Serie “PASAJES Y CALLES CURIOSAS DE BUENOS AIRES”
Me sorprendieron desde la primera vez. ¿Qué hacían allí unos pasajes abriéndose como espinas de pescado a ambos lados de la calle, que en aquel entonces se llamaba Serrano? Conformaban un espacio de Buenos Aires que, pese a ser único, no lograba distinguirse del resto de Palermo Viejo y parecía haber quedado en el olvido. Afortunadamente, esas estrechas callecitas se han reciclado, fusionando arte, moda y bohemia y son parte esencial de la escenografía del joven Palermo SoHo. Me refiero a los pasajes Russel, Santa Rosa, Soria y Coronel Cabrer.
ALGO DE SU HISTORIA
Alguna vez leí que estos breves pasajes que daban a la calle Serrano, hoy Borges, habían sido pasos de carruajes. He buscado y rebuscado aquella fuente sin éxito. Me hubiera gustado que estas breves y singulares calles hubieran tenido en su origen ese propósito, pero la historia sugiere que no.
En 1867 se estableció como límite norte de la Ciudad de Buenos Aires al arroyo Maldonado[1], que hoy corre entubado debajo de la Avenida Juan B. Justo. A partir de ese momento se produjo un crecimiento vertiginoso, impulsado por un gran flujo inmigratorio, que planteó nuevas necesidades urbanísticas y habitacionales. Juan Antonio Buschiazzo (1846-1917), uno de los patriarcas de la arquitectura argentina, tuvo a su cargo la creación de tres nuevos barrios: Saavedra en 1873, Villa Alvear en 1888 y Villa Devoto en 1899[2]. Villa Alvear, hoy Palermo, fue concebida por el Banco Inmobiliario, cuyo presidente era don Antonio Devoto, quien encargó a Buschiazzo el proyecto.
En un principio se pensó llamar a la zona “Ciudad de los obreros” pero prevaleció el nombre de “Villa Alvear”. Según el investigador histórico Fabio Perlin, el trazado original “era un rectángulo de catorce cuadras de largo y siete de ancho con una superficie aproximada de cien cuadras” entre las actuales avenidas Santa Fe, Scalabrini Ortiz y Cordoba y la calle Godoy Cruz y las vías del Ferrocarril Gral. San Martín (en aquel entonces conocido como Ferrocarril al Pacífico) que corren paralelas a la calle mencionada[3].
Dentro de Villa Alvear se diseñó un “barrio dentro del barrio”. Cuenta Perlin que “una superficie de ocho manzanas, desde las calles Cabrera a Costa Rica y de Gurruchaga a Thames, fue dividida por pasajes y se trazaron plazoletas, como la de Honduras y Serrano (hoy Plaza Cortázar), que le dieron al lugar una especial fisonomía”[4]. Así surgieron estos cuatro pasajes.
LOS PASAJES RUSSEL, SANTA ROSA, SORIA Y CORONEL CABREREN LOS ‘80
León Tenenbaum hace una magnífica descripción de ese mágico espacio porteño en los ‘80:
“En el cruce de las calles Serrano y Honduras se está gestando un pequeño Montmartre[5] porteño. Hay allí una plaza redonda, no muy grande, que por muchos años acogió una feria y en torno a la cual circulaban los tranvías Lacroze que iban al Balneario Municipal, el del sur, el único por entonces. Cuatro típicos pasajes cruzan o se abren en la vecindad inmediata de este lugar. Son sus nombres: Coronel Cabrer, Soria, Santa Rosa y Russel. Todos ellos estrechísimos, flanqueados todavía por casas humildes, bajas en su mayoría. El curso de estos pasajes no es demasiado recto, tienen como un movimiento compadre de cintura que tan bien va con ese sabor a barrio de tango que lucen y extrañamente conservan algunas zonas de Buenos Aires”[6].
