destino, Colección imago mundi Volumen 101, 1ª Ed., 2006, p.949

[11] Espina Rawson, Enrique; Izrastzoff, Iuri, “Fervor x Bueno Aires”, Izrastzpff, 2019, p.144-145

[12] Cita de una carta de Cortázar en Goloboff, Mario, “Julio Cortázar la biografía”, Cuadernos de Sudestada #6, Peña Lilo – Ediciones Continente, 1998, p.17

[13] Piñeiro, Alberto Gabriel, Op. cit., p.339. Antes se llamaba Espinosa, y era una prolongación de la calle homónima. El nombre de Julio Cortázar se le asignó por la Ordenanza N° 47.851/1994.

[14] Cortázar, Julio, “Los premios”, Alfaguara, House Grupo Editorial, 1960 (edición 2018), p.9,

[15] Cortázar, Julio, “El otro Cielo”, “Todos los fuegos, el fuego”, 1966, en “Cortázar cuentos completos/1”, Alfaguara, p.598

[16] Piñeiro, Alberto Gabriel, “Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires”, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 1ª Edición, 2008,p.129. El nombre de Julio Cortázar se le asignó por la Ordenanza N° 47.849-1994, BO Nº 70.

[17] Ver nuestra nota “Ernesto Sábato: un encuentro y tres cartas suyas”, 20/12/2013, https://pablobedrossian.com/2013/12/20/ernesto-sabato-un-encuentro-y-tres-cartas-suyas-por-pablo-r-bedrossian/


CRÉDITOS MULTIMEDIA

Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos. 

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