Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO
Ambientada en Ayacucho, en el corazón del Perú, esta novela de intriga ganadora del Premio Alfaguara 2006, puede leerse al menos en dos planos: el político y en el humano.
En el plano político, muestra las secuelas de la guerra entre el sanguinario movimiento maoísta Sendero Luminoso y las corruptas fuerzas militares y policiales que lo combatieron. Santiago Roncagliolo describe a unos y otros como emblemas del terrorismo, ejercido por cada cual a su manera. De algún modo, coincide con Borges, cuando en su famoso cuento “Deustches Requiem”, propone que el nazismo ha triunfado, no por su ideología sino por lograr que la fuerza impere sobre la razón. No es novedad que en Latinoamérica el terrorismo guerrillero fue combatido mediante el terrorismo de Estado, mostrando la incapacidad de gobernantes civiles y fuerzas armadas para terminar con esa violencia criminal mediante métodos legítimos.
Sin embargo, el plano político sólo sirve de escenografía para el drama humano. El protagonista, el fiscal Félix Chacaltana Saldívar, es un servil empleado del gobierno, cuya férrea adhesión a las leyes termina siendo el germen de su propia destrucción. Como si una cámara lo siguiera y filmara incluso sus sentimientos, Chacaltana se enfrenta a una serie de asesinatos, cuyo común denominador es la venganza. Su obstinación en cumplir los procedimientos y encontrar a los culpables se contrapone a la indolencia de las autoridades, para quienes son más importantes las estadísticas -no sea que los turistas se espanten- que esclarecer los delitos. Mientras tanto, una historia de amor, pasión y locura, hace de Abril Rojo una novela vibrante, cuya tensión se mantiene hasta el desenlace.
Santiago Roncagliolo, el joven autor peruano residente en España, utiliza un lenguaje simple y directo, carente de barroquismos inútiles; se centra en el diálogo y en la descripción de los hechos que nos permiten ver el texto, como si fuera una película. Tiene la extraordinaria habilidad de presentar una historia absurda como si fuera absolutamente verosímil. Ocurre que, como siempre, la realidad supera a la ficción.
Calificación:
© Pablo R. Bedrossian, 2016. Todos los derechos reservados.
Aunque tardaba un poco en llegar a la acción, me gustó mucho esta novela. El autor nos hace ver que, durante esa época por lo menos, que los tipos buenos eran también los tipos malos, y al revés. Que época tan violenta y triste.
Saludos a la familia. Ojalá que estén pasando la quarentena con buena salud.
Abrazos,
Margo
¡Hola, Margo! ¡Abrazo grande en cuarentena desde Honduras!