Negro y spiritual son dos conceptos totalmente diferentes; sepa cómo la música sirvió de nexo entre ellos.
«A principios del siglo XIX las vastas plantaciones de algodón que habían en las orillas eran trabajadas por negros de sol a sol… Su enternecida voz de falsete canturreaba un inglés de lentas vocales. Trabajaban en filas, encorvados bajo el rebenque del capataz… A un sedimento de esperanzas bestiales y miedos africanos habían agregado palabras de la Escritura: su fe por consiguiente era la de Cristo. Cantaban hondos y en montón: Go down Moses. El Mississippi les servía de magnífica imagen del sórdido Jordán» (Jorge Luis Borges, en su relato «El atroz redentor Lazarus Morell») [1] .
En los Estados Unidos, la palabra negro se ha utilizado en forma despectiva para identificar a los descendientes de africanos, muchos de los cuales sufrieron la esclavitud. La palabra spiritual, en cambio, hace referencia a una letra de contenido religioso. Naturalmente surge la pregunta ¿cómo se vincularon dos conceptos tan diferentes?
La música es expresión; es la manifestación audible de un sentimiento. Cuando ese sentimiento se convierte en mensaje despierta conciencias, toca corazones y mueve a la acción. En el caso de los afroamericanos ha sido una forma de resistencia y a la vez un grito de esperanza. Su masiva adopción de la fe cristiana -recibida a través de predicadores blancos que viajaban de pueblo en pueblo- cambió la propia percepción de sus padecimientos y les devolvió la confianza en una liberación futura. Surgen así los negro spirituals, la voz de lo que no tienen voz.
En estas canciones el pueblo afroamericano se identifica con la experiencia de Israel en el Antiguo Testamento y con la esperanza cristiana de la presencia cotidiana de Dios y la promesa de una vida eterna. Como ejemplos de lo primero podemos citar cantos como “Joshua fought the Battle of Jericho” (“Josué peleó la batalla de Jericó”) o “Let me People Go” (“Deja a mi pueblo ir”) y de lo segundo, “Michael, Row the Boat Ashore” (traducida como “Miguel ya en tu barca estoy”) o “Nobody Knows the Trouble I’ve seen” (“Nadie sabe el problema que he visto”). Sirven como verdaderas confesiones de fe.
Los negro spirituals como género musical
No es exagerado afirmar que los negro spirituals son canciones con letras explícitamente cristianas, surgidas a finales del siglo XVIII, sobre todo en áreas rurales del sur de los Estados Unidos donde las personas de color encontraban en el canto una forma de mitigar la dureza del trabajo al que estaban sometidos.
Aunque para algunos no es un género musical, encontramos en esta música rasgos muy definidos que le confieren identidad propia. Los negro spirituals se desarrollaron intensamente en el siglo XIX y se han nutrido fuertemente de los himnos evangélicos en cuanto a estructura y armonía, haciendo de ellos adaptaciones populares. Las raíces africanas se advierten en forma de call and response (llamado y respuesta), donde el solista “dialoga” con el coro enunciando una frase, tras la cual recibe una respuesta colectiva[2]. También hay sílabas que se prolongan, reiteraciones y variaciones melódicas con disminuciones de cuartos de tono. Una nota en Wikipedia enriquece el análisis musical: “Las primeras recopilaciones de spirituals recogían todos en modo menor, aunque la realidad es que, en la mayor parte de los casos, se trataba de temas en modo mayor con ciertas notas, especialmente la séptima, un semitono más grave que las correspondientes de la escala mayor natural: estas notas rebajadas un semitono se conocen como blue notes, por ser características del blues”
Resumiendo, se cree que la estructura musical de negro spiritual es de raíz europea, inspirada en los cánticos populares que utilizaban los predicadores en sus campañas evangelizadoras y en los himnos de las iglesias rurales del sur de los Estados Unidos, pero la interpretación, el dramatismo y la fuerza rítmica se atribuyen a sus raíces africanas. De todos modos esta música es patrimonio del pueblo afroamericano, que, como dijimos, utilizaba en sus letras motivos bíblicos que simbólicamente expresaban su propia realidad: dolor en el sufrimiento pero esperanza en su futura liberación.
© Pablo R. Bedrossian, 2013. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] Borges, Jorge Luis, «Historia universal de la Infamia», 1935, en «Cuentos Completos»,Editorial Sudamericana, 2012
[2] Si bien hay quienes atribuyen el call and response un origen escocés, hay evidencia que es un patrón propio del canto africano subsahariano.
Excelente artículo. Me encanta este género, aunque no soy música, sólo de oído. Abrazos virtuales.
Como siempre, tus artículos son clarisimos y muy informativos.
Gracias!