Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO
Para muchos, fracaso es una mala palabra, y ser un fracasado, una tragedia. Demian Sterman en “Historias de fracasos y fracasados que cambiaron el mundo” se ocupa de demostrarnos que el problema no está en los resultados sino en la forma de entenderlos.
Las historias que el autor presenta para apoyar su hipótesis vuelven al libro muy entretenido. En la primera parte, titulada “Fracasados”, aparecen genios como Gaudí, Beethoven, Walt Disney, Steve Jobs, Henry Ford (por el libro me enteré de Fordlandia, la ciudad que el empresario automotriz creó en la Amazonia) y muchos otros. Para esos reiterados “fracasadores” -si se me permite el neologismo- cada paso en falso terminó siendo un valioso aprendizaje. Como solemos decir, el problema no es estar caído sino no levantarse.
Sterman relata una sabrosa anécdota de dos expertos en fracasos: Chaplin y Einstein. Durante un encuentro el físico le dijo a Chaplin:
– Lo suyo es extraordinario: todo el mundo lo entiende y admira.
A lo que el genial actor y director le respondió:
– Lo que ocurre con Ud. es aún mayor: todo el mundo lo admira, aunque nadie lo entiende”.
La segunda parte se titula “Espacios para reírse del propio fracaso (y el de los otros)”. Cuenta allí, por ejemplo, del nacimiento de “La Academia del Fracaso”, de las famosas “FuckUp Nights” y del curioso “Museo de los productos fracasados”. Cuenta que en Silicon Valley, sede de importantes empresas tecnológicas, el lema es “Fail fast, fail often” (“fracasa rápido, fracasa seguido”) y que allí un currículum sin fracasos es desechado inmediatamente. Es obvia la diferencia con la típica asignación de culpas de la cultura latina.
La última parte aborda un tópico sumamente curioso: “Cuando el fracaso y el éxito son solo casualidad”. Comienza con Coca Cola y Pepsi, habla de Charles Goodyerar y Levi Strauss e incluso describe el origen accidental del helado en palito (en algunos lugares conocido como paleta) y del dulce de leche. Además, presenta dos términos que, si no sabe de qué se tratan, vale la pena conocer: serendipia y chindogu.
Escrito en un tono neutro con pinceladas de buen humor “Historias de fracasos y fracasados que cambiaron el mundo” es un libro entretenido que puede ser leído no solo como una colección de experiencias sino como un espejo en el cual mirarse. En cierta ocasión Charles Handy, un gurú irlandés del management comentó: “Cuando acabaron sus estudios, les dije a mis hijos que lo que debían hacer era buscar clientes y no jefes”. Si es de los que creen que aquellos que se atreven, los verdaderos emprendedores, crean el futuro, este libro es para Ud. Tal como dice el libro de Demian Sterman, la clave está en insistir, pero cambiando la manera.
© Pablo R. Bedrossian, 2018. Todos los derechos reservados.
BONUS: UN BREVE PÁRRAFO DEL LIBRO ESCRITO CON FINO HUMOR
“El 2 de octubre de 1954 Kimmy Denny, gerente del estudio de grabación donde se estaba haciendo una audición para el programa de radio Grand Ole Opry, despidió al principiante Elvis Presley de forma terminante: ‘No vas a ninguna parte, hijo. Deberías volver a manejar un camión’. Por suerte el Rey no le hizo caso y siguió insistiendo, aunque quizás el mundo perdió un excelente camionero”. (Demian Sterman, “Historias de fracasos y fracasados que cambiaron el mundo”, Paidós, 2017, p.67,68).
Hola , Pablo: me gusto mucho tu página, en especial Historias de Fracasos… y la sección curiosidades. No se como podes abarcar temas tan diversos.¡felicitaciones!
¡Gracias, Silvia! ¡Cuánto tiempo! Me alegra retomar el contacto. ¡Abrazo para vos, Andrea, Juan Carlos y el tío Juan!