COMENTARIO Y TEXTOS SELECCIONADOS DE “EN BUSCA DE DIOS” DE PAUL JOHNSON (por Pablo R. Bedrossian)

Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO

Título: “En busca de Dios”

Autor: Paul Johnson

Año: 1996

Cuando leímos “Historia del Cristianismo” jamás se nos ocurrió que el inglés Paul Johnson, su autor, podía ser cristiano y, menos aún, católico conservador. No supimos ver que detrás del historiador neutral había un hombre de fe con una arraigada comunión con su iglesia. Lo descubrimos en un volumen que encontramos en la biblioteca de nuestro padre, quien había sido un gran intelectual; entre sus miles de libros se hallaba el relato autobiográfico de Johnson “En busca de Dios”. Sin suponerlo, el libro nos sumergió en una aventura del pensamiento donde el autor de “Historia de los Judíos” y “Tiempos Modernos” despliega diversos caminos, algunos ortodoxos y tradicionalistas y otros, innovadores y disruptivos. Nótese que fue escrito en 1996.

La obra plantea preguntas del hombre moderno, aunque algunas de ellas probablemente ya se formulaban en los albores de la humanidad. Luego de presentar el propósito del libro, en los primeros capítulos desarrolla el tema de Dios, las ideas que tenemos acerca de él y las filosofías que se le han opuesto. De allí pasa a temas de actualidad que desafían la fe, vinculados en particular con la creación y el amor divinos: el género y el sexo, el bien y el mal, la belleza y el arte, el cuidado del medio ambiente. Lo hace de un modo inquisitivo, profundo y original, sin caer en los clichés que se repiten de un lado y del otro. Luego pasa a la cuestión religiosa: su ortodoxa fe católica y el amor por su iglesia. Aborda los dogmas, la autoridad, el orden y la liturgia y desde esa perspectiva habla de los “hermanos separados”, tanto judíos como cristianos. Finalmente toca el tema de la muerte, el juicio divino, la existencia del infierno y la eternidad, cerrando con un bello capítulo, alejado de las controversias de los anteriores, sobre la oración. Al referirse a la salvación ofrecida por Dios a todos los hombres dice: “no pretendo saber cómo sucederán realmente estas cosas. Pero me basta con saber que ocurrirán”[1].

La obra de alguna manera nos recordó a “Desde la cumbre”, la autobiografía del novelista australiano Morris West, subtitulada “la visión de un cristiano del siglo XX”. Católico como él, Johnson elige el epígrafe “un peregrinaje personal”. Nos interesó su lectura porque creemos que todos a cierta edad revisamos nuestras creencias y el camino recorrido.

“En busca de Dios” es un libro diferente, para leer, releer y meditar. Muchos dirán -y coincidimos con ellos- que hacia el final el autor adhiere a un catolicismo recalcitrante; sin embargo, es honesto, valiente y ¿quiénes somos nosotros para juzgar a otros?  Aun cuando no coincidamos con él -se puede o no estar de acuerdo con sus afirmaciones-, nos confronta con la realidad, con nosotros mismos y con el futuro.

© Pablo R. Bedrossian, 2023. Todos los derechos reservados.


BONUS: TEXTOS SELECCIONADOS

Debido a las dificultades para acceder al libro, compartimos algunas secciones que revelan el agudo y original pensamiento de Paul Johnson, que, en varios casos, se anticipó en al menos dos décadas a eventos que ya están sucediendo. Por cuestiones de espacio hemos tenido que quitar frases y dejar solo los enunciados principales. Simplemente transcribimos los textos que, a nuestro criterio, contienen las ideas centrales del autor, sabiendo que inevitablemente nuestra selección es arbitraria.

1. RELATIVISMO MORAL

“Una razón por la cual los hombres y mujeres suelen creer en Dios es que ellos saben que tienen una conciencia y por lo tanto suponen que Dios la ha puesto allí. Es de hacer notar que la conciencia del bien y del mal y el conocimiento instintivo de que el bien es moralmente preferible, aun cuando nuestros instintos más elementales no admiten esa preferencia, parecen haber sido implantados por la naturaleza…  Sin embargo, en épocas más recientes se le ha dado menos importancia a la Ley Natural… La declinación de la fe en la Ley Natural ha estado acompañada por el crecimiento del relativismo moral, la doctrina de que los axiomas de lo correcto o lo incorrecto varían de acuerdo con la época, lugar y costumbres: no hay absolutos, simplemente las normas de las sociedades en particular… He aprendido por la experiencia de nuestro tiempo lo que la razón y el instinto también me han enseñado: que el relativismo moral es muy perjudicial, el peor de todos los males, porque hace posible que surjan otros males… El relativismo moral ha sido el pecado capital del siglo XX, la razón por la cual esta ha sido una época desesperanzadamente infeliz y destructiva en la historia de la humanidad”[2].

