Viena es considerada una de las ciudades más bellas de Europa. Es la tierra de Mozart y de Sissy. Sin embargo, la ex sede de gobierno del Imperio Austro Húngaro y actual capital de Austria tiene una larga historia, pues hasta allí se extendió el Imperio Romano alrededor del siglo I, y, en sus límites, según cuenta Eusebio de Cesarea, se suicidó Poncio Pilatos.

En Viena conviven lo antiguo y lo moderno en completa armonía. El punto de partida de cualquier caminata por la zona histórica comienza en la «Stephansdom», la imponente catedral de San Esteban. Cerca de allí vale la pena visitar el reloj a carillón[1] que suena puntualmente a cada hora mientras uno ve pasar las señoriales figuras. Es imprescindible caminar Graben, una refinada arteria peatonal, y visitar la Peterkirche, la iglesia de San Pedro, de intensa ornamentación barroca.
En Viena no sólo se observa monumentalidad: sorprende la química combinación de modernidad con tradición. El llamativo orden -monumental y fastuoso- es el resultado del espíritu de los Habsburgo, la dinástica familia que gobernó por varios siglos, hasta la Primera Guerra Mundial.

Desde uno de los extremos de la calle Graben, se llega por otra peatonal al Hofburg, el palpitante corazón de Viena. Es un majestuoso complejo que contiene los aposentos imperiales, varios museos, una capilla, una iglesia, la Biblioteca Nacional y la famosa Escuela Española de Equitación. Termina del otro lado en una ancha y rectilínea columnata desde donde uno puede llegar caminando a la zona de los museos (el Muzeum Quartier), donde arte clásico y contemporáneo se conjugan de un modo admirable.
Aunque se dice que la ciudad está a los pies del Danubio, lo que uno ve es un canal. Una noche caminé por su ribera. Como era verano, cientos (probablemente miles) de jóvenes compartían tragos y conversaciones animadas en los diversos barcitos apostados allí uno tras otro. Incluso había uno, llamado Tel Aviv, con arena, para que pareciera una playa.

Veamos un poco la historia. Los Habsburgo son una familia de que reinó Austria de 1279 a 1918. Sus reyes en algunos momentos fueron considerados emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico (al estilo de Carlomagno) y parece que en ocasiones se lo tomaron en serio… En algún punto se entroncan con la Historia que aprendimos en la escuela, pues leo que Felipe de Habsburgo («El Hermoso») contrajo matrimonio con la hija de los Reyes Católicos, Juana de Castilla (“La Loca”), de cuya unión nació el primero de los reyes de la casa de Austria que gobernaría los destinos de España, Carlos I, el cual tomó su cargo en 1517. También conocido como Carlos V en el Sacro Imperio Romano Germánico, el cual heredó en 1519, debido a la muerte de su abuelo, Maximiliano I». Lo que no dice la nota es que Carlos V abdicó al imperio y se conformó con ser Carlos I, rey de España. La mayoría fue acérrimamente católica y apoyó a los jesuitas al introducir la contrarreforma tras ganar la Guerra de los Treinta Años. El último de los Habsburgo fue Francisco José que gobernó por 68 años, de los 18 a los 86 (muere durante la Primera Guerra Mundial en 1916). Era el esposo de la famosa emperatriz Sissy, a quien amo toda su vida, pero no fue correspondido por ella, aunque tuvieron creo que seis hijos.

Sería imposible ahora de hablar en detalle de la Secession, la vanguardia artística que surgió a finales del siglo XIX en Austria y se prolongó hasta las primeras décadas del silgo XX. Su representante más importante fue el genial pintor Gustav Klimt. En la Secession, si bien se busca la elegancia, predomina la sobriedad formal, e incluso cierta severidad. Su mejor expresión arquitectónica se encuentra en los Edificios Wagner, diseñados por el más destacado arquitecto de Viena, Otto Wagner.

Desde los Edificios Wagner se llega caminando a la Karlsplatz, una emblemática plaza vienesa, donde uno puede admirar los pabellones diseñados por Wagner a finales del siglo XIX para la estación de metro, sumamente elegantes, y la Karlskirche, una de las iglesias más representativas de la ciudad, con su suma de estilos y las dos enormes columnas en su frente que remedan a la de Trajano por su motivos esculpidos en espiral ascendente. Esta iglesia constituye una obra maestra del eclecticismo barroco. Tiene una altura de 80 metros por unos 60 de ancho. Muy cerca se encuentra el Palacio Belvedere que tiene dos edificios en los extremos (el Belvedere superior y el inferior) unidos por bellos jardines.

Pero quizás el palacio más admirable de Viena sea el Schönbrunn, también conocido como el Versalles vienés, es uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria. Fue la emperatriz María Teresa quien convertiría el palacio en residencia veraniega de los Habsburgo. Finalmente menciono la Hundertwasser Haus, un edificio de varios pisos con fachada ondulante muy colorida, que, aunque inaugurado en 1985, nos recuerda más bien al modernismo de Gaudi. Me encantó como rebelión a la arquitectura funcional contemporánea.
Viena reúne el Imperio y la modernidad haciendo ostentación de un exquisito buen gusto. Si ama los detalles, es el lugar para Ud.
VIENA EN IMÁGENES

































© Pablo R. Bedrossian, 2013. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] El carillón es un instrumento de percusión consistente en un juego de campanas dispuestas en escala musical golpeadas por un martillo
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