SERIE REPTILES Y ANFIBIOS DE CENTROAMÉRICA
Los geckos o guecos son pequeños reptiles escamosos comunes en regiones de climas templados y tropicales de todo el mundo, agrupados taxonómicamente en la familia Gekkonidae. En Centroamérica, hay nueve géneros y 24 especies[1]. Popularmente se los incluye dentro las “lagartijas” o “pichetes” pero tienen características que los diferencian. La mayoría de estas especies se caracterizan por poseer laminillas adhesivas ensanchadas debajo de los dedos que les permiten adherirse a paredes y techos y caminar sobre ellos. Además, carecen de párpados móviles. Los ojos están cubiertos por una fina membrana transparente. Los invito a conocer dos guecos que forman parte de la asombrosa fauna que nos rodea.
HEMIDACTYLUS FRENATUS

Todas las noches, las paredes y los techos de las casas de Residencial Campisa, en el noroeste de San Pedro Sula, Honduras, se pueblan de numerosos Hemidactylus frenatus. Esta especie de gecko o gueco, que se alimenta de insectos y arácnidos, fue introducida por el hombre desde el Viejo Mundo[2], más precisamente del sudeste asiático. Suele ubicarse cerca de los focos de luz y sus sonidos, que parecen besos, se oyen a gran distancia. Siempre ponen dos huevos, de los que nacen crías tras aproximadamente dos meses de incubación. Muchas hembras pueden depositar sus huevos en un mismo nido, por lo que se pueden encontrar huevos en diversos estadios de desarrollo junto a cáscaras en un solo lugar[3]. Fue importado a Centroamérica por las compañías bananeras, para prevenir que el banano fuera dañado por insectos. Ocasionalmente puede verse de día.

Se sujeta perfectamente a las paredes gracias a unas almohadillas plantares cubiertas con láminas microscópicas adherentes llamadas lamelas. Como todos los miembros del género Hemidactylus, el frenatus tiene como característica principal las lamelas subdigitales divididas.
La longitud máxima de este gueco de hocico a cloaca es de 60 mm; la cola es más larga que el resto del cuerpo. Sus ojos están cubiertos por una cutícula transparente; las pupilas son verticales y elípticas. Tanto la cabeza, garganta y la superficie dorsal del tronco y cola están cubiertas de escamas granulares pequeñas. Las escamas ventrales son planas, lisas, imbricadas y más grandes que las dorsales. Las superficies dorsales y laterales de la cola están cubiertas de escamas aplanadas y pequeñas que son interrumpidas por grupos de tubérculos agrandados y puntiagudos; cada agrupación aparece entre cada ocho filas de escamas aplanadas[4].
THECADACTYLUS RAPICAUDA

El 20 de septiembre de 2009 por la tarde, Aldo Romero, un querido vecino, me llamó para que admirara algo poco común en la urbanización ecológica donde vivimos. Se trataba de un gueco mucho más grande y con algunas diferencias evidentes con respecto al que recién presentamos. Se trataba de un Thecadactylus rapicauda, otra especie de gueco de hábitos nocturnos, propia de los bosques húmedos tropicales. Se sabe que en la noche se pueden encontrar estos robustos guecos apoyados en troncos, mientras que durante el día se ocultan en las fisuras de la corteza de los árboles o en huecos formados por ramas caídas[5]. También se los encuentra en los nichos triangulares formados por raíces grandes, escondidos entre la hojarasca. Se alimentan de todo tipo de invertebrados (tienen predilección por saltamontes, grillos, polillas y arañas) e incluso lagartijas pequeñas. Las hembras ponen un solo huevo varias veces durante la temporada. En Honduras se encuentra en la zona norte, incluyendo la biósfera del río Plátano.