2. RELIGIÓN ALTERNATIVA

“Un conocido mío, a quien pienso que debería calificar de ex marxista, no hace mucho tiempo se mostró impertérrito por el colapso intelectual del comunismo como un sistema que promueve la prosperidad juntamente con la igualdad. La teoría económica marxista, adujo, y su énfasis en los aspectos industriales del materialismo, siempre ha constituido una desventaja. ‘A lo que podemos apelar ahora -dijo- es a formas de acción mucho más atractivas y estimulantes: políticas raciales, políticas sexuales, políticas ambientales, políticas sanitarias. Hay otras formas de acción que surgirán en su debido tiempo por medio de las cuales transformaremos y subvertiremos la sociedad existente’. El programa radical que mi conocido indicó, con su fuerte atractivo para el idealista, así como para el materialista, y sus instintos de humanidad, especialmente entre los jóvenes, constituye una religión alternativa”[3]. 

3. EXTREMISMO Y HOMOSEXUALIDAD

“Todos los puntos del programa radical se prestan al extremismo. Por ejemplo, consideremos el tema de la homosexualidad, una parte importante de las políticas sexuales. En la década de los sesenta muchos de nosotros pensamos que existían serias objeciones morales y prácticas a la penalización de la homosexualidad y por consiguiente toleramos modificaciones en la ley que significaron que ciertas formas de conducta homosexual dejaran de ser ilegales. La homosexualidad en sí misma todavía era públicamente considerada por la sociedad, sin hablar de la Iglesia, como una gran perversión moral, pero los hombres comprometidos en ella, dentro de límites estrictamente definidos, ya no serían enviados a prisión. Creíamos que este cambio era lo máximo que los homosexuales merecían o podían razonablemente esperar. Se probó que estábamos totalmente equivocados. La despenalización permitió que los homosexuales se organizaran abiertamente en un poderoso círculo político y con eso se convirtieron en una simple plataforma desde donde podían formular más demandas. A continuación, vinieron los requerimientos de igualdad, en los cuales los homosexuales fueron oficialmente ubicados en el mismo nivel moral que las formas normales de sexualidad. A su vez, esto estuvo acompañado por demandas no sólo de igualdad sino de privilegio: por ejemplo, la asignación de cuotas a los homosexuales en los gobiernos locales, la eliminación de libros de texto y planes de estudio, cursos universitarios, párrafos de libros o autores que consideraban objetables, derechos especiales para hacer proselitismo y también la prerrogativa de programas especiales para difundir sus puntos de vista -incluyendo la eliminación de las limitaciones legales remanentes- en la radio y la televisión. De este modo, al intentar corregir lo que considerábamos una vieja injusticia terminamos con un monstruo entre nosotros, poderoso y clamoroso, amenazante y vengativo hacia todos los que desafiaran sus ultrajantes reclamos y dispuestos a introducir cambios fundamentales -y para la mayoría de nosotros espantosos- en las pautas civilizadas de conducta sexual”[4].

4. DISCRIMINACIÓN POSITIVA

“La discriminación positiva es una aberración moral, casi tan grave como su forma negativa, ya que para darle a una persona más justicia de la debida, por definición, se le brinda menos a otra. Esto no da resultado, tampoco es probable que alguna vez alcance sus objetivos, sino que por el contrario, como otras formas de extremismo, genera odio e indignación, y fuerzas compensatorias. Cuánto más válida y útil y probablemente de más largo alcance… es la enseñanza cristiana de que todos los hombres y mujeres son iguales a los ojos del Señor”[5].

5. LA NUEVA SALUD PÚBLICA

“Veo peligros en el desarrollo de las políticas de salud, un nuevo nombre para lo que solía llamarse eugenesia. La búsqueda de la salud a toda costa caracterizó el período entre las dos guerras mundiales y fue particularmente notable en las sociedades totalitarias. Stalin trataba a sus adversarios de insanos y los encerraba en hospitales psiquiátricos. Hitler exterminaba a los dementes para mejorar la calidad de su raza y cuando esta práctica se abandonó en respuesta a las presiones cristianas -el único éxito que obtuvo el clero al oponerse a una política de Hitler-, este utilizó los laboratorios de la muerte preparados a ese fin como proyecto piloto para la ‘solución final del problema judío. Todavía no exterminamos a los insanos -quizá nunca lo hagamos-, pero exterminamos despiadadamente bebés no nacidos en todo el mundo, literalmente por millones”[6].

