De casualidad, en una de mis visitas a Buenos Aires, viví una experiencia surrealista. Había tomado el tren hasta Liniers, en busca de un sanatorio cercano. Crucé por debajo la Avenida General Paz y bordeé por el lado norte el Cementerio Israelita. Muy pocas cuadras después, en la calle Granaderos 146 / 150 un jardín lleno de curiosas estatuas me arrancó de mis pensamientos.
La imagen era sorprendente: una plétora de figuras de tamaño real cubría la grama, teniendo como fondo una casa de dos plantas.
En aquel momento no pude encontrar ninguna identificación del lugar, si era la casa del artista, un museo o simplemente una exposición decorativa. Sin embargo, me llamaron la atención los títulos de algunas de las obras; por ejemplo, “La venganza del lagarto” o “La planta humana”.
Cada escultura representaba un personaje: una mujer cargando recipientes con agua, un guerrero negro, un payaso de circo, un jardinero, un inmigrante. Incluso había un tigre y un animal prehistórico identificado como tiranosaurio.
Recordé casi inmediatamente la letra de “Soledad” el tango que cantaba Gardel con letra de Alfredo Le Pera:
“Hay un desfile de extrañas figuras que me contemplan con burlón mirar. Es una caravana interminable que se hunde en el olvido con su mueca espectral”.
Independientemente de la voluntad del autor (la evidencia sugiere que todo proviene de la misma mano), había algo en esas figuras que iba más allá más del sentimiento individual que comunicaba cada personaje. Aún con sus orígenes diversos, todas parecían dirigirse a un destino común, como una procesión, metáfora de la vida, de la que todos participamos a pesar de nuestras diferencias.
EL CREADOR
Luego de la primera publicación del artículo en 2020, recibí un emotivo mensaje de Carlos Antonio Ferrari, quien develó el misterio de la autoría: “todas esas esculturas que vos bien detallás, fueron realizadas por mi nonno Antonio, un tano como otros tantos que arribó a la Argentina con su valija cargada de ilusiones. Él las hacía con muchísimo amor y dedicación, hay algunas de oficios, hay cuadros, y otras alocadas…. y fuentes de agua también. Ojalá algún día te pueda encontrar en la vereda y poder contarte su historia…”
Seguramente en alguna ocasión me encontraré con Carlos para que me cuente de su abuelo, su arte y sus sueños. Mientras tanto, espero que el jardín de las estatuas permanezca aún en ese rincón de Ciudadela.
© Pablo R. Bedrossian, 2020, 2022. Todos los derechos reservados.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
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Pablo Bedrossian 
La estatua del dinosaurio en el jardín de Ciudadela es un Triceratops, NO un tyrannosaurus. Saludos
Por supuesto. De acuerdo con tu observación. Por eso escribí «un animal prehistórico identificado como tiranosaurio». Del lado derecho de la escultura, abajo, (a la izquierda del observador) hay un cartelito borroso que decía tiranosaurio. Por eso puse «identificado como» a diferencia del tigre, que sí mencioné directamente. Gracias por tu aporte que es totalmente correcto. ¡Cordiales saludos!
Hoy pase por allí y siguen, un poco más despintadas.
¡Gracias! Hermosa crónica de mi barrio, me voy a escuchar unos tangos ¡saludos!
Buenas tardes.
Mi nombre es Carlos, esos no se como o si se como….hicieron llegar por whatsapp el link de tu post, te cuento que ahi vivo junto a mi familia y todas esas esculturas que vos bien detallas, fueron realizadas por mi nonno Antonio, un tano como otros tanto que arribo a la argentina con su valija cargada de ilusiones.
El las hacia con muchísimo amor y dedicación, hay algunas de oficios, hay cuadros, y otras alocadas….y fuentes de agua también.
Ojala algun dia te pueda encontrar en la vereda y poder contarte su historia…
Te mando un gran abrazo y en representacion de la familia…te digo GRACIAS! por tus palabras GRACIAS POR LAS FOTOS!!
Abrazo grande
Carlos
¡Qué bueno!!! Tu abuelo Antonio era un genio!! Creó con sus estatuas un jardín encantado. Te paso mi correo para conectarnos prbedrossian@hotmail.com, así en mi próxima visita a BA, en una de esas nos encontramos (vivo en Honduras, Centroamérica desde hace casi 18 años)
hola hoy estuve por ahi cerca . queria consultarte si podriamos hacer una entrevista para youtube
Entiendo que la consulta es para el nieto del creador de las estatuas, Carlos Antonio Ferrari. Si en algo puedo servirte, mi correo es prbedrossian@hotmail.com. ¡Cordiales saludos!
Acabo de pasar por el lugar por casualidad. Nos sorprendió de una manera extraña. Volvimos a pasar y pensamos que ese jardín debería tener una historia en algún lugar. Acabo de goglearlo y me encuentro con esta historia
Lo que Carlos cuenta de su abuelo Antonio es conmovedor… Imaginemos que todos tenemos un jardín (de hecho, lo tenemos dentro nuestro), ¿qué pondríamos en él? Es cierto que todos podemos tener malezas y espinas, pero podemos quitarlas y sembrar esperanza, que es lo que necesitamos, construir juntos una vida que merezca ser vivida no solo por nosotros, sino también por los demás.
ES EXTRAORDINARIO EL TRABAJO REALIZADO POR BEDROSSIAN, ES DIGNO DE VERSE.
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Gracias. Las estatuas no son creación mía sino del abuelo del Sr. Carlos Antonio Ferrari. ¡Cordiales saludos!
Viví toda mi infancia a la vuelta de esa casa, cual hace muy poco se la mostré a mi pareja contando algo de esa hermosa historia. Un beso a sus nietos y un abrazo enorme lleno de amor para Mi querida Mary hija de Don Antonio y Rosalía esposa de ese loco inmigrante de los ya están escaseando y se los empieza a extrañar ya un poco 💜
Es realmente maravilloso verlo, realmente una obra de arte, hace muchos años deje mi querido barrio, pero suelo pasar ya q tengo todas mis amigas de la infancia.Un Abrazo!!
maravillosos homenaje a toda la gente trabajadora y sus oficios, la verdad impresionante. algo mas de nuestra bendita buenos aires que destacar, existen grandes artistas de los cuales se sabe muy poco, me encantó el triceraptor identifiocado como tyranosaurus, y bue asi lo bautizó el artista, muy bueno, mis mas grandes felicitaciones al creadoor del blog, un genio el tipo…abrazos