Serie «PASAJES Y CALLES CURIOSAS DE BUENOS AIRES»
BARTOLOMÉ MITRE ANGOSTA
Pocos han notado que la calle Bartolomé Mitre al llegar a la Avenida Medrano se divide como si tuviera dos brazos, uno angosto y uno ancho. Ocurre que los que vienen en dirección al Once en automóvil o colectivo, creen que la calle hace una suerte de “s” a la altura de Medrano, para evitar el muro que cruza por encima las vías del Ferrocarril Sarmiento.
Sin embargo, si uno toma hacia el lado izquierdo del muro descubrirá allí unos portones de rejas que se abren para dar paso a una pequeña plaza triangular de piso de cemento; a su lado derecho, paralelo a las vías, pero a la altura de la calle (que está mucho más elevada que el ferrocarril), se abre un angosto pasillo que es nada menos que el “brazo angosto” de la calle Bartolomé Mitre.
Este estrecho y breve trayecto corresponde al lado norte de la calle Bartolomé Mitre.
Algunos frentes de casas de habitación dan al “brazo angosto” de Bartolomé Mitre; las puertas tienen la numeración respectiva, por eso es erróneo creer que el Pasaje Laredo, del cual hablaremos más adelante, se extiende hasta la Avenida Medrano 107.
Esa breve extensión peatonal de Bartolomé Mitre termina en otro portón de rejas con herrajes con flores de lis, justo en el inicio de uno de los pasajes más angostos de Buenos Aires, el Pasaje Pedro Laredo.
EL PASAJE LAREDO
El Pasaje Laredo nace en el brazo angosto de Bartolomé Mitre que bordea las vías del Ferrocarril Sarmiento, y muere en la acera sur de la Avenida Díaz Vélez, a la altura del 3850. Es una única cuadra, con ambas veredas muy delgadas. Su numeración va del 100 al 200.
Todo el lado este, desde las rejas que lo separan del espacio vacío sobre las vías del tren hasta su desembocadura en la Avenida Díaz Vélez, tiene la parte baja cubierta de ladrillos color rojo. Del lado oeste llama la atención una casa cuyo frente de cal blanca está cubierto parcialmente por una enredadera.
La casa es diferente a todas las del pasaje y quizás la única llamativa.
Se cuenta que en esta callecita años atrás había una puerta metálica con la inscripción “The Southern Cross – Semanario Irlandés”, tras la cual se hallaba un taller artesanal, con antiguas minervas y linotipos que servían para imprimir el semanario. En nuestra visita no lo encontramos, aunque este periódico comunitario fundado en 1875 aún se sigue editando. Un par de fábricas a los lados hace que en buena parte del corto recorrido se observen paredes sin ventanas.
Se desconoce el origen del nombre del pasaje. Se sospecha que Pedro Laredo pudo haber sido un vecino importante de la zona. Un detalle interesante son los faroles colocados en la parte alta de la pared este, cuya herrería pone una nota diferente a la monotonía general que predomina.
Termina como muchos pasajes, debido al incremento de la delincuencia y la vagancia, con otra puerta de rejas. Alguien ha dicho que el Pasaje Pedro Laredo es como un puñal que penetra en la Avenida Díaz Vélez; por el contrario, diría más bien que es como un camino que le da aire y luz a sus vecinos.
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
FICHA TÉCNICA:

CRÉDITOS MULTIMEDIA
Las cuatro primeras fotografías y la última son capturas de pantalla, tomadas de Google Maps, a las que el autor de esta nota agregó flechas y recuadros explicativos. El resto de las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.
BIBLIOGRAFÍA:
Balbachan, Luis Eduardo, “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”, Editorial Rodolfo Alonso, Buenos Aires, Argentina, 1982
Iusem, Miguel, “Diccionario de las calles de Buenos Aires”, Instituto Rioplatense de Ciencias, Letras y Artes (IRCLA S.A.), Buenos Aires, Argentina, 1971
Schere, Rolando H., “Pasajes”, Ediciones Colihue, Colección del Arco Iris, Buenos Aires, Argentina, 1998
ok cuando empiezan las obras prometidas el 16-12-2016 y nada
Ale, debés consultar con el Gobierno de la CABA, con el cual no tenemos ninguna relación. Cordiales saludos.