“1983”, UNA MINISERIE POLACA CON UNA REALIDAD ALTERNATIVA (por Pablo R. Bedrossian)

Esta miniserie en 8 capítulos producida por Netflix mezcla ficción y realidad. Muestra una historia diferente para Polonia a partir del año del título, alejada de la realidad, pero con elementos que forman parte de su experiencia como nación.

La trama transcurre en 2003 pero vuelve reiteradamente a eventos ficticios sucedidos en 1983 que determinan el futuro alternativo del que los espectadores somos testigos y el pueblo, su víctima. El título no es inocente. Hay un notable paralelismo con “1984”, la novela de George Orwell que fue llevada al cine, en cuanto a un partido único que controla la vida de sus ciudadanos. En esta distopía Al Gore ha sido consagrado presidente de los Estados Unidos y la Unión Soviética sigue manejando el poder.

Desde luego, se presenta también la resistencia, llamada la “brigada ligera”, conformada por jóvenes, quienes al descubrir una historia familiar común se rebelan contra el sistema. No son las únicas partes en conflicto: aparecen desde la CIA y el Mossad hasta la Milizia, la Agencia, el Ejército polaco y traficantes vietnamitas (parte importante de los hechos sucede en la “Pequeña Saigón” de Varsovia) que negocian con todos los involucrados. Dentro del Partido y de las organizaciones que deben mantener el orden y la seguridad hay una sórdida lucha de poder, mientras que elegir la clandestinidad implica el riesgo de la tortura, la desaparición o la muerte.

Robert Wieckiewicz

La narración comienza con el fallecimiento de un joven, caratulado como suicidio. El policía a cargo, Anatol Janów (interpretado por Robert Więckiewicz), sospecha que se trata de un homicidio perpetrado por alguna de las autoridades. Mientras tanto, el joven estudiante de Derecho Kajetan Skowron (interpretado por Maciej Musiał) recibe documentos de su mentor quien esa misma noche es asesinado. Decide iniciar por su cuenta una investigación. Anatol y Kajetan se cruzan y discuten los hechos; ambos se confrontan con sus pasados y establecen objetivos prescindiendo de la posición que ocupan. La producción cuenta con excelentes actuaciones, musicalización y ambientación, El final sugiere que habrá una segunda temporada.

Escrita y dirigida por Joshua Long, esta miniserie es una suerte de advertencia del mundo que quizás se avecina: un nuevo orden donde prima el pensamiento único y, basado en el falaz argumento de “crimen de odio”, se censura a todas las voces disidentes; al mismo tiempo, se obtiene la conformidad social mediante la prosperidad material y se presentan dictaduras como si fueran auténticas democracias. Orwell no fue el primero en profetizarlo. Basta leer “Un mundo feliz” de Aldous Huxley para entenderlo.

© Pablo R. Bedrossian, 2021. Todos los derechos reservados.

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