6. AMOR Y GÉNERO

“¿Por qué Dios, sin tener género él mismo, lo ha creado en primer lugar? … El universo material fue creado y se ha propagado a sí mismo, sin género. Las estrellas no se unen ni reproducen con los planetas fusionando los elementos femenino y masculino. Se expanden o explotan o se separan sobre la base de principios físicos muy diferentes. Esta fue la decisión consciente de Dios al establecer las leyes de la astrofísica. Pero del mismo modo, al establecer las leyes de la vida orgánica, prefirió introducir el género y es interesante conjeturar sobre qué era lo que en ese momento tenía en mente.

En mi opinión, había un propósito fundamental en esta decisión. Si como he sostenido, el motivo de Dios para crear el universo fue el amor… si Dios mismo es la verdadera encarnación del amor, entonces es evidente que, en su mente, uno de los principales objetivos del universo era la experimentación del amor hasta sus últimas posibilidades. Dios mismo es único y tiene que serlo para ser todopoderoso. Pero su misma omnipotencia impone limitaciones: la opción de compartir el poder no es posible para él. Por lo tanto, un propósito del universo fue y es probar esas opciones al introducir el principio del poder compartido. Este principio está más universalmente expresado en el género, ya que por definición ninguna de las dos partes en una dualidad masculino/femenina es potente sin la otra. Ninguna puede amar plenamente sin la otra y sin duda ninguna puede engendrar sola, ni hacer el amor carnal sin la otra”[7].

7. VARÓN Y MUJER

“Quisiera que hubiera más mujeres en los puestos de importancia, no imponer normas y cuotas o una discriminación positiva en su favor. Menos aún que se introdujera la igualdad, excepto la única forma de igualdad que es posible y deseable: la igualdad ante la ley. Los hombres y las mujeres no son iguales. Son diferentes. Sus diferencias son sus ventajas, de modo que los hombres y las mujeres juntos son más que la suma de sus partes. Y sus diferencias también son su carta de triunfo”[8].

8. AMBIENTALISMO Y RADICALIDAD

“En nuestra época ha resurgido como una enorme fuerza o movimiento, especialmente entre las personas jóvenes e instruidas (quizá las que uno debería llamar semieducadas), para sacralizar la naturaleza en todas sus formas: océanos, ríos, bosques tropicales, tierras pantanosas, montañas, murciélagos y garzas, elefantes, ballenas y rinocerontes blancos, además de muchas otras especies y recursos, comunes o raros. Este ambientalismo ha sacado ventaja del hecho de que vivimos en la época del Lobby para hacerse inmensamente poderoso. Pero es mucho más que un lobby o una serie de lobbies: Greenpeace, Friends of the Earth (Amigos de la Tierra), el Club de Roma, etcétera. Indudablemente es una forma de religión. Sus seguidores, que en su mayoría son jóvenes o de aires juveniles, pero no desprovistos del ocasionalmente bronceado y huesudo gurú o faquir entre ellos, muestran todos los signos del fervor religioso: la convicción absoluta, la falta de interés en cualquier argumento que no sea el suyo, el desprecio por la evidencia excepto de los ‘hechos’ canónicos que ellos presentan como tales, el activismo extremado y una tendencia a participar en desfiles, demostraciones, marchas, sacrificios y sucesos milagrosos”[9].

9. DERECHOS DE LOS ANIMALES

“Los hombres pueden tener derechos e indudablemente tienen obligaciones. Los animales, hasta donde sabemos, tienen deberes instintivos hacia los de su misma especie y se les puede enseñar a realizar tareas para nosotros, pero no tienen un sentido autónomo de la responsabilidad como todos los humanos. Los derechos y las obligaciones son y deben ser recíprocos. De esto se desprende que hablar de derechos de los animales es erróneo e inconducente y nos lleva a una confusión moral, como ya está sucediendo entre los partidarios de los derechos del animal. El enfoque correcto es comenzar con los deberes de los seres humanos hacia los animales, que son muchos e imperiosos… A pesar de todo, creo que se aproxima un gran cambio en nuestra relación con el mundo animal.  En efecto, estamos comenzando a entender cómo piensan los animales y por qué hacen determinadas cosas, y ese conocimiento nos hace apreciarlos más y tratarlos con más consideración. Cuanto más conozcamos acerca de la vida en general, más valoraremos las vidas de todas las criaturas”[10].

