Serie GRANDES OBRAS DE ARTE
Esta maravillosa obra pertenece a la colección que se exhibe en el Museo Czartoryski, en el casco histórico de Cracovia, la bellísima ciudad polaca que fue declarada Capital Europea de la Cultura en el año 2000. Sin embargo, por trabajos de remodelación del museo, fue trasladada transitoriamente al Castillo de Wawel, ex residencia de la monarquía de ese país, ubicada en una suave colina, en la misma ciudad. Fue allí donde pude contemplar personalmente este magnífico retrato que sigue despertando al mismo tiempo admiración y discusión.

La Dama del Armiño fue adquirida por el príncipe polaco Adam Jerzy Czartoryski alrededor del año 1800. Rápidamente la cedió a su madre, la princesa Izabela Fleming Czartoryska, quien había fundado el primer museo público de arte en Polonia en 1801 y colocó la obra allí.
IDENTIFICACIÓN EQUIVOCADA
El cuadro comenzó a exhibirse en 1809 como el retrato de una mujer desconocida, pero posteriormente se la identificó como la misma modelo de otra obra de Leonardo Da Vinci conocida como La Belle Ferronière, que se exhibe en el Louvre de París [1].

Esto generó un gran malentendido sobre la protagonista de la pintura; como suele ocurrir, un error inicial se multiplica por simple repetición.
LA BELLE FERRONIÈRE
Debido al apellido de su legítimo esposo (Ferron o Le Féron), o a la profesión que el hombre tenía (ferronnière, en español ferretero), se llamó La Belle Ferronnière a una burguesa parisina, amante de Francisco I de Francia. El esposo despechado fingió tolerar la infidelidad, pero se vengó secretamente: contrajo sífilis, contagio a su mujer, y la mujer a su amante. Ella murió tempranamente y el rey nunca se curó.
Se cree que por ella recibió el nombre ferronnière un tipo de diadema en forma de cinta o cadena ceñida a la frente con una pequeña piedra preciosa suspendida en su centro, de moda en el siglo XV.

Como la modelo de la obra del Louvre luce esta joya, a finales del siglo XVIII erróneamente se creyó que era la amante de Francisco I, pero hoy la mayoría de los expertos consideran mucho más probable que represente a la modelo de La Dama del Armiño, a mayor edad. De todos modos, aquel cuadro del Louvre conserva su nombre primitivo.
OTRO MALENTENDIDO
Seguramente debido a este error de catalogación, a La Dama del Armiño un antiguo restaurador le agregó en el extremo superior izquierdo las palabras LA BELE FERONIERE / LEONARD D’AWINCI. El uso de la w, que no existe en italiano, en lugar de la v sugiere que se trata de un intento de adaptar el nombre del artista al idioma polaco. Es también probable que en ese momento el fondo original de la obra (gris y celeste) fuera sobrepintado de negro, tal como algunos detalles de la vestimenta.

EL CAMINO BORGEANO
Los historiadores polacos Jerzy Mycielski, en 1893, y Jan Boloz-Antoniewicz, en 1900, propusieron que La Dama del Armiño podría tratarse del retrato perdido de Cecilia Gallerani, una joven de la corte de Milán que fue amante del duque Ludovico Sforza, El Moro (1452-1508). El retrato había sido documentado en un soneto del poeta Bernardo Bellincioni y también en un intercambio epistolar entre Cecilia e Isabella d’Este en 1498. Mientras Boloz-Antoniewicz no duda que es Cecilia, Mycielski postula que también podría ser Ana de Bretaña (1477-1514), esposa de Luis XII de Francia, cuyo emblema era el armiño.
En 1907 A.E. Hewwett apoyó la teoría de Boloz-Antoniewicz al señalar que la palabra griega para armiño es galée (algo que no hemos podido corroborar), que comparte dos sílabas con el apellido Gallerani. En 1919 Henryk Ochenkowski sostuvo que el armiño podría hacer referencia a Ludovico Sforza, quien en varias ocasiones fue llamado Ermellino, que es la palabra italiana para nombrar al armiño. Muchos años después, en 1990, Carlo Pedretti descubrió otra singular coincidencia: en 1488 el Rey de Nápoles, Fernando I de Aragón le otorgó a Sforza la Orden del Armiño. Por su pelaje blanco, desde la antigüedad el armiño es asociado con la pureza. Aparece en un grabado atribuido a Leonardo (circa 1490), probablemente base del diseño de una medalla para Ludovico.
Se ha establecido en años recientes que Cecilia Gallerani nació en 1473 y tendría unos 17 años cuando el cuadro fue pintado. Pertenecía a una familia originaria de Siena que se había establecido en Milán. Poseía grandes talentos, especialmente para la literatura y la música, al extremo que en la corte se la llamó “mussa” y “donna docta”.
UNA LOVE STORY
Ludovico Sforza, el duque de Milán, estaba comprometido con Beatrice d’Este, hija del Duque de Ferrara, pero debido a su apasionado amor por Cecilia iba postergando la fecha. De hecho, en 1490 el embajador de Ferrara informó al duque que la Gallerani -de quien dice que era hermosa como una flor– no sólo tenía toda la atención de Ludovico sino que estaba embarazada. Al final Ludovico y Beatrice contrajeron nupcias en enero de 1491, y a principios de mayo de ese año, Cecilia dio a luz a su hijo César. Debido a la presión de su esposa y de su suegro, el duque de Milán hizo casar a su bella amante con Ludovico Carminati de Brambilla, conde de Bergamino. Cecilia se instaló en el bello Palacio de Carmagnola, regalo de Sforza a su hijo César, y murió a los 63 años, en 1536.
LA MODELO Y EL ANIMAL EN LA PINTURA
Artilio Schiaparelli, en 1921, y Zdzislaw Zygulski Jr., en 1969, publicaron minuciosos estudios sobre el corte de cabello y la indumentaria de la modelo. Según estos autores la vestimenta es a la española con toques moriscos.
El pelo lacio con raya al medio reunido atrás en una trenza, está fijado por una vincha de seda oscura. Ese peinado, conocido como tranzado, de moda en España durante el reinado de los Reyes Católicos, es cubierto por un delicado velo transparente cuyo borde de hilo dorado llega justo hasta las cejas.

