ALBERTO FERNÁNDEZ Y LAS PATAS DE LA MENTIRA (por Pablo R. Bedrossian)

Aquellos que me conocen saben que no soy macrista. Si alguno tiene dudas, puede leer algunos de los artículos que publiqué durante ese gobierno. Pero tampoco soy kirchnerista, ni peronista y aunque me identificara con cualquiera de las facciones mencionadas, diría lo mismo que voy a decir a continuación.

La imagen del presidente celebrando el cumpleaños de su pareja el 14 de julio de 2020, cuando al mismo tiempo ordenaba el confinamiento de los argentinos a causa del Covid, produjo una gran indignación, no solo en los opositores sino también entre las filas oficialistas. El motivo no radicó en la ausencia absoluta de medidas preventivas, como mascarillas o distanciamiento social, sino porque mediante el DNU 576/2020 del 29 de junio, firmado por el propio Alberto Fernández, quedaba “prohibida la circulación de las personas alcanzadas por la medida de ‘distanciamiento social, preventivo y obligatorio’” [1]. Por esa razón muchas personas no pudieron despedir a sus seres queridos, otros no pudieron acompañarlos durante su hospitalización y hubo quienes fueron detenidos simplemente por circular por la vía pública. El festejo del cumpleaños de la primera dama aparece ante los ojos de muchos como una burla a la ciudadanía.

NO AL JUICIO POLÍTICO

El pedido de juicio político de parte de Juntos por el Cambio, parece más un golpe de efecto, que un acto de sensatez. En lo personal, me parece una exageración rayana con el absurdo. Pero tampoco el incumplimiento a su propio DNU ha sido simplemente un “desliz”, tal como lo ha calificado el presidente[2], ni motivo para victimizarse (me refiero a su frase « No me van a hacer caer por un error que cometí»[3]). La cuestión pasa por otro lado. Quizás el presidente se resista asumir una plena responsabilidad de los hechos, pero, difícilmente podrá impedir su impacto en la opinión pública.

De paso, se comenta que la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner se disgustó por el comportamiento de Alberto Fernández. Debería hacerse cargo también, pues ella misma lo eligió como candidato de su partido.

LA VERDADERA CONDENA

Uno podría pensar que es un típico caso de hipocresía: “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Sin embargo, la cuestión va mucho más allá. En primer lugar, puso al desnudo una práctica habitual y lamentable de los gobiernos latinoamericanos:  abusar de los privilegios del poder. Parafraseando a Orwell, pareciera que para el presidente todos los argentinos son iguales, pero algunos más iguales que otros. En público, hablaba de los beneficios colectivos del confinamiento; en privado, consentía que su familia y sus conocidos -además de él mismo- gozaran de las libertadas que había privado por su DNU.

En segundo lugar, guardar en secreto la violación de las restricciones. Así como se descubrió el vacunatorio VIP (que no fue por su odiado Diario Clarín, sino por el fuego amigo de Horacio Verbitzky), el problema no consistió solo en gozar de derechos cercenados por el DNU al resto del pueblo, sino ocultarlo. Cualquiera se “arrepiente” cuando lo descubren porque no le queda más remedio. ¿Pero es un arrepentimiento genuino? La respuesta se infiere de la respuesta a otra pregunta: ¿se hubiera arrepentido Alberto Fernández si las fotos no hubieran salido a la luz? Nótese que su propio gobierno dijo primero que era una fake news, descalificando a la fuente; solo reconoció que la foto era genuina -aun cuando sabía desde el principio de su autenticidad- en el instante que la evidencia fue abrumadora. Los gobiernos no le temen a Justicia, a la cual pretenden controlar o, en el mejor de los casos, negociar con ella, sino a la difusión de los actos autoincriminatorios; en resumen, le temen que se sepa la verdad.

En tercer lugar, y lo más importante es la pérdida de la confianza en la palabra presidencial. En una democracia, la credibilidad es el elemento más importante del capital político. Desde luego, aunque los gobernantes delincan los apoyará el núcleo duro de sus votantes, por eso se habla de apoyo incondicional que puede resumirse en un famoso pensamiento de “Yuri” Piatakov, uno de los fundadores del Partido Comunista ucraniano: “Si el partido lo exige, un verdadero bolchevique debe estar dispuesto a creer que lo blanco es negro y que lo negro es blanco”. Son personas que prefieren cambiar de ideales antes que cambiar de partido. Pero el resto de la población, que no padece de ceguera voluntaria, se siente defraudada y engañada. Ya no puede creer en aquel que traicionó su confianza.

Como los pueblos suelen tener mala memoria y, por lo tanto, repiten sus errores, no sabemos a ciencia cierta cuanto durará la percepción negativa acerca del actual presidente que muestran las encuestas, pero es probable que muchos que antes dudaban ahora desconfíen definitivamente de él.

© Pablo R. Bedrossian, 2021. Todos los derechos reservados.


REFERENCIAS

[1] “AISLAMIENTO SOCIAL, PREVENTIVO Y OBLIGATORIO”, Decreto 576/2020, DECNU-2020-576-APN-PTE – Prórroga. “Distanciamiento social, preventivo y obligatorio”. Ciudad de Buenos Aires, 29/06/2020, firmado por el Presidente Alberto Fernández.

[2] Ver, por ejemplo, “Alberto Fernández y la reunión en Olivos: «El único responsable soy yo, me hago cargo», Diario Ámbito, 16/08/2021, https://www.ambito.com/politica/alberto-fernandez/y-la-reunion-olivos-el-unico-responsable-soy-yo-me-hago-cargo-n5252463

[3] Puede verse el video en “Alberto Fernández: ‘No me van a hacer caer por un error que cometí, sepan que me fortalecen’”, TN, https://www.youtube.com/watch?v=G8POV870ESQ

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