Hoy, estos pasajes se encuentran en el corazón de Palermo SoHo, rebautizado así por sus innovadoras tiendas, galerías de arte, bares under y restaurantes chic que le dan a la zona una atmósfera posmoderna. Además, la movida cultural simbolizada en los murales que decoran los pequeños PH de los pasajes convoca a multitudes de turistas.
PASAJE RUSSEL
Subiendo desde la Avenida Santa Fe por la calle Jorge Luis Borges, en dirección contraria al tránsito vehicular, el primero en aparecer es el Pasaje Russel. Se extiende dos cuadras: hacia la derecha hasta la calle Thames y hacia la izquierda hasta la calle Gurruchaga. Ambas cuadras son pavimentadas.
Si recorremos la cuadra que se extiende hasta la calle Thames, cuya numeración va del 5000 al 5100, en la mano izquierda encontramos viviendas de una o dos plantas. En la mano derecha hay unos pocos comercios, varias casas, un gran galpón donde el pasaje hace una leve curva y en su extremo un terreno baldío cercado.
La magia del pasaje tiene que ver con su estrechez, las fachadas intervenidas y los murales que adornan sus paredes.
Recorramos la otra cuadra, de Borges a Gurruchaga, donde se respira una curiosa conjunción de aromas: el del barrio con sus casas bajas y sus santa ritas colgantes y el de la constante innovación creativa.
En la esquina inicial un magnífico mural de Josefina Di Nucci muestra de un lado al genial escritor argentino y del otro a un niño (¿acaso el Borges de la niñez en Palermo?) con un ángel detrás de él.
El resto son casas de habitación muchas de ellas embellecidas por artistas, y excelentes murales.
Mi favorito es el que llamo “ciclista en la luna”, de Chispa, un reconocido artista urbano.
En esa cuadra la numeración va del 4901 al 5000.
PASAJE SANTA ROSA
Siempre avanzando por Borges en dirección hacia la Avenida Córdoba, cruzamos la calle El Salvador y luego, sin desviarnos, aparece unos metros más adelante el Pasaje Santa Rosa.
Como el anterior, se extiende a ambos lados de Borges, pero con una diferencia: si bien el brazo izquierdo termina en Gurruchaga, el derecho tras chocar con el lado norte de la calle Thames hace un codo y se convierte a partir de allí en una ancha calle que termina unos metros más adelante, en la calle Uriarte. Tanto las dos cuadras de pasaje como la cuadra de la calle son empedradas.
El Pasaje Santa Rosa tiene su propio microclima. Al inicio de la cuadra hacia Thames, con numeración del 5000 al 5100, a mano izquierda encontramos el mural “Love in the Air” hecho con mosaico en un estilo muy setentoso, bien pop-art, inaugurado en 2013 por la Asociación Don’t Smoke. Mi sección favorita es la que dice Love. Pareciera que está aguardando que pose junto a ella alguno de los Beatles.
Esa estrecha cuadra presenta peculiaridades: del mismo lado hay un enorme galpón que luce una intervención en su fachada, seguido de un edificio de tres pisos, cuya planta baja está totalmente cubierta por una enredadera.
En la mano derecha hay una enorme casona con jardín cuyo acceso ha sido decorado también con coloridos mosaicos, que fue la residencia por muchos años de la actriz y cantante Natalia Oreiro y el músico Ricardo Mollo. Luego se levantan unas tapias donde hay murales, un par de casas y un bar en la esquina.
En la cuadra de otro lado, la que va de Borges a Gurruchaga, con numeración 4900 al 5000, el ambiente es más apacible. Al inicio, en la esquina de Borges, a mano izquierda hay un interesante mural en el frente de un negocio de depilación.
En la esquina de la misma mano con Gurruchaga hay una curiosa fachada floral. Enfrente está lo mejor de la cuadra: un mural tipo collage variado y divertido.
PLAZOLETA JULIO CORTÁZAR
Luego viene la Plazoleta Julio Cortázar, sobre la bella calle Honduras, con su feria de artesanos y artistas plásticos y cafecitos al aire libre.
