Mi hermano Alejandro, que es escritor, dice que el libro es un viajero cuyo destino es desconocido. Lo mismo puede decirse de las canciones. Aquel que las crea y las comparte jamás podrá saber hasta donde llegan. Tal es el caso de «Enséñame», que algunos nombran por su primera línea «Cada cosa en la vida». Es aún más conocida por su coro, que dice «Enséñame a vivir el hoy de tal manera que mañana no tenga que reprocharme el ayer».
36 años después de haber sido compuesta, «Enséñame» fue elegida para la primera visita del Papa a una iglesia evangélica en Turín, Italia. El magno evento llevado a cabo el 21 de junio de 2015, fue recogido en un video de CTV (Centro Televisivo Vaticano) que invitamos a ver:
ACERCA DE LA CANCIÓN
Escribí «Enséñame» cuando tenía 20 años, en 1979. Una breve historia de la canción puede leerse en:
ACERCA DEL CORO
En esta ocasión, «Cada cosa en la vida» fue interpretada por el coro Semincanto, dirigido por Stefano D’Amore, quien también es pastor de la Iglesia Valdense de Turín. Habla castellano debido a que vivió un año en Buenos Aires, Argentina, y está dedicado especialmente al trabajo con jóvenes.
Él mismo nos cuenta sobre el origen del coro: «nació con un pequeño grupo de jóvenes valdenses hace 9 años y ahora hay valdenses, bautistas, amigos católicos y no creyentes. Se llama Semincanto. La palabra puede significar tres cosas: semillas en canto, medio encanto, sí me encantó«. Este animado grupo vocal tiene un canal en Youtube, donde puede escucharse otra versión suya de este viejo tema:
ACERCA DEL ENCUENTRO
El motivo del encuentro celebrado en la Iglesia Evangélica Valdense no fue simplemente protocolar. La máxima autoridad de la Iglesia Católica Apostólica Romana acudió para pedir perdón por las brutales persecuciones sufridas por los valdenses, un grupo reformador cristiano surgido en el siglo XII. «Por parte de la Iglesia católica, os pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos e incluso inhumanos que, a lo largo de la historia, hemos tenido contra vosotros. En nombre del Señor Jesucristo, ¡perdonadnos!» dijo en nombre de la institución que representa.
QUIÉNES SON LOS VALDENSES
Valdo -cuyo nombre en español sería Pedro Valdés– era un mercader de Lyon del siglo XII que eligió llevar una vida de pobreza y predicación. Enseguida se conformó alrededor suyo un grupo de seguidores a los cuales el arzobispo de la ciudad, Guichard de Lyon, prohibió predicar. Valdo y los suyos apelaron a Roma, donde el inglés Walter Map, haciendo uso de sutilezas teológicas -diferenciaciones que nosotros hoy no comprendemos- los ridiculizó. Si bien se les permitió a los valdenses conservar sus votos de pobreza, se les prohibió predicar, salvo que las autoridades locales lo admitieran. A pesar de la oposición del arzobispo, a su regreso proclamaron su mensaje de pobreza y fe, por lo que fueron condenados en el Concilio de Verona en 1184 y perseguidos en toda Europa, refugiándose en los valles más altos de los Alpes[1]. Allí se unieron a ellos lo que quedaba de los “pobres lombardos”, movimiento muy similar al de los valdenses que padecían la misma situación.

Primero reprimidos, luego fueron buscados y atacados ferozmente. Cuenta Ernesto Comba “el primer suplicio que se recuerda es el de una mujer, acusada de valdesía y quemada viva en Pinerolo en 1312, siempre en virtud del contrato estipulado entre los príncipes de Acaya y la Inquisición… en 1354 se plegaron a la orden de arrestar unos 15 valdenses, los que probablemente fueron enviados a la hoguera… de 1376 a 1393 la persecución, dirigida por el inquisidor Francisco Borelli, monje de Gap, fue espantosa; el frenesí fanático llegó a tal punto que, por último, se desenterraba a los muertos para quemarlos”[2]. La lista de padecimientos es terrible y extensa.
Después de una heroica lucha por su supervivencia, en el siglo XVI, tras el surgimiento de la Reforma, los valdenses adhirieron a su doctrina y se sumaron a ella[3].
El propio Map dijo de ellos: «Andan en parejas, descalzos, vestidos con prendas de lana, desposeídos de todo, manteniendo todas las cosas en común como los Apóstoles… si los aceptamos seremos eliminados”[4].
