Serie “PASAJES Y CALLES CURIOSAS DE BUENOS AIRES”
En la esquina de las calles Hipólito Yrigoyen y Quintino Bocayuva, se encuentra la Basílica María Auxiliadora y San Carlos.
Perteneciente a los salesianos de Don Bosco en Argentina, posee uno de los interiores más bellos de la ciudad.
A la vuelta, tomando por Quintino Bocayuva hacia la Avenida Rivadavia, imprevistamente en la acera oeste se abre el pasaje San Carlos, que vamos a visitar. Tiene unas 15 casas y numeración propia, del 1 al 70.
Su historia
Cuenta Jorge di Fiori es el website “Historia de los Pasajes Porteños” que “en 1865, Juan Francisco Tarragona adquiere un sector de la amplia quinta que perteneciera a Juana Isidora González, que se extendía desde la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) hasta Rivadavia, prolongándose al oeste hasta más allá de la contemporánea José Mármol. El límite éste de la misma formaba un estrecho callejón que recién en 1889 fue ensanchado para dar origen a la calle Estebarena, más tarde Artes y Oficios y finalmente Quintino Bocayuva. Precisamente con la subdivisión de esta quinta nacerá el pasaje San Carlos en el Nro. 151 de aquella arteria, entre Don Bosco e Hipólito Yrigoyen».
El nombre de San Carlos lo recibe del templo antes mencionado, dedicado a san Carlos Borromeo, cardenal y arzobispo italiano del siglo XVI. El frente del pasaje da al costado de la iglesia, donde los salesianos instalaron una escuela de artes y oficios. Es por ello que la calle Quintino Bocayuva recibió antiguamente el nombre de Artes y Oficios. Curiosamente, la cercana calle Don Bosco se llamó primitivamente San Carlos.
El recorrido
El acceso original, marcado por dos pequeñas ochavas, fue alterado al construirse del lado norte una casa de ladrillos rojos sin relación arquitectónica alguna con el entorno. Además, hoy, debido a la delincuencia, una verja de hierro impide la entrada al pasaje.
Desde el frente no se advierten curiosos detalles que, pese a los cambios padecidos, sobreviven en este pasaje peatonal de piso de baldosas, macetas en las puertas y casas de dos pisos.
Por ejemplo, las diferentes puertas de madera del lado norte.
Como vemos, su estado demuestra el paso del tiempo: un friso art nouveau pintado por la mitad o una marquesina que requiere mejor conservación. Lo misma sensación produce la base de un balcón de principios del siglo XX.
También se observan “perlitas” que le dan un toque diferente, como un llamador o un farolito debajo del cual se observa una colorida imagen de la Virgen María con el Niño Jesús.
El pasaje tiene forma de un cul-de-sac, un callejón donde la puerta de entrada es también la de salida. El fondo es un paredón que un vecino se ha ocupado de convertir en una suerte de jardín.
También el lado sur del pasaje tiene casas cuyos frentes parecen insistir en recordarnos el pasado.
Aunque podríamos decir todo el pasaje muestra cierto abandono, es ese discreto encanto de la decadencia lo que le da una atmósfera nostálgica. Bastan veinte pasos para encontrarse alejados de la calle y verse sumergidos en un ámbito que tiene pinceladas de arrabal y melancolía.
Aunque no tiene más de 50 metros de largo, el pasaje San Carlos nos revela a través de sus detalles un espíritu sobrevive a pesar de los cambios, como si fuera una isla de tiempo, un pedacito de barrio en medio de las torres de la modernidad.
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.
BIBLIOGRAFÍA:
Balbachan, Luis Eduardo, “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”, Editorial Rodolfo Alonso, Buenos Aires, Argentina, 1982
di Fiori, Jorge, «Historia de los pasajes porteños», http://www.pasajes-portenios.com.ar/home2.html
Iusem, Miguel, “Diccionario de las calles de Buenos Aires”, Instituto Rioplatense de Ciencias, Letras y Artes (IRCLA S.A.), Buenos Aires, Argentina, 1971
Schere, Rolando H., “Pasajes”, Ediciones Colihue, Colección del Arco Iris, Buenos Aires, Argentina, 1998
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
Es cierto Pablo tremendo colegio y arquitectura única mi hija Romi fue ahí, fuerte abrazo saludos a la flia
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El 30/03/2015, a las 22:32, pablobedrossian escribió:
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Así es, querido amigo. Pronto espero escribir sobre la arquitectura interior de la iglesia que es extraordinaria. Siempre te recuerdo con cariño y espero volver a verte muy pronto. Un abrazo para vos, tu esposa y toda tu bella familia.
Gran felicidad haber llegado a este blog. Mis abuelos vivian en Quintini Bocayuva 193, en la esquina donde actualmente está la Casona de Don Bosco. Esa propiedad fue comprada por los salesianos, así que la antiguedad con que estoy realcionada al barrio en particular y a esa cuadra puntualmente es de siempre. Son las 5.25 de la madrugada y retomo el contacto con la lectura sobre el tema…gracias simplemente gracias por tan valioso material sobre todo desde mi historia personal. Por favor desearia seguir en contacto. Reitero mi emoción y agradecimiento al autor.
Gracias, María Isabel. Conectarnos con nuestros afectos es redescubrir lo que somos. Abrazo grande desde Honduras, Centroamérica.
Ya pasados mis 50 años, se me dio por estudiar Turismo, y hoy recorrer a través de este medio el pasaje fue una experiencia maravillosa. Ahora a recorrerlo en vivo.
¡Qué bueno! ¡Gracias por compartirlo!
Vivo a 2 cuadras y desde hace años, cuando pasaba frente a él (todavía no tenía la puerta enrejada), pensaba lo lindo que sería vivir en él.
Llegué al blog buscando información sobre el pasaje Los Alpes. Allí vive una amiga de mi adolescencia y siempre recuerdo el susto que tuve una vez, cuando me quedé a dormir en su casa y me despertó la las 6 de la mañana, la máquina diesel de un tren de larga distancia :-). Y hablando de pasajes, yo me crié un cortada de Caballito (José A. Terry, cerca de lo que ahora se llama el Barrio Inglés), y puedo dar fé de lo hermoso que es vivir en esos lugares tan especiales de la ciudad
Qué buena anécdota y ese barrio inglés, del cual alguna vez escribiré, es hermoso. ¡Qué privilegio haber vivido allí! Gracias por escribir.
Nací en ese barrio a 200 mts. del Pje. San Carlos. Allí vivían amigos y compañeros de la infancia, como el Gallego Jesús y Cuco Crovetto. Aporto un dato: entrando al Pasaje sobre la izquierda, estaba el almacén de Franco, que tenía dos hijos que asistían al Colegio San Francisco de Sales (H. Yrigoyen y Yapeyú), con los cuales fuí compañero. Muy buenas las notas.