Si seguimos avanzando en dirección contraria al tránsito vehicular, veremos que la calle Borges recupera a partir de allí el viejo nombre de Serrano.
PASAJE SORIA
El siguiente es el pasaje Soria. Su longitud es diferente: como los anteriores, a la izquierda se extiende una cuadra hacia Gurruchaga, donde termina; pero a la derecha, el brazo que se abre desde Serrano en dirección a Thames termina a unos 40 metros en un paredón, formando un cul-de-sac. Curiosamente, Soria renace del otro lado como una calle a partir de la Thames y se extiende una cuadra muriendo en la calle Uriarte. La cuadra hacia Gurruchaga es empedrada y la media cuadra hacia Thames pavimentada.
Como en los casos anteriores, giramos primero hacia nuestra derecha para ver ese corto tramo cuya numeración va del 5000 al 5050. De la mano izquierda lo más llamativo es una casa de dos plantas cuya fachada rojiza está cubierta por enormes enredaderas y protegida con estructuras metálicas de colores oscuros.
En la mano derecha hay alguna vivienda y elegantes comercios. Entre ambos aparece el paredón que pone fin al pasaje. Es un mural con graffiti hecho por Nase Pop, cuyo verdadero nombre es Daniel Stroomer, artista urbano nacido en Amsterdam.
Volvamos a Borges y caminemos hacia Gurruchaga por la cuadra más larga del pasaje Soria, numerada del 4900 al 5000. Es un pasaje empedrado a cuyos lados se observan viviendas bajas con algunos murales e intervenciones sin estridencias, que proveen un ámbito tranquilo.
Desde luego, hay algunas fachadas dignas de admirar.
Rompe la armonía una extensa construcción de ladrillo oscuro, sin afinidad con el resto de las casas, que se observa a mano izquierda del caminante, en la esquina con la calle Gurruchaga.
PASAJE CORONEL CABRER
Tras cruzar la calle Gorriti aparece la última de las cuatro callejuelas: el pasaje Coronel Cabrer. Es el más corto. Se extiende una sola cuadra hacia la izquierda, con numeración del 4900 al 5000, terminando en la calle Gurruchaga; es el único que no tiene brazo derecho en dirección a la calle Thames.
Este angosto y apacible pasaje pavimentado se caracteriza por algunos murales de personajes de historietas y dibujos animados, además de fachadas intervenidas artísticamente.
Pese a los cambios y a la omnipresencia del arte urbano, el pasaje aún retiene algo del sabor a barrio original.
LOS PASAJES DE PALERMO VIEJO Y LA LITERATURA
El 24 de agosto de 1996 Fernando De la Rúa, en aquel entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, le otorgó el nombre de Jorge Luis Borges al tramo de la calle Serrano entre la calle Honduras y la Avenida Santa Fe. Eso permitió que la calle Borges se uniera con la plazoleta Julio Cortázar, creando un nuevo encuentro de estos fantásticos escritores, pues fue Borges quien publicó “Casa Tomada”, el primer cuento del autor de “Rayuela”, en la Revista Sur[7].
Sobre la vieja calle Serrano -en la extensión que hoy lleva su nombre- estaba la casa donde Borges pasó su niñez. En su poema “Fundación mítica de Buenos Aires” menciona las calles de delimitan ese íntimo espacio que fue su hogar: La manzana pareja que persiste en mi barrio: / Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga[8]. Apenas a pasos de allí comienza la sucesión de pasajes que hemos mencionado. Uno de ellos, el pasaje Russel es mencionado por el venerable escritor en su cuento “Juan Muraña”[9]:
Durante años he repetido que me he criado en Palermo… El azar me enfrentó, poco después, con Emilio Trápani…Tardé en reconocerlo; habían pasado tantos años desde que compartimos el mismo banco en una escuela de la calle Thames… (Trápani cuenta) Por el tiempo del Centenario, vivíamos en el pasaje Russell, en una casa larga y angosta. La puerta del fondo, que siempre estaba cerrada con llave, daba a San Salvador. En la pieza del altillo vivía mi tía, ya entrada en años y algo rara“.