LOS VALDENSES EN EL RÍO DE LA PLATA
En la actualidad, tanto en Argentina como en Uruguay hay iglesias valdenses. En 1857 llegaron a Uruguay los primeros colonos italianos valdenses. Pese a serias contingencias, lograron establecer una colonia en Rosario Oriental, Departamento de Colonia, donde -escribe nuestro amigo, el Dr.Pablo Deiros- llegaron a tener “su iglesia, su pastor, su escuela y un maestro de origen europeo… en 1877 llegó al país su líder más destacado, el pastor Daniel Armando Ugón”[5], que fue un gran organizador. Se abrieron escuelas, templos, obras y se promovió la inmigración y fundación de nuevas colonias.
De Uruguay la llegada de valdenses se extendió a la Argentina, ocupando territorios desde La Pampa a Chaco.
Las colonias de estos países “cuentan con templos y pastores propios, y han permanecido unidas con la Iglesia Valdense madre, de la que forman el V Distrito, llamado Distrito de la Región Platense, a partir del año 1922; cada año se reúnen en Conferencia y nombran sus delegados al Sínodo de Torre Pellice, el cual se interesa siempre vivamente en la suerte de aquellas lejanas Iglesias”[6].
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] González, Justo L., “Historia del Pensamiento Cristiano”, Tomo 2, p.191.192, Editorial Caribe, 2002
[2] Comba, Ernesto, Historia de los Valdenses, 1997, traducción de Levy Tron y Daniel Bonjour, http://www.mercaba.org/K/medieval/historia%20de%20los%20valdenses%20comba.htm, 1987
[3] González, Justo L., “Historia del Cristianismo”, Tomo 1, p.412, Editorial Unilit, 1994
[4] Johnson, Paul, “La Historia del Cristianismo”, p.289,290, Javier Vergara Editor, 1989
[5] Deiros, Pablo Alberto, “Historia del Cristianismo en América Latina”, p.630-631, Fraternidad Teológica Latinoamericana, 1992
[6] Comba, Ernesto, Op.cit.
Hermosa tu canciòn,Pablo.Hermosa tambièn el arreglo y la interpretaciòn del coro.Imponente el contexto elegido.
Pasando a la Iglesia Valdense tengo algunas perplejidades respecto a una comunidad que,habiendo sido pionera en llevar la fe cristiana en sus orìgenes, hoy en dìa presenta ciertas caracterìsticas que verdaderamente me preocupan.
Forman parte de lo que en Europa se conoce como «Iglesias històricas»,junto a los Bautistas,Metodistas y otros.
No conozco mucho de la teologìa que sustentan pero,habiendo frecuentado por un tiempo una de estas iglesias,puedo decirte que se parece màs a un humanismo que al Cristianismo,entendido como una relaciòn personal con Dios.
No sé tampoco como consideran la Biblia,dado que,por ejemplo casan a personas del mismo sexo.En fin…
Gracias, Gloria! Hoy voy a publicar algo sobre los valdenses que escribió el Dr.René Favaloro. Admiro mucho su supervivencia en medio de tantas pruebas. Muchas iglesias interpretan los principios bíblicos a su manera. Entiendo tu punto de vista, pero en mi caso prefiero no señalar (y menos juzgar, que no es tu caso) cómo actúan otros, sino que me preocupo por mi modo de vivir. Algo interesante sobre el concepto de «relación personal con Dios», ahora que estoy dedicando mucho más tiempo a estudiar las Sagradas Escrituras, es que es un concepto moderno. En los tiempos de la iglesia primitiva no se entendía el evangelio como una experiencia, ni se utilizaba la fórmula «recibir a Cristo en tu corazón» en la predicación. Desde luego, tampoco era un humanismo, pues se centraba en el Cristo resucitado, pero a veces -me parece- nos limitamos a entender la fe, tal como la recibimos, sin darnos cuenta que cargamos involuntariamente una «mochila» de creencias que llegaron con ella en el mismo paquete, más del grupo del cual pertenecemos que de la Palabra. Abrazo!
Entiendo lo de «recibir a Cristo» como cosa actual,pero el libro de Hechos està lleno de «experiencias» hasta milagrosas que vivieron los primeros cristianos.Por otro lado,la vida guiada por el Espìritu Santo , no es una experiencia sobrenatural?
Gracias por tus comentarios tan valiosos
¡Gracias, Gloria! Sin duda, una vida guiada por el Espìritu Santo es una experiencia sobrenatural. Me parece que la guía del Espíritu, se manifiesta cuando en lugar de centrarse en una experiencia (lo que siento), se sirve al prójimo (lo que hago). Si la experiencia me causa bienestar y autocomplacencia, es narcosis. Si pienso que la prosperidad es signo de la bendición divina es atontamiento. La única experiencia que sirve, creo, es la que nos mueve a amar Dios por encima de todo y al prójimo como a nosotros mismos. ¡Abrazo!
En esto estoy totalmente de acuerdo.Aùn el ejercicio de los dones espirituales tiene la finalidad de ministrar a otros y su motivaciòn debe ser el amor,segùn 1 Cor 13.