GAUDÍ Y SUS OBRAS EN BARCELONA (por Pablo R. Bedrossian)

El increíble genio creador de Antoni Gaudí adquiere su máxima expresión en Barcelona. De sus 14 obras en esa ciudad, hemos conocido seis, cinco de las cuales hemos podido visitar por dentro (cuatro de ellas en dos ocasiones), con la fascinación que produce el inigualable talento del arquitecto catalán.

A finales del siglo XIX y principios de siglo XX una nueva marea sacudió las artes: un movimiento que rompía con los patrones estéticos dominantes. Proponía un nuevo ideal de belleza, asimétrico e impredecible, puesto al servicio de todos los hombres.  Se caracterizaba por el uso profuso (a veces también confuso y difuso) de un elevado número de elementos naturales, generalmente florales, delgados, alargados y entrelazados mediante líneas curvas, junto a la inclusión de imágenes femeninas etéreas con abundantes pliegues en sus ropas y ondas en sus cabellos. Pura sensualidad y sensualidad pura. Como ejemplo valen las pinturas del checo Alfons Mucha o los edificios diseñados por el austriaco Otto Wagner. Recibió distintos nombres según su lugar de origen: sezession en Austria, jugendstil en Alemania, art nouveau en Francia, liberty o floreale en el norte de Italia. 

Dentro de España, el movimiento se desarrolló con febril actividad en Barcelona; se lo conoce como modernismo catalán. De su vertiente arquitectónica surgió Antoni Gaudí quien, como auténtico innovador, desarrolló su propio lenguaje constructivo, una visión de la vida y las cosas que fue más allá de todos los cánones conocidos hasta ese momento. Como simples observadores nos asombra su estética, poblada de originales ondulaciones y motivos tomados de la naturaleza. Además, los expertos dicen que sus invenciones estructurales y funcionales fueron brillantes soluciones a los retos que planteaban sus propios diseños.

Gaudí no sólo concibió edificios de asombrosas fachadas. Se ocupó también de la decoración de sus interiores; desde las camas y percheros a los vitrales y puertas, todo llevaba su sello. Una de sus marcas propias es el trencadís, una suerte de picadillo hecho a base de piezas rotas de cerámica esmaltada, que evoca, sin proponérselo, el arte bizantino.  Presentamos aquí algunas de sus maravillosas obras en Barcelona.

CASA VICENS

Se trata de la primera obra maestra del arquitecto catalán, preludio de su obra posterior, pues presenta en forma embrionaria elementos que utilizará durante el resto de su vida. Por ello se dice que la Casa Vicens presenta a “Gaudí antes de Gaudí”.

Este palacete que remeda a un castillo fue erigido como casa de veraneo de la familia Vicens entre 1883 y 1885. Fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 2005.

Tiene una fuerte influencia oriental, cercana al neomudéjar. Basta ver, por ejemplo, el uso de los azulejos de vidrio. En la Casa Vicens Gaudí introduce el uso del arco catenario en la cascada del jardín y el naturalismo en la reja con hojas de palmera de hierro fundido[1].

En la planta baja hay una zona de recepción mientras que en las dos plantas superiores hay una exposición permanente relativa al edificio y otras temporales. Cuenta con un sótano donde está la tienda y un bello jardín.

Una de las salas más llamativas por su intenso color azul es el fumadero.

También se puede ver la influencia de la arquitectura japonesa, no solo en las celosías exteriores sino también dentro de la casa.

PALAU GÜELL

Tres obras de Gaudí en Barcelona llevan el nombre Güell: la finca (donde creó los pabellones), el palau (palacio en catalán), y el famoso parque. El conde Eusebi Güell y Bacigalupi, fue un poderoso industrial catalán, quien además se dedicó a la política. Fascinado por una vitrina diseñada por Gaudí que observó en la Exposición Universal de París de 1878, el empresario le encargó ese mismo año el diseño de los muebles para una capilla ubicada en un panteón familiar, creación del arquitecto Joan Martorell, a quien Gaudí consideraba su maestro. Años después el propio Martorell encargó a su discípulo unos pabellones para la finca.