Además, hay una revista llamada Pasaje Russel, que se define como “una revista de literatura y cultura urbana, un pasaje entre leer y escribir: el encuentro con la ficción que toda ciudad ofrece”. Se puede acceder a sus contenidos en http://pasajerussel.blogspot.com.
LAS VISITAS DE TITANES EN EL RING
La actriz, productora radial y fotógrafa Karina Bazán Carpintero, que nació en el pasaje Coronel Cabrer, cuenta en su blog “En el pasaje hay unas 15 casas, muchas de ellas – la gran mayoría- perdió su fisonomía original, de hecho en lugar de mi casa natal se encuentra un PH con primer piso muy moderno pero que nada tiene de encantador. En la esquina de Gurruchaga… en una vereda la imprenta del Tuerto, así la conocíamos, en ese lugar editaban los periódicos de la comunidad Armenia, era habitual ver entrar o salir a alguno de los Titanes en el Ring que pertenecían a esa comunidad”[10]. Es inevitable no imaginar al gran Martín Karadagian o al gigante Ararat paseando por allí.
EL ORIGEN DE LOS NOMBRES
Russel: Según Miguel Iusem, el nombre completo de la calle es Oliverio Russel, un marino escocés que trabajaba como práctico mayor del Río de la Plata. Fue apresado por los británicos durante la Segunda Invasión Inglesa y permaneció detenido en Inglaterra hasta 1811. En 1814 fue segundo jefe del Almirante Guillermo Brown, irlandés nacionalizado argentino[11]. Alberto Gabriel Piñeiro se limita a mencionar el nombre Russel señalando que fue denominado así por una ordenanza del 28 de octubre de 1904[12], sin haber tenido un nombre anterior.
Santa Rosa: Para Miguel Iusem, hace referencia a la primera santa americana, Isabel Flores (1586-1617), más conocida como Santa Rosa de Lima, llamada Patrona de América por el Congreso de Tucumán de 1816; sin embargo, el mismo autor hace referencia también a otros orígenes, tales como batallas de la Independencia americana o a la capital de La Pampa que había sido fundada en 1892[13]. Alberto Gabriel Piñeiro menciona que también se llamó Hamilton, pero recibió su nombre actual, como muchas otras calles, por la ordenanza del 28 de octubre de 1904[14].
Soria: Aunque no lo aclara específicamente, pues menciona otras calles con el apellido Soria, inferimos que para Miguel Iusem el nombre proviene de Pablo Soria, quien exploró el Río Bermejo en 1828[15]. Alberto Gabriel Piñeiro dice que también se llamó Grau y que recibió su nombre en la misma ordenanza que los otros pasajes mencionados[16].
Coronel Cabrer: Miguel Iusem afirma que el nombre completo de la calle es Coronel José María Cabrer. Fue un ingeniero español que llegó a la Argentina en 1781 como experto para dirimir una disputa de límites con Portugal. Se radicó en el país y luego de la Revolución de Mayo trabajó en el departamento topográfico. Además, sirvió como asesor durante la guerra con el Brasil[17]. Alberto Gabriel Piñeiro se limita a decir que el pasaje se denominó Jefferson, añadiendo que recibió su nombre actual por la misma ordenanza que le dio nombre a los otros pasajes[18].
CONCLUYENDO
Los pasajes Russel, Santa Rosa, Soria y Coronel Cabrer forman parte del Buenos Aires encantado. El arte urbano los ha convertido en un espacio mítico, donde el arrabal baila un tango electrónico con la posmodernidad.
© Pablo R. Bedrossian, 2018. Todos los derechos reservados.
