Como si fuera un diario íntimo y personal, Nora Malatesta abre su corazón en “Toda una vida”. Compone a través de 11 canciones un collage de emociones, expuesto por primera vez a los visitantes como un jardín privado cuidadosamente cultivado.
Tiene un tono melancólico, como si la dulzura de su voz se negara a disimular la tristeza que emerge en esa atmósfera intensamente sentimental. Renuncia a desplegar toda la potencia y a exponer su vibrato, para dar espacio a un clima de íntima revelación; para ello ser sirve de un amplio mosaico de canciones conocidas y desconocidas, de poesías en inglés y en español, todas interpretadas con arreglos minimalistas, en base a delicadas guitarras.
Las letras hablan de amores, de amores no correspondidos. Comienza con “Toda una vida” (“No me cansaría de decirte siempre que eres en mi vida ansiedad, angustia y desesperación”) y “Tú no sospechas” (“Te juro que a veces me asusta saber que te has adueñado de mí…Y aunque no ha habido intención en ti de provocar lo que siento, te vas a enterar de una vez de que ya te quiero”), seguidos del clásico de Duke Ellington, “Sophisticated Lady” y de “How long has this been going on?” de los Gershwin, ambos en su lengua original, donde la cantante muestra su veta jazzera sin recurrir a las blue notes.
“Pensamiento” es otro momento de solemne confesión (“Dile que pienso en ella aunque no piense en mí”) que junto a “Toda una vida”, “Cántame” y “Flores negras” conforma el eje invisible del álbum. Precisamente, la canción que resume “Toda una vida” es “Cántame” (“Cántame que con tu voz se calma mi dolor, cántame y mírame que por tus ojos pierdo la razón. Mírame”), que tiene algo de letanía y de bolero.
Incluye covers de los Beatles, como “The long and winding road” y “Something”, pero siempre fundidos en la matriz romántica y emotiva del disco. Incluso “God only knows”, el theme song de la película “Simplemente amor”, se resiste a salir del cauce que Nora Malatesta recorre a lo largo de su CD, puro como ella y cristalino como su voz.
© Pablo R. Bedrossian, 2013. Todos los derechos reservados.