EL DÍA DEL ESCRITOR (por Pablo R. Bedrossian)

El 13 de junio se celebra en Argentina el Día del Escritor. La fecha se tomó del natalicio de Leopoldo Lugones -un escritor admirado y temido por Jorge Luis Borges- que tuvo una enorme influencia en la literatura argentina de la primera mitad del siglo XX.

Asociamos la palabra escritor a los libros. El oficio trasciende la mera tarea de escribir, pues el escritor es un creador de sueños, de ideas, de sombras y de emociones. A través de esos maravillosos signos que llamamos palabras, el escritor nos mueve a pensar, a imaginar y a sentir, dejando de alguna manera en nosotros algo de sí mismo; es un amigo que nos habla cada vez que queremos oírlo.

El autor de esta nota en la Bebelplatz
El autor de esta nota en la Bebelplatz

Los escritores son temidos por los poderosos. En 2013 visité en Berlín la Bebelplatz, un amplio espacio frente a la Universidad Humboldt.

Su piso está cubierto de rectángulos empedrados.

 

Monumento conmemorativo de "La quema de los libros" en la Bebelplatz
Monumento conmemorativo de «La quema de los libros» en la Bebelplatz

Uno de ellos está interrumpido por un cuadrado de grueso cristal, a través del cual se ven anaqueles vacíos. Este monumento subterráneo conmemora una de los episodios más tristes de ese país, la quema de libros del 10 de mayo de 1933, realizada por las SA, una milicia del partido nacionalsocialista, junto con las Juventudes Hitlerianas. Esa noche fueron incinerados más de 40,000 libros, por instigación de Joseph Goebbels, el temido ministro de propaganda alemán.

Entre los volúmenes que ardieron se encontraban textos de reconocidos autores germanos, como  Thomas Mann, Bertolt Brecht o Heinrich Heine. Las hogueras literarias nazis eran una amenazante proclama a favor del pensamiento único y de la hegemónica verdad oficial. Disentir era un delito.

Allí, en la Bebelplatz, se ha colocado una placa con una profética cita que Heine escribió en 1817: “Donde se queman libros, se terminan quemando también personas”

Siempre me impresionó en Farenheit 451, la famosa novela de Ray Bradbury,  que los bomberos no apagaran incendios sino que quemaran libros por orden del gobierno. Es un símbolo feroz e inmisericorde del poder que pretende silenciar a los que no se le someten; es inevitable a esta altura recordar la frase sarmientina: “bárbaros, las ideas no se matan”.

Quiero rendir, entonces, un sentido homenaje a todos los escritores en este día, pero en particular a aquellos que no se venden al poder. Entre ellos, el valiente poeta cubano Armando Valladares, que quedó paralítico en una cárcel castrista, a Orham Pamuk, el Premio Nobel turco que casi va preso por denunciar el genocidio armenio, a Milan Kundera, cuya obra “La insoportable levedad del ser” nos enseña la persecución de los justos, a Karl Popper, a Raymond Aron, a Milovan Djilas, a Alexander Solzhenitsyn, y a todos aquellos que a través de su pluma lucharon por la libertad y se expusieron desafiando el poder de turno. Feliz Día del Escritor a todos ellos.

© Pablo R. Bedrossian, 2014. Todos los derechos reservados.


DEDICATORIA

Este artículo está dedicado especialmente a a mi hermano Alejandro Bedrossian, arquitecto, profesor de Literatura, músico y, sobre todo, un gran escritor. Recomiendo sus novelas «La confesión», «La profecía de Roberto Crawell» y «La primera entrada»


CRÉDITOS MULTIMEDIA

La primera fotografía fue tomada por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos; la segunda fotografía fue tomada del sitio: http://dragondebiblioteca.blogspot.com/2011/09/lugares-literarios-i-bebelplatz-berlin.html

 

 

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