No volví a ver ningún ejemplar hasta el 7 de diciembre de 2013. Se movía dentro de una pequeña construcción rústica con paredes de cemento y mosaicos, puertas de madera y techo cubierto de palmas, que sirve de sanitario para el comedor ubicado en el parque frente a la laguna. Pude fotografiarlo e identificarlo sin dificultad. Era mucho más grande que un Hemidactylus frenatus y mostraba la cola con una tonalidad diferente. Pueden desprenderse de ella en caso de necesidad o ataque.
Este gueco puede ser reconocido rápidamente por la combinación de grandes almohadillas digitales, dedos encerrados en una membrana carnosa bien desarrollada, y garras retráctiles en las puntas de los dedos de manos y pies. Ninguna otra especie de lagartija en la región que carezca de párpados móviles comparte estas características[6].
El Thecadactylus rapicauda es autóctono de Centroamérica y uno de los guecos más grandes de la región, alcanzando una longitud del hocico a la cloaca de hasta 126mm. La cola es corta, apenas superior a la mitad del largo del resto del cuerpo, en la base tiene una constricción desde donde se engrosa abruptamente. La cabeza, la garganta, la superficie dorsal del tronco y la cola están cubiertas por escamas granulares pequeñas. Las escamas ventrales son planas, lisas, imbricadas y más grandes que las dorsales. El ojo está cubierto por una cutícula transparente, la pupila es vertical con los bordes ondulantes. Tiene una o dos espinas oculares en el margen superior de la órbita. La coloración varía de café (marrón) o crema a gris como color de fondo, con muchas manchas y bandas irregulares grandes y pequeñas que cubren todo el dorso, incluyendo la cola[7]. Emite sonidos agudos que se escuchan a distancia.
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HEMIDACTYLUS FRENATUS
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REFERENCIAS:
[2] Köhler, Gunther, Op.cit. p.71
[3] Savage, Jay M., “The Amphibians and Reptiles of Costa Rica”, p.484, The University of Chicago Press, 2002
[4] Muñoz Chacón, Federico, “Especies de Costa Rica”, http://darnis.inbio.ac.cr/ubisen/FMPro?-DB=UBIPUB.fp3&-lay=WebAll&-error=norec.html&-Format=detail.html&-Op=eq&id=4146&-Find, INBio (Instituto Nacional de Biodiversidad), Costa Rica, 2000
[5] Köhler, Gunther, Op.cit. p.79
[6] Savage, Jay M., Op.cit. p.486
[7] Muñoz Chacón, Federico, “Especies de Costa Rica”, http://darnis.inbio.ac.cr/ubisen/FMPro?-DB=UBIPUB.fp3&-lay=WebAll&-error=norec.html&-Format=detail.html&-Op=eq&id=4145&-Find, INBio (Instituto Nacional de Biodiversidad), Costa Rica, 2000
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EXELENTE APORTE AMIGO
Buenos Dias Pablo, primero gracias por el post, me ha sido muy util, casualmente soy estudiante de Biologia y me gustaria investigar las interacciones que se dan entre Hemidactylus frenatus y las especies nativas, me gustaria empezar emparejando dicha interacion con Gonatodes albogularis, que como ha de saber es una especie nativa, que no posee almohadillas, es diurno y de menor tamaño que Hemidactylus frenatus, mi interrogante seria averiguar si existe algun grado de interaccion negativa para los guecos nativos. Estaria muy agradecido de contar con su opinion, de antemano MUCHAS GRACIAS…
Hola, Denis! Desconozco la respuesta. Los mayores investigadores para la región son Gunther Khöler y Jay M. Savage. En el libro de KHöler no menciona ese fenómeno. Te sugiero escribirle a Gunther.Koehler@senckenberg.de Es un caballero. Aunque a veces demora, siempre responde. Cordiales saludos!
Encontré una especie de geko que no había visto. Quizá pueda ayudarme a identificarlo.
Como le hago llegar una foto?
Gerardo, ¡gracias! Es importante saber dónde vivís (en qué ciudad la encontraste).Si está dentro de Centroamérica, quizás pueda ayudarte, aunque la variedad es muy amplia. Mi correo es prbedrossian@hotmail.com Cordiales saludos!
Hola yo vivo en campisa y me ha interesado este articulo.Yo me di cuenta este bloq por que mi hermana me ha dicho que lo conocio a usted en una caminata por la montaña.Me gusto mucho su trabajo!!!!
¡Gracias, Daphne! Hoy iniciamos un grupo en Whatsapp para los interesados en la naturaleza, llamado Campisa Naturaleza. Si quiere que la sume, por favor, envieme su teléfono por email a prbedrossian@hotmail.com. ¡Muy cordiales saludos!