Muy cerca de las Ramblas y el puerto, y también encargado por el millonario catalán, el Palau Güell es otra obra temprana pero siempre reveladora del talento de Gaudí. Los planos se aprobaron en 1886 y la obra fue inaugurada en 1888, aunque los trabajos de ornamentación recién se terminaron en 1890.

Concebido como vivienda, es un verdadero palacio de grandes dimensiones. Es el único de esta serie que no pudimos visitar por dentro, pero tanto su fachada, las aberturas en ella y particularmente la entrada muestran al maestro Gaudí en todo su esplendor creativo.

PARC GÜELL

En 1900 Eusebi Güell encargó a Gaudí el diseño del parque que lleva su apellido en un amplio predio sobre un monte conformado por dos fincas que había adquirido hacía poco tiempo. Originalmente estaba destinado al uso familiar, pero luego fue abierto al público.

El proyecto incluía realizar allí un barrio de alto nivel de 60 viviendas, pero el negoció naufragó. Gaudí hizo el trazado de las sendas que corren por el parque, los famosos pabellones de la entrada, la escalinata de acceso, el teatro griego, hoy conocido como Plaza de la Naturaleza, con sus bancas de diseño ondulado y otras obras de infraestructura.

Fue construido entre 1900 y 1914, pero recién se inauguró como parque público en 1926.

Un detalle interesante es la actual Casa-Museo Gaudí, donde vivió el arquitecto catalán entre 1906 y 1925, que fue creación de su discípulo y colaborador Francesc Berenguer.

Justo encima de una de las fuentes, entre ambas mangas de la escalera principal se encuentra el famoso dragón, hoy símbolo de Barcelona, revestido con trencadís, que también decora los asientos del ex teatro griego.

CASA BATLLÓ

El edificio fue construido originalmente en 1877 por Emilio Sala Cortés. Se encuentra en la “Manzana de la Discordia”, famosa por albergar otras casas modernistas.

En 1903 el empresario textil Josep Batlló adquirió la casa y encargó su remodelación a Gaudí. La reforma se llevó a cabo entre 1904 y 1906.

El arquitecto catalán creó la extraordinaria fachada que podemos admirar hasta nuestros días. Las curvas y la policromía del revestimiento con vidrios y cerámica la convierten en un edificio único, con su bella mansarda que parece un sombrerito.

Además, rediseñó el piso principal, agregó un piso adicional para servicios y recreó la azotea que decoró con magníficos motivos.

Gaudí siempre combinaba tres elementos estructura, funcionalidad y estética. En la Casa Batlló sobresalen la iluminación natural y la ventilación.

La Casa Batlló es Patrimonio Mundial de la UNESCO y un icono de Barcelona que recibe anualmente un millón de visitantes.

CASA MILÀ

También conocida como Casa Millá o La Pedrera (expresión catalana que en castellano significa la cantera), la Casa Milà es probablemente la obra más conocida de Gaudí luego de la Sagrada Familia.

Se encuentra ubicada en una esquina, sobre el Passage de Gracià, la misma avenida que la Casa Batlló. Fue levantada por Gaudí entre 1906 y 1910 por encargo del matrimonio de Pere Milà y Roser Segimon con el propósito de ocupar el piso principal y alquilar el resto de las viviendas.

La construcción excedía las dimensiones permitidas por el Ayuntamiento de Barcelona. “Cuando Gaudí supo que un inspector había pasado para alertar al constructor, Sr. Bayó, de estas ilegalidades, dejó instrucciones muy precisas. Si volvía a pasar y había que cortar la columna, haría poner una placa ‘el pedazo de columna que falta ha sido cortado por orden del Ayuntamiento’. Finalmente, la Comisión del Eixample certificó que el edificio tenía carácter monumental y no debía ajustarse estrictamente a las ordenanzas municipales, aunque los Milà tuvieron que pagar una multa de 100.000 ptas. para legalizarla”[2].