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Pasaje Russel:
Pasaje Santa Rosa:
Pasaje Soria:
Pasaje Coronel Cabrer:
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REFERENCIAS
[1] El límite anterior lo constituía el “Camino del Ministro Inglés”, en referencia a George Canning (1770-1827), que influyó decisivamente en la firma del «Tratado de Amistad, Comercio y Navegación”, celebrado entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y Su Majestad Británica el 2 de febrero de 1825. Por ello, dicho camino luego pasó a llamarse Avenida Canning (actual Avenida Scalabrini Ortiz). El 30 de octubre de 1867 se sancionó la ley 522 que extendió el límite norte al Arroyo Maldonado.
[2] Liemur, Jorge Francisco y Fernando Aliata, Diccionario de Arquitectura en la Argentina, Clarín – Arquitectura, Buenos Aires, Argentina, Tomo c/d, 2004, p.216
[3] Perlin, Fabio, http://arquitecto-buschiazzo.blogspot.com/2009/12/caba-trazado-de-villa-alvear-1888.html
[4] Perlin, Fabio, página web citada
[5] Montmartre es un pintoresco barrio bohemio de París, Francia, donde se encuentra la famosa basílica de Sacré-Cœur.
[6] Tenenbaum, León, “Buenos Aires Un Museo al Aire Libre”, Cuadernillos de Divulgación Cultural sobre la Ciudad de Buenos Aires, Laboratorios Elea, 1986, Nº 4, p.7
[7] Para los interesados en esa primera publicación de Cortázar impulsada por Borges, que incluyó dos ilustraciones de su hermana Norah, puede leer el prólogo escrito por Borges en “Julio Cortazar Cuentos”, Jorge Luis Borges Biblioteca Personal, Hyspamérica Ediciones Argentinas, Buenos Aires, 1985, p.3. y “Julio Cortázar la Biografía”, Mario Goloboff, Cuadernos de Sudestada #6, Peña Lillo Ediciones Continente, Buenos Aires, 2011, p.36 (el copyright de Goloboff es de 1998).
[8] Borges, Jorge Luis, poema “Fundación mítica de Buenos Aires”, “Cuaderno San Martín” (1929), “Obras Completas 1923-1972”, Emecé Editores, 1974, 13ª impresión (1983), p.81.
[9] Borges, Jorge Luis, cuento “Juan Muraña”, “El Informe de Brodie” (1970), “Obras Completas 1923-1972”, Emecé Editores, 1974, 13ª impresión (1983), p.1044,1045.
[10] Bazan Carpintero, Karina, “Pasaje en el tiempo”, http://www.habitantesdebsas.com.ar/2012/03/pasaje-en-el-tiempo.html
[11] Iusem, Miguel, “Diccionario de las Calles de Buenos Aires”, Instituto Rioplatense de Ciencias, Letras y Artes (IRCLA S.A.), Buenos Aires, Argentina, 1971, p.160
[12] Piñeiro, Alberto Gabriel, “Las Calles de Buenos Aires, sus Nombres desde su Fundación hasta nuestros Días”, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 2ª Ed., 2005, p.471
[13] Iusem, Miguel, Op. cit., p.166
[14] Piñeiro, Alberto Gabriel, Op. cit., p.479
[15] Iusem, Miguel, Op. cit., p.170
[16] Piñeiro, Alberto Gabriel, Op. cit., p.484
[17] Iusem, Miguel, Op. cit., p.140
[18] Piñeiro, Alberto Gabriel, Op. cit., p.316
CRÉDITOS MULTIMEDIA
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Pablo, gracias por la mención
Muy buena la publicación.
Tu trabajo es extraordinario y merece ser conocido. ¡Abrazo y fuerza!!!
Pablo, muy linda tu entrada y sobre todo muy colorida! gracias por la mension. saludos Karina
Antes de Natalia Oreiro, vivia un descendiente de la familia Alvear junto a su esposa, la actriz Julia von Grolman. Segun algunos datos, no confirmados, era un viejo casco de la Villa Alvear- asi se llamaba la zona-https://web.facebook.com/pg/PATRIMONIOI/photos/?tab=album&album_id=10153250429168382