Tiene un largo collar de ágatas entalladas que da una vuelta al cuello y otra que cae más allá del escote cuadrado. El canesú y las mangas de su vestido rojo están adornados con bordados que parecen guirnaldas, y su mantilla azul tiene una larga hendidura a través de la cual sobresale el brazo izquierdo con el que sostiene por debajo al pequeño animal.

No todos coinciden en que el animalito es un armiño, algunos dicen que es una marta, otros una comadreja; hay quienes creen que es un hurón, un zorrillo blanco o, incluso, un pequeño perro. Sea cual sea, es una alusión a su amante, quien probablemente encargó la obra.
LA CREACIÓN DEL ARTISTA
El experto polaco Janusz Walek enfatiza que Leonardo evitó la representación tradicional que le permitía enfatizar las características faciales como el ángulo de la nariz o el mentón, eligiendo una vista de tres cuartos de perfil que exponía mucho más el torso. Girando la cabeza en dirección opuesta al cuerpo, el artista lograr imprimirle a la figura un dinamismo que no encontramos en sus retratos más tempranos. Además ubicó la figura de modo que la luz partiera de un única fuente, ubicada arriba y quizás algo a la izquierda. La luminosidad se concentra en el rostro de la modelo y en el punto de contacto que se produce entre su mano y el animal; a partir de allí se va difuminando, y aparecen sombras, logrando un espléndido efecto de tridimensonalidad.
La imagen es una obra maestra de realismo no sólo por el perfecto trazo de la anatomía (a pesar de cierta desproporción entre el tamaño de la elegantísima mano y la cabeza de la mujer) sino también por ese supremo manejo del claroscuro. Leonardo es un gran ilusionista.
TAMAÑO Y FECHA
Pintura al óleo sobre tabla de madera, cuyas medidas son 55cm de alto y 40 cm de ancho.
La fecha de la obra es discutida. Por ejemplo, la Hermana Wendy Beckett, experta en Historia de la Pintura, la sitúa en 1483, pero si aceptamos a 1473 como año del nacimiento de Cecilia Gallerani, es una datación prematura. Es más probable que haya sido creada alrededor de 1490.
ANÁLISIS MULTIESPECTRAL
En 2007, por iniciativa de Jean Penicaut, de Lumiere Technology, con el obvio acuerdo de la Fundación Princesa Czartoryski, La Dama del Armiño fue sometida a un nuevo método de análisis multiespectral. Los mismos expertos franceses que en 2004 investigaron la Mona Lisa, utilizaron una cámara especial construida por Pascal Cotte, que dirigió el proyecto. Es una suerte de vivisección natural en toda la imagen. La cámara explora la pintura y barnices a diferentes profundidades, facilitando una eliminación virtual de las capas individuales de la imagen. Este método también permite ahondar en la historia de la obra, y llegar al dibujo primitivo que sirvió de base para la composición. Permite identificar correcciones y restauraciones y acercarse al color original. Este análisis ha servido para confirmar la autoría de Leonardo Da Vinci.
EPÍLOGO
Dicen que el arte es el espíritu que se desprende de un hecho; diría que es lo que se percibe de él. Es una experiencia personal e intransferible. A mí me conmovió su humanidad y su belleza a pesar de los 500 años transcurridos.
Tras la muerte de Cecilia se perdió todo rastro de la obra hasta que reapareció alrededor de 1800. El resto es historia que puede leerse en cualquier website.
© Pablo R. Bedrossian, 2015, 2019. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] En nuestra última visita al Museo del Louvre de París no vimos esta pieza expuesta. No dijeron que había sido trasladada desde 2014 al Louvre de Abu Dhabi , capital de los Emiratos Árabes Unidos.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos, a excepción de la correspondiente a La Belle Ferronnière, tomada del sitio del Museo del Louvre.
BIBLIOGRAFÍA
Beckett, Hermana Wendy, “1000 Obras Maestras”, Editorial El Ateneo, Buenos Aires, Argentina, 2000