La Pedrera corresponde a la etapa naturalista de Gaudí, donde toma como inspiración elementos de la naturaleza y se desprende totalmente de los cánones academicistas imperantes en la época.

La fachada, con su típico color gris tiza, contiene tres tipos diferentes de piedra. Las ondulaciones del frente dan una sensación de liviandad y libertad. Las curiosas rejas de hierro retorcido de sus 32 balcones se elaboraron con restos de chatarra.

Su terraza es uno de los sitios más icónicos de Barcelona, sitio preferido de los visitantes y meca de los instagramers.

La Casa Milà fue declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1984, y restaurada y abierta al público como centro cultural el 1996.

LA SAGRADA FAMILIA

El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (tal es su nombre oficial) es la obra maestra del descollante arquitecto catalán. Es una basílica católica cuya construcción se inició en 1882 y se espera concluir antes del año 2030. Gaudí trabajó en ella toda su vida, especialmente desde 1915, dejando las bases para quienes continuaran su obra pues, como él mismo sabía, le sería imposible verla terminada en vida.

La armonía que logra entre estructura, función y estética en esta iglesia de altísimas y alargadas cúpulas cónicas parece insuperable. El naturalismo que empalma maravillosamente con algunos elementos neogóticos (como el ábside) de la concepción inicial son introducidos en esquemas geométricos; lejos de comunicar rigidez sumergen al visitante en una intensa espiritualidad.

Del punto de vista arquitectónico, su planta tiene un diseño de cruz latina con cinco naves, un transepto y ábside con siete capillas. Las tres fachadas cuyo contenido temático corresponden al nacimiento, pasión y glorificación de Jesucristo han sido trabajadas por grandes artistas catalanes: el grupo escultórico del nacimiento -que representa justamente a la sagrada familia-, colocado en 1958, fue realizado Jaume Busquets y colaboradores. En 1986 se asignó a Josep Maria Subirachs la creación del grupo escultórico que representa la pasión. El grupo de la glorificación a la fecha de esta nota aún no ha sido realizado.

La Sagrada Familia ya terminada contará con 18 torres: 12 dedicadas a los apóstoles, 4 a los autores de los evangelios, una sobre el ábside dedicada a la Virgen María y la torre-cimborio central dedicada a Jesús, que -según hemos leído- alcanzará los 172 metros de altura, convirtiéndose en el edificio religioso más elevado de Europa.

La parte construida por Gaudí fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.

EL LEGADO DE GAUDÍ

Mucho se podría escribir sobre los aportes de Antoni Gaudí a la arquitectura en los tres aspectos que hemos mencionado: estructural, funcional y ornamental o sobre el innovador uso de materiales que siempre lo caracterizó; sin embargo, quisiera terminar con una frase que el arquitecto Fernando Lorenzi agregó en la parte superior de un edificio de impronta gaudiana que restauró en Buenos Aires: “no hi ha somnis impossibles”, frase en catalán que en castellano significa “no hay sueños imposibles”. Gaudí nació en 1852 y falleció en 1926. A casi 100 años de su muerte nos sigue mostrando y demostrando que el talento no tiene límites.

© Pablo R. Bedrossian, 2022. Todos los derechos reservados.


BONUS: VIDEOS

NOTA

Para la lista completa de obras de Gaudí en Barcelona, se puede visitar el sitio web: https://www.lugaris.com/todas-las-obras-de-gaudi-en-barcelona/


REFERENCIAS

[1] Bassegoda Nonell, “Antonio Gaudi master architect”, Abbeville Press, 2000, p.27

[2] “La Pedrera – Casa Milà”, sección Historia, https://www.lapedrera.com/es/la-pedrera/historia-pedrera


CRÉDITOS MULTIMEDIA

Todas las fotografías y videos fueron tomados por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.

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