“Fácilmente perdonamos a un niño que le teme a la oscuridad. La gran tragedia de la vida es que los hombres le temen a la luz.” Platón
El Parque Nacional La Tigra es uno de los más bellos de Honduras. En 2011, luego de una larga caminata subí a la cabaña que allí me asignaron. Sólo otra de las cabañas estaba ocupada, y los que pernoctaban en ella eran tres jóvenes universitarios. En el lugar no hay ni casas habitadas, ni restaurantes, ni negocios; sólo está uno con la naturaleza. Me acosté temprano y mientras leía un libro me quedé dormido. Antes de la medianoche bruscamente unos gritos me despertaron. Alguien totalmente fuera de sí gritaba “¿Por qué tengo que encontrar la luz? ¿Por qué tengo que encontrar la luz?”. No sabía si estaba armado, pero como sonaba muy agresivo, supuse que era posible. Revisé que la puerta estuviera bien cerrada y me despabilé. El hombre pasó cerca de diez minutos vociferando la misma pregunta. Cuando al fin se fue, quedó retumbando en mi mente su interrogante. Luego de un largo rato pude retomar el sueño.
Al día siguiente me desperté pensando en aquel grito desgarrador, y me dije si no será que muchos seres humanos no se estarán formulado la misma pregunta. Escuché que alguna vez un teólogo, al analizar una frase del prólogo del evangelio de Juan, dijo que el problema no era que