Escribo antes del traspaso presidencial en la Argentina. Sería mucho más fácil hacerlo luego del 10 de diciembre, pero me parece mucho más honesto opinar ahora, cuando aún no se sabe lo que va a pasar.
No es Cristina Fernández de Kirchner quien le traspasará el poder a Mauricio Macri: es el pueblo argentino, cuya mayoría lo eligió por voto popular. Por eso resulta absurdo y triste el sainete criollo del cual somos testigos, reflejo de un país profundamente dividido.
A la Argentina no la dividen los logros del gobierno que termina, ni siquiera sus fracasos. Tampoco las promesas del nuevo gobierno, ni los riesgos que la oposición ha advertido. Lo divide la ambición de poder, y más aún, la potestad de mandar.
Perder el poder es tan dramático como pasar de repente a poseerlo. El que hoy lo recibe mañana lo debe entregar, por eso, si se ignora que la voluntad popular es un mandato representativo, terminan prevaleciendo los intereses personales que conducen a una infructuosa lucha de egos. A ninguno, ni al que llega ni a la que se va, le conviene una victoria pírrica. Por eso deseamos una transición que respete y proponga un pueblo unido, donde celebren los que se van y celebren los que llegan, aunque cada uno lo haga en su propio tiempo y lugar. Unos y otros, no unos u otros.
¿No sería mejor que el partido que perdió las elecciones y en particular su máxima autoridad, aceptaran las reglas del ganador mientras no signifiquen una ofensa o humillación? ¿Es necesario decir aquí mando yo y si no se hace lo que yo quiero -porque no queda más remedio-, pego un portazo y me voy? ¿Cuál es el mensaje? Hay quienes cuando ocupan una posición de poder exigen que absoluta obediencia, pero cuando la pierden dicen a mí nadie me manda. Ese patrón de pensamiento revela un problema de entendimiento: el poder no es para someter sino para servir. Desde luego, hay otra mirada: la actitud de Cristina Fernández de Kirchner puede ser el primer acto de campaña para ganar las elecciones del 2019.
El triunfo electoral no significa mandar al que se va. Si la presidente Cristina Fernández de Kirchner no quiere asistir al traspaso, es lamentable, pero está en su derecho. Repetimos, ella no traspasa el poder, sino el pueblo. Desde luego, si la ceremonia contara con los dos mandatarios, sería un mensaje de apoyo a la democracia y a la voluntad popular, pero forzarla sería también negar sus derechos. Ella elige por qué puerta quiere irse. El nuevo presidente no necesita de la presidente saliente para asumir el poder. Entonces, tampoco creo que sirva hacer un escándalo y satanizar una actitud porque no la compartimos. Simplemente Mauricio Macri debe jurar y gobernar para todos los argentinos que necesitan, más allá de sus posturas políticas, que le vaya bien.
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
existe un contexto simbolico .que naides… esta dispuesto a ceder.
No es así, no es un tema de ceder porque no se trata de una disputa. Hay leyes, hay un protocolo, pero sobre todo debería haber sentido común y un sentido de deber publico que la presidente que se retira no esta ejerciendo,
buena la nota aunque no concuerdo con algunos puntos expresados en el muro de face… saludos y abrazos….