Glade Reyes, Alejandro, “El arte de la orfebrería y la joyería: El Ferronière y las cadenas de cintura”, http://orfebrealejandroglade.blogspot.com/2014/06/125-el-ferroniere-y-las-cadenas-de.html
Nowicka, Justyna, “’La Dama del Armiño’ revela secretos” (“’Dama z łasiczką’ zdradza sekrety”), http://www.rp.pl/artykul/68741–Dama-z-lasiczka–zdradza-sekrety.html
Walek, Janusz, “La Dama del Armiño”, ensayo mural en el Museo Nacional en Cracovia, Polonia
Walek, Janusz, “La Dama del Armiño – retrato alegórico de Cecilia Gallerani (c.1473-1536)”, en http://muzeum.czartoryskich.pl/es/Dama_z_gronostajem
El pelo lacio con raya al medio reunido atrás en una trenza, está fijado por una vincha de seda oscura. Ese peinado, conocido como tranzado, de moda en España durante el reinado de los Reyes Católicos, es cubierto por un delicado velo transparente cuyo borde de hilo dorado llega justo hasta las cejas.
No termino de comprender la explicación que se da sobre el peinada de Cecilia «fijado por una vincha de seda oscura», que es visible claramente en la frente, y lo que se dice luego «… cubierto por un delicado velo transparente cuyo borde de hilo dorado llega justo hasta las cejas». En el retrato no veo el «velo transparente», y si lo tuviera ¿cómo estaría sujeto? ya que el borde de hilo dorado parece entrar debajo del cabello alisado.
Aparte de esto pregunto: admiro tanto este retrato de Leonardo que me hace pensar si no es,en algún sentido, superior a La Gioconda.
Comienzo apreciando enormemente sus cuidadosas observaciones que nos impulsan a seguir mejorando. Coincido en que es muy difícil elegir entre La Gioconda y La Dama del Armiño, pues ambas son extraordinarias; desde luego, La Gioconda tiene más marketing y el Louvre no es un pequeño museo de Cracovia. En cuanto a su consulta, efectivamente la dama tiene un velo traslúcido que apenas se observa; se cree que era de seda. En cuanto al hilado dorado sobre la frente sería su borde (según la moda de la época) pero cabe la posibilidad que sea un ornamento independiente. La vincha, esa cinta oscura entre el hilado dorado y el cabello colocada por encima del velo, serviría para fijarlo. Aprovecho para comentarle algo que no recuerdo haber mencionado en el artículo: El análisis multiespectral demostró que el boceto original de Leonardo no incluía el armiño. ¡Muy cordiales saludos!
Estimado Dr.
¡muchas gracias por su respuesta! Sólo una pequeña aclaración sin importancia: mi correo dirigido a Vd. fue la primera vez que se lo envié, antes nunca lo hice; quizás Vd. recibiera algún correo de otro corresponsal.
Saludos y, nuevamente, agradezco su amabilidad.
¡Gracias! Y me honra su interés. No dude en cuestionar lo que considere incorrecto o confuso. No nos interesa tener la razón sino entregar lo mejor y ser fieles a la verdad. ¡Cordiales saludos!
Estimado Dr.
nuevamente gracias por su rápida respuesta. No soy ni crítico de arte, ni experto individual en plástica, simplemente soy un admirador, de tantos, de la obra de ese genio que fuera Leonardo. Creo recordar que la Dama del armiño (suelo mencionarla como Dama con armiño) tuvo un accidentado, llamésmole, periplo: por las guerras y por el paso de manos, sobre todo en la época de la Segunda Guerra fue apropiada por el gobierno de Hitler y sufrió daños que algunos consideraron muy graves como huellas de botas militares y rayones ¿es cierto esto?
Según he leído, la pintura estuvo en manos de los nazi que se apropiaron de infinidad de obras de arte, muchas de las cuales se perdieron y otras fueron recuperadas. Sobre el tema le recomiendo ver la película «Hombres monumento» (en inglés Monuments Men) que comienza en Gante, Bélgica, con el robo del famoso retablo «Adoración del Cordero Místico», que comento brevemente en una nota sobre Jan van Eyck https://pablobedrossian.com/2017/11/25/jan-van-eyck-pasion-por-el-detalle-por-pablo-r-bedrossian/. ¡Muy cordiales saludos y nuevamente gracias!