10. LA VIDA EXTRATERRESTRE Y LA IGLESIA

“Creo que es correcto y provechoso imaginar una Iglesia aún más amplia, una Iglesia verdaderamente universal, en la cual los emisarios van velozmente de un sistema solar al siguiente, de una galaxia a otra en el otro extremo del espacio, así como, hace muchos siglos, los patriarcas y obispos de la Iglesia primitiva atravesaban el este del Mediterráneo para asistir a los concilios. No es demasiado difícil imaginar que esto ocurra entre comunidades extraterrestres que serían una extensión de las de nuestro globo. Pero también deberíamos considerar la posibilidad de que una Iglesia universal pueda ser muy diferente a todo lo que hemos experimentado sobre la Tierra. Podríamos ser una comunidad embrional e insignificante, con mucho que aprender y poco o nada que enseñar”[11].

11. ETERNAMENTE DIOS

“Dios nos ha creado a cada uno de nosotros; nos habla directa, personal, íntima y confidencialmente; y nosotros le hablamos a él en nuestras plegarias. Este es el hecho indiscutible acerca de Dios y cada uno de nosotros, y no hay nada en el espacio y el tiempo por venir que pueda modificarlo. Ya sea que el género humano sea singular o no, que seamos únicos como especie que rinde culto a Dios o que debamos compartirlo con otra o incluso varias especies de criaturas a través del universo, algunas de las cuales pueden ser totalmente diferentes de la nuestra, nada puede impedir que Dios penetre en nuestros corazones y permanezca allí, si lo invitamos. Desde luego, en eso estriba el prodigio de la fe, como yo lo entiendo. Es suficientemente grande como para extenderse a través del universo, por más vasto que este pueda ser, pero también suficientemente pequeño, especial y particular como para que una simple alma alcance a Dios”[12].    

12. CONCIENCIA Y SALVACIÓN

“Dios nos ha dado una conciencia, sin importar cuál sea la Iglesia a la que pertenecemos, o si no pertenecemos a ninguna. Esta conciencia es el instrumento de la moral absoluta, de la ley natural, y si la acatamos no podemos equivocarnos. Pero creo que la conciencia en su estado natural está modelada en bruto. Necesita ser esculpida y luego refinada y pulida, tiene que ser convertida en lo que yo llamo la conciencia informada. Este es el proceso de la educación moral que se desarrolla mejor dentro de la Iglesia y de una familia que pertenece a la Iglesia”[13].

13. UN CIELO PARA TODOS

“La posición que he asumido, después de mucha reflexión y cierta experiencia en la materia, es la siguiente. Hay toda clase de caminos hacia Dios. En el Capítulo 16 del Evangelio de san Juan, Jesús dice, en la versión inglesa: ‘In my father’s house are many mansions’ (‘En la casa de mi padre hay muchas mansiones’). Esta es una desafortunada traducción, pero aun así es una frase sorprendente y lo que Jesús pretende significar es evidente. Hay espacio para todos en el Cielo y no sólo para todos, sino para todos los grupos. Dios, en su infinita sabiduría y su insaciable curiosidad y amor a la variedad, hizo a los hombres y mujeres muy diferentes. El derramó los genes, como eran, en un gigantesco crisol celestial y resultaron en una estructura unificada, pero con combinaciones infinitamente variadas. En eso estriba el encanto e ingenio del género humano. Dios no deseaba una personalidad espiritual homogénea. Él quería místicos y activistas, cruzados y monjes devotos, aquellos cuya misión es terrenal y aquellos cuya misión es la contemplación”[14].

14. LA AUTORIDAD DE JESUCRISTO

Jesucristo siempre habló con una nota de autoridad. Fue amable y compasivo, lo opuesto al agresivo. Por el contrario, fue maravillosamente persuasivo y cautivador. Pero no andaba con rodeos en los temas importantes, nunca recurrió a argucias ni eludió temas o dejó a sus oyentes en la duda. Habló con toda la autoridad que le había otorgado su Padre y habló para ser obedecido. A veces mostraba una justa ira contra aquellos que conocían la verdad, pero no la enseñaban o la omitían o disimulaban sin motivo y contra aquellos que despreciaban abiertamente los deseos de Dios para el escándalo del inocente. En esas ocasiones él desplegó la ira de Dios. No sé si es correcto caracterizarlo como un autoritario, porque no tenía poder excepto el que irradiaba de su propia personalidad o se transmitía a través de sus dotes milagrosas o curativas. Pero fue una figura de autoridad: un líder, un maestro con una misión de liderazgo carismático”[15].