Excelente Pablo, estoy casi totalmente de acuerdo. . . Hay protocolos, y tambien convivencia en paz. . . Personalmente creo que el ego de la Sra. Presidente (todavia hoy es Presidente de los Argentinos) hace que ella no pueda aceptar que su partido o coalicion politica haya perdido las elecciones. Eso hace que al no admitir una derrota no reconozca todo tipo de protocolos. Ademas si no piensan como ella, no vale… El Dr. Alfonsin, recibio los atributos de mando ( lease baston y la banda presidencial) de manos de un Militar, en la Casa Rosada, en el Salon Blanco, como dictan los protocolos…. Creo que los Argentinos tenemos mucho que aprender todavia…
Los nuevos acontecimientos, la judicialización del traspaso, hace que no sea tan simple el tema como se muestra en la nota. No es un «¿en tu casa o en la mía?» sino que es un intento desestabilizante, que, la verdad, me sorprendió. Mauricio Macri sabía que Cristina tenía que retirarse pronto para asistir a la asunción de su cuñada. Algo quizás no imprescindible, pero comprensible. Hubiesen corrido la hora, hubiese aceptado recibir los atributos inmediatamente después de la jura (lo más lógico, por otra parte, lo más práctico), y, en última instancia, aceptar que esté en la jura, deje los atributos en el congreso, como se propuso, y luego él elija quién se los ponía. Realmente no había NINGUNA NECESIDAD de insistir con ir a la Casa Rosada, si lo único claro es que la jura se debía hacer en el Congreso. NINGUNA. Hasta ahí era una nota de color, una puja de egos, un tema protocolar, HASTA que se judicializa. Lo que se propuso, y de lo que la justicia se hizo eco, es una BARBARIDAD. Es total y absolutamente ridículo decretar que la presidenta deja su mando a las 0hs del 10, y el presidente (eso sí está claro) sube luego de la jura, tipo 12hs. Con lo que el país quedaría 12hs acéfalo, de esto se da cuenta hasta un nene de primaria. Para solucionar todo este jaleo, hay que poner como presidente al presidente provisional del Senado, que a todo esto, se le permitió asumir antes, Pinedo, porque de lo contrario sería Boudou. Todo un movimiento totalmente inédito e inútil, por una cautelar presentada por «Cambiemos» por un «no quiero que me den los atributos en el Congreso». Una locura. Se entiende de estas líneas, que no me cae particularmente simpático Mauricio Macri, pero jamás nunca pensé que sería capaz de una cosa así. Pensé que era un truco mediático para distraer de lo verdaderamente importante. Desde el momento que la Justicia aprobó que la Argentina quede acéfala 12 horas, aunque parece poco, realmente no sé qué pensar, cuál es la intención. Por favor, prestemos atención, porque puede que se prepare algo grave, y nosotros discutiendo si lo correcto es que se entreguen unos símbolos sin valor real, en un lado u otro.
Creo que de ambas partes están echando gasolina al fuego, y en el fondo veo una lucha de egos, de fijar territorios, y quizáestá por suceder algo mucho más grave que lo que imaginé. Creo que fue un error llevar el tema a la Justicia, que es un tema en mi opinión menor (asumir dura un momento, gobernar dura cuatro años). Me parece una barbaridad. Es una falta de sentido común. Sin embargo, ante dos posturas, hay un Poder Judicial que se debe respetar. Finalmente si Cristina Kirchner emitió el DNU sobre los fondos provincias acatando en un fallo de la Corte pero afectando el erario público que Macri debía administrar, del mismo modo, debería dar el ejemplo acatando la Ley aunque no le guste o convenga. Creo que hay algo más de lo que vemos. Creo que Cristina ha decidido que Macri no pueda gobernar en paz. Espero equivocarme, porque lo único que le falta a esta Argentina dividida es más razones para pelear.
Muy débil tu argumentación, que pretende ser política pero está divorciada de dos concepciones fundamentales de la política: representación y poder. Este último h sido brutalmente bastardeado por vos cuando lo defines como servir, cuando cualquier diccionario de política lo restringe a la capacidad de obtener obediencia cuando de manda. A leer mucho massss
Gracias por tu aporte. Tratamos de aprender toda la vida, pero en este tema no creo que la diferencia entre vos y yo sea de lectura sino de filosofía política. Cordiales saludos y gracias por leer, opinar y proponer. No hay peor respuesta que la indiferencia.
Artículo 93 de la Constitución Nacional (jura) y Artículo 114 del Reglamento de Protocolo y Ceremonial de Presidencia de la Nacional (traspaso). Se escribieron y se aprobaron para que en esta situación haya un orden que CFK no estuvo dispuesta a respetar, porque ella siempre hizo lo que quizo.