Este es un artículo que fue publicado por el Diario El País de Honduras el 4 de febrero de 2019.
En 2017 una revista de negocios publicó los resultados de una encuesta realizada a directores generales de empresas. Los entrevistados afirmaban que había grandes diferencias entre gerentes y líderes, pero al preguntarles cuáles eran, las respuestas perdían claridad. Quizás la única distinción era que asociaban los líderes a las personas y los gerentes a los resultados.
En realidad, aquella pregunta era falaz, pues la gerencia es una posición y el liderazgo es un rol. Una posición es un lugar establecido dentro de una organización, identificado por sus tareas, responsabilidades y grado de autoridad; tiene un nombre y ocupa un espacio en el organigrama. En cambio, un rol es un patrón de comportamiento manifestado en la interacción con otros, que impacta en el desempeño organizacional. Por lo tanto, todo gerente debería ser un líder. ¿Lo es usted?
El liderazgo está estrechamente ligado a la inteligencia social, que podemos definir como la capacidad de movilizar a otros para el logro de nuestros objetivos. Desde luego, esto es manipulación cuando me sirvo de los demás como instrumentos, y liderazgo cuando sirvo a los demás de modo de guiarlos y apoyarlos para que alcancen las metas. Un gerente puede lograr que le obedezcan por la autoridad que posee, pero un líder hace que los colaboradores lo sigan por propia voluntad. En cierta ocasión le pregunté a una persona porqué servía tan fielmente a su jefe: “porque quiero ser como él” me respondió. Si les preguntaran lo mismo a las personas de su equipo porqué lo acompañan, ¿qué responderían?
LIDERAZGO EXITOSO
Presentamos tres aspectos para un liderazgo exitoso. El primero es entender que para influir en los seguidores es necesario generar confianza. La confianza es un valor que no se regala: se conquista. Hay cuatro elementos que crean confianza: el primero es el ejemplo. Alguien dijo “predica, y solo si hace falta usa palabras”; el segundo es saber comunicar. Comunicar no es solo saber hablar sino saber escuchar. En tercer lugar, el líder tiene conocimiento. ¿Cuándo fue la última vez que tomó un curso o leyó un artículo para elevar su formación profesional? No hay peor enemigo del aprendizaje que creer que uno ya lo sabe. Finalmente, el líder da dirección. Se cuenta que se inauguraba un parque temático de Disney. Al evento estaba invitada la viuda del mítico fundador de la compañía, Walt Disney. Un alto gerente le dijo a la mujer: “Qué pena que Walt no pudo ver esto”. “Al contrario -le dijo ella-, él lo vio antes que todos nosotros”.
El segundo aspecto es conocer y manejar el tipo de liderazgo. No hay una única manera de guiar y conducir. Cada uno tiene su estilo y, además, debe adecuarlo a la situación, pues no podemos actuar antes diferentes circunstancias de una única manera. De hecho, un líder a veces debe proceder como un jefe tradicional, pero sería absurdo que lo hiciera en forma habitual. ¿Cuál es su modo de liderar?
Finalmente, todo gerente tiene el compromiso de cumplir las metas. Es algo no negociable. Para ello cuenta tres factores clave: las personas a su cargo, los recursos que administra y las actividades que ejecuta. Sin embargo, cuando un gerente es un verdadero líder, hay un cuarto elemento que lo distingue: la capacidad de tomar decisiones sobres esas personas, recursos y actividades a fin de lograr los resultados. El líder se reconoce porque se atreve a tomar decisiones y asume su responsabilidad por ellas. ¿Lo hace usted?
© Pablo R. Bedrossian, 2019. Todos los derechos reservados.