15. LA AUTORIDAD DE LOS APÓSTOLES  

“La designación de los apóstoles, ‘los doce’, por parte de Cristo, preparó el camino para su propia partida y aseguró la continuidad de su misión. Fueron un grupo escogido y elegido que comprendió sus enseñanzas y las propagó. Él les dio específicamente la autoridad y la habilidad carismática para hacerlo y ellos comenzaron su misión histórica en la festividad del Pentecostés, cuando el Espíritu Santo los inspiró y les confirió las habilidades de comunicación, las cuales, se nos ha enseñado, fueron milagrosas. Sus sucesores directos, por designación apostólica, fueron los obispos y es una fuente de gran orgullo en la Iglesia Católica -y de cierto escepticismo entre los historiadores de la antigüedad- que desde el mismo comienzo de la Iglesia la sucesión apostólica se haya mantenido en forma ininterrumpida”[16].

16. LA IGLESIA Y SU ROL FRENTE AL ESTADO

“Hay otro papel que debe ser jugado por una Iglesia que está segura de sus enseñanzas y no teme expresar su opinión: la lucha por la vida. Esto a menudo se refleja en los desastres del siglo XX y me pregunto qué nuevos horrores nos deparará el siglo XXI. Hemos aprendido lecciones del siglo XX. En particular, hemos aprendido a temer al Estado y a verlo como lo que es: útil, incluso amistoso cuando es pequeño y está condicionado, pero un enemigo mortal cuando rompe sus ataduras constitucionales. De modo que espero que no sea un problema durante el siglo XXI; hemos erradicado el virus totalitario de nuestro sistema, aunque es bueno recordar que China, con más de mil millones de habitantes, todavía está infectada. Pero creo que ya es evidente lo que tendremos que temer en el nuevo siglo. En nuestro caso, se nos permite ser hombres que juegan con el Estado y pagan el castigo con gran número de gente entregada a la muerte por la violencia de Estado. El riesgo en el siglo XXI es que permitamos que los hombres y las mujeres también jueguen con la vida humana. Y por jugar quiero significar utilizar, abusar y modificar las fuerzas vitales como si no fueran leyes, excepto para aquellos que nosotros mismos determinamos”[17].

17. EL DESAFÍO A LOS PRINCIPIOS MÁS ELEMENTALES

“Yo siempre había pensado que la santidad de la vida era una de aquellas ‘verdades’ que los hombres y mujeres inteligentes consideraban ‘evidentes por sí mismas’. No necesitaban ser demostradas. Hay una cantidad de creencias en relación con la conducta, la moral y la civilización que son tan evidentes por sí mismas que el requerimiento de demostrarlas genera inquietud. Sin embargo, me temo que este es precisamente el tipo de inquietud que vamos a experimentar en el siglo XXI. Todo tipo de verdades axiomáticas acerca de la vida humana serán desafiadas por los innovadores que planean utilizar las nuevas tecnologías para ‘mejorar’ la condición humana. Los innovadores que tratarán de ejercer el poder en el siglo XXI sienten desprecio por la moral absoluta y creen que las leyes y las normas morales deberían ser relativas y modificadas de vez en cuando para adaptarlas a la conveniencia de los hombres y mujeres. ¿Acaso ya no están haciendo su voluntad? Solamente en 1994 se exterminaron en Inglaterra legalmente 168.000 niños no nacidos. La cantidad de abortos legales que se han estado llevando a cabo en el mundo supera la cantidad de seres humanos exterminados por las tiranías nazi”[18].


NOTA: OBSERVACIONES AL TEXTO

En nuestra opinión, el autor comete algunos errores en sus citas que quizás surjan de su predilección por la tradición católica sobre la lectura bíblica. Por ejemplo, cuando dice que los Salmos presentan al diablo como “león rugiente buscando a quien devorar”; esa imagen se encuentra en la 1ª Epístola de Pedro 5:8.

Además, su creencia sobre el Purgatorio es reflejo de la enseñanza oficial de su iglesia; el fundamento bíblico de esta doctrina es prácticamente nulo (inferencias forzadas de algo que Jesús jamás mencionó) y aparece tardíamente como creencia.


REFERENCIAS

[1] Johnson, Paul, “En busca de Dios”, 1996, p.162

[2] p.76, 77

[3] p.38, 39

[4] p.39,40

[5] p.41

[6] p.41

[7] p.60

[8] p.61

[9] p.95

[10] p.101

[11] p.112

[12] p.113

[13] p.120

[14] p.121

[15] p.124

[16] p.124

[17] p.126

[18] p.127

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