Etiopía es una antigua nación al sur de Egipto, que forma parte de la zona llamada “cuerno de África”; su territorio también fue conocido como Abisinia. A lo largo de su riquísima historia ha mostrado y demostrado una fe inquebrantable. Hoy es habitada por 120 millones de habitantes, pertenecientes a más de 80 etnias distribuidas en su vasto territorio.

LAS RAÍCES HEBREAS
Aunque mencionada por Heródoto, quizá la referencia histórica más famosa es la visita de su reina, la reina de Saba (o Sheba, como se la llama en su país) a Salomón, mencionada en el Antiguo Testamento. Los etíopes sostienen que de esa visita surgió su rey Menelik I, hijo de ambos monarcas. También afirman que este mismo Menelik I trasladó a Etiopía lo que se conoce como el Arca del Pacto o Arco de la Alianza, que se encuentra en la iglesia de Santa María de Sion, en Aksum y a la que solo puede acceder el religioso que la custodia[1].

Un caso curioso lo constituyen los falashas o Beta Israel (“Casa de Israel”), como se llaman a sí mismos los judíos negros etíopes, un grupo que durante siglos creyó ser la única comunidad judía del mundo[2]. Los falasha se consideran a sí mismos descendientes de la tribu de Dan, llegados directamente a Etiopía desde Egipto en tiempos del éxodo liderado por Moisés. Una corriente académica propone que son hebreos arribados a Etiopía tras la invasión de Nabucodonosor al reino de Judá en el año 586 AC. También hay quienes creen que son descendientes directos del rey Menelik. Observan el sábado, comen solo alimentos kosher, oran en sinagogas con techo de paja y durante los siete días de la Pascua utilizan exclusivamente pan sin levadura. También ofrecen animales en sacrificio y tienen sacerdotes designados por la comunidad[3].

Los falashas constituyeron un reino independiente desde el siglo IV hasta 1627 en la zona del Lago Tana[4]. Tristemente, a fines del siglo XX el ejército israelí tuvo que realizar dos rescates masivos de los miembros de esta comunidad ante la amenaza de su exterminio: en 1984 trasladó al Estado de Israel cerca de 9,000 mil judíos etíopes en Sudán y en 1991 a 14,324 judíos desde Etiopía, previo pago de 26 millones de dólares al gobierno del dictador comunista Mengistu. Actualmente sobreviven unos 9,000 falashas en Etiopía.
LA LLEGADA DEL CRISTIANISMO
Se atribuye la introducción del cristianismo en el país al eunuco de la reina etíope Candace que según el Nuevo Testamento[5] fue bautizado por Felipe el diácono[6].

Es muy conocida la temprana expansión del evangelio en el norte de África, por eso no sorprende que Etiopía (en aquel momento del reino de Aksum) haya sido la segunda nación en el mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial, después de Armenia[7] alrededor del año 330.
LAS IGLESIAS DE LALIBELA
Durante el siglo XII la dinastía zagwe regía los destinos de país. Tras la caída del Reino de Jerusalén, impuesto por los cruzados en 1187[8], el rey etíope Gebra Maskal Lalibela (1172-1212), hombre de firme fe cristiana, decidió construir una nueva Jerusalén en la ciudad de Roha (hoy Lalibela), que era la capital de su reino. Se discute el propósito: los etíopes dicen que estaba dedicado a la gente que, por falta de recursos, estaba impedida de peregrinar a la Tierra Santa; otros afirman que surgió como respuesta a la toma de Jerusalén por los musulmanes. Según se cree, este monarca había visitado aquella ciudad en su temprana juventud y había quedado altamente impactado por la experiencia de fe vivida allí.

El área asignada a las construcciones recibió nombres bíblicos, como, por ejemplo, el Monte de los Olivos o el río Jordán. Allí se levantó un conjunto de iglesias construidas de una forma extraordinaria: así como en Petra los palacios están tallados en las laderas de las montañas, en Lalibela han sido labrados sobre la durísima roca del suelo: los edificios fueron construidos de tal modo que parecen excavados. Se dice que estos monumentales templos fueron erigidos en solo 23 años por 40,000 hombres, toda una hazaña para la época. Una leyenda dice que mientras los hombres trabajaban de día, los ángeles lo hacían de noche para hacer realidad el sueño divino.

Aunque la datación de las iglesias no está bien establecida, se cree que fueron construidas durante los siglos XII y XIII. En 1978 fueron acreditadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Todas poseen una excelente arquitectura y un profundo simbolismo.
LA VISITA
Siguiendo el ejemplo de Moisés que tuvo que descalzarse porque estaba pisando tierra santa[9], para ingresar a las iglesias hay que quitarse el calzado. El interior de cada templo está dividido en tres secciones: la del canto o coro (para el pueblo) el lugar santo, donde se sirve la eucaristía o Santa Cena y el Lugar Santísimo, al que solo puede acceder un sacerdote, donde, como hemos dicho, siempre hay una réplica del Arca del Pacto o Arco de la Alianza[10]. Es un ámbito oscuro, cuyo piso piedra está cubierto por alfombras. siempre hay un sacerdote vigilando cada uno de estos recintos sagrados. Los ortodoxos etíopes leen mucho la Biblia y conocen bien las Escrituras.
LAS IGLESIAS DEL GRUPO NOROESTE
La Iglesia del Salvador (Biet Medhane Alem)[11] es la más imponente del grupo; cuenta con treinta y cuatro enormes pilares alrededor del templo.

Su estructura de líneas rectas impacta por su solidez y altura. Su interior infunde respeto e inspira reverencia.

Luego de cruzar un túnel y algunos pasajes de piedra llegamos a La Iglesia de María (Biete Maryam), obviamente dedicada a la Virgen María.

Por dentro, antiguos frescos y tallas en sus paredes crean una atmósfera especial.

Muy cerca se halla la piscina de la fertilidad, un espacio rectangular donde el agua está cubierta de algas. Las mujeres estériles acudían a bañarse allí con la esperanza que poder quedar embarazadas.

Luego, por un imbricado camino se llega dos iglesias gemelas, una junto a la otra, esculpidas como el resto en la piedra, consideradas una unidad: La Iglesia de Gólgota y la Iglesia del Arcángel Miguel (Biete Golgotha Mikael).

Se destaca por el arte que luce en su interior. Es la única donde las mujeres tienen vedado el ingreso; allí se cree que está enterrado el rey Lalibela.

Más adelante quedan dos iglesias: Iglesia de la Cruz (Biete Meskel) y la Iglesia de las Vírgenes (Biete Denagel). Este primer grupo, al norte del río Jordán lalibense, representa la Jerusalén terrenal.
LA JOYA DE GRAN PRECIO: LA IGLESIA DE SAN JORGE
La más famosa es la Iglesia de San Jorge (Biete Ghiorgis), que es considerada aparte. Vista desde arriba tiene forma de cruz griega[12].

Como las demás, se encuentra excavada sobre la dura piedra volcánica rojiza. Sin embargo, a diferencia de las que se encuentran protegidas por techos metálicos para evitar la erosión, se la puede admirar a cielo abierto.

Cronológicamente parece ser la última de estas iglesias históricas. Levantada en el siglo XIII, posee un diseño arquitectónico único. Se puede admirar mejor esta iglesia en el siguiente video:
Está dedicada a San Jorge, patrono de Etiopía, de quien la leyenda cuenta que mató a un dragón para liberar una ciudad. Se sabe que este Jorge fue un soldado al servicio del emperador Diocleciano que padeció el martirio por negarse a abjurar de su fe cristiana.
LAS IGLESIAS DEL GRUPO SUDESTE
Iglesia de los ángeles Gabriel y Rafael (Biete Gabriel-Rufael) es una de las más bellas, con su fachada mostrando elevados arcos de medio punto apuntados y su entrada en la parte superior. Es la única que no tiene orientación este-oeste por lo que se sospecha que pudo haber sido una fortaleza de los reyes akzumitas en siglos anteriores. Aunque opacados por el paso de los siglos, en su interior perduran bellos frescos de dos dimensiones con motivos alegóricos.

La Iglesia de Emanuel (Biete Amanuel) es uno de los más preciados tesoros arquitectónicos de Lalibela. Posiblemente haya sido una capilla real[13]; por su estilo, parece una obra contemporánea.

La Iglesia del Abad Líbanos (Biete Abba Libanos) es otra de las obras monumentales de Lalibela. El algo más pequeña que la anterior. Está dedicada a un activo misionero cristiano que sirvió en regiones paganas, al norte de los ríos Marab-Belesa. A veces se le llama el Apóstol de Eritrea.

El grupo se completa con la Iglesia de san Mercurio (Biete Mercoreus), de la cual se dice que pudo haber sido antiguamente una prisión, y con la Iglesia de Belén (Biete Lehem), una pequeña iglesia. Hay un túnel de 15 metros que conecta ambas iglesias, pero si continúa por él unos 50 metros más se llega a la iglesia Emanuel.

Estas bellas iglesias representan la Jerusalén celestial.
Las iglesias de Lalibela son un conjunto único que por su antigüedad, diseño, ejecución y fe merecen ser conocidas y, si es posible, visitadas. Alguien ha dicho que la Iglesia de San Jorge es la Octava Maravilla.
© Pablo R. Bedrossian, 2023. Todos los derechos reservados.
NOTA: LAS IGLESIAS ORTODOXAS DE ETIOPÍA
Los templos suelen tener tres formas: circular (más común en zonas rurales), rectangular y otras más modernas.

Una mañana tuvimos la oportunidad de asistir un servicio religioso ortodoxo al aire libre en el predio de las iglesias excavadas de Lalibela. No se trataba de una misa, pues no hubo eucaristía. El culto se realizó al aire libre y vimos una fe viva. Nos resultó una experiencia muy rica, pues nos movió a imaginar cómo serían las predicaciones del Señor Jesús.

REFERENCIAS
[1] Esta arca volvió a recobrar fama en la película “Indiana Jones en busca del arca perdida”; un detalle poco conocido fuera de las fronteras de Etiopía es que la estructura de las iglesias ortodoxas en el país incluye un Lugar Santísimo, cuyo acceso está vedado a los fieles, donde siempre se coloca una réplica de esta arca.
[2] Hasta donde sabemos, la primera noticia en el mundo occidental de este grupo, lo proveyeron, misioneros protestantes de la Sociedad de Londres para la Conversión de los Judíos en la década de 1860. Posteriormente, los dio a conocer en Europa el profesor Jacques Faitlovitch, un joven erudito judío de París. Los interesados en conocer más del tema pueden leer, por ejemplo, Messing, Simon D., “Journey to the Falashas: Ethiopia’s Black Jews”, 1956 https://www.commentary.org/articles/simon-messing/journey-to-the-falashas-ethiopias-black-jews/
[3] Goodhue, Thomas W., “Origins of Ethiopia’s Black Jews”, One, CNEWA, Fall 1986, https://cnewa.org/magazine/origins-of-ethiopias-black-jews-30374/
[4] Cohen, Elias, “Beta Israel: la fascinante historia de los judíos de Etiopía”, El Confidencial, 7/11/2018, actualizado el 12/11/2018, https://blogs.elconfidencial.com/mundo/tajles/2018-11-07/judios-etiopia-falashas-beta-israel_1641190/ ; hay varias teorías más sobre el origen de esta extraordinaria comunidad.
[5] Hechos 8:26-39
[6] No confundir con el apóstol y discípulo de Jesús del mismo nombre; según el contexto, este Felipe era uno de los diáconos mencionado en Hechos 6:1-6
[7] Armenia adoptó el cristianismo como religión oficial en el 301. Muchos creen que Constantino declaró al cristianismo religión oficial del Imperio Romano, pero fue el emperador Teodosio en el 380
[8] Tras la caída de Jerusalén a manos de Saladino, este reino cristiano trasladó su capital a Tiro y luego a otras ciudades hasta desaparecer completamente a fines del siglo XIII
[9] Éxodo 3:5
[10] Las iglesias ortodoxas etíopes adhieren a muchas prácticas del Antiguo Testamento.
[11] El nombre que comúnmente traducimos como iglesia en lengua amharic, que es la que hablan los etíopes, significa casa.
[12] La cruz griega cruz está formada por dos brazos de igual tamaño que se cruzan perpendicularmente por su centro.
[13] Para el uso de los monarcas.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías y videos fueron tomados por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.
Excelente descripción; cabe destacar que el río Jordán está en parte representado dentro del conjunto arquitectónico. Me pregunto, estará realmente el Arca de la Alianza en Aksum?? En 2020 viajé a España a visitar algunos parientes, uno de mis hijos y nietas, y de allí volaba a San Petersburgo, Pskov y Tartu a ver amigos. Después a Kutaisi y Yereván a ver más amigos cruzando Bielorusia y Ucrania. De allí a Kars para visitar Ani (no me la podía perder). Luego me reunía con unos uruguayos amigos en Estambul para un paseo de 20 días por Turquía, donde me quedaba para ver Gobekli Tepe y monte Nemrud. Luego Ammán y Wadi Musa (también tengo conocidos allí) por la autovía del Rey y finalmente salía por Aquaba para visitar, si me dejaban, Hegra, La Meca y Medina. Y de allí, finalmente, Lalibela, Addis, Tigrán, etc…… Pero el Covid 19 decidió otra cosa. Ya estoy por llorar, pero bueno, sigo vivo. Un gran abrazo y sigue viajando Pablo, si mi mortaja hubiese de tener bolsillos, que estén bien vacíos.
¡Gracias, Héctor! ¡Qué buen mensaje el tuyo! También perdí un viaje por seis países a causa del Covid, pero estoy trabajando para recuperar el tiempo perdido (ya doy por perdido el dinero de los pasajes… El recorrido planeado que relatas es increíble y en algún momento debo hacer al menos algunos segmentos. Lo del Arca de la Alianza los etíopes lo creen firmemente, pero a mí también me deja dudas; creo que cuenta más lo que representa para ellos. Finalmente, en este blog hay mucho de viajes (aunque escribo de todo), por eso creo que tu frase final, remata genialmente el dicho español. Mi mamá cuando en su ancianidad le tocó estar en silla de ruedas me dijo: «hacelo mientras puedas». Abrazo.
Muy buena reseña y excelentes fotos de un lugar desconocido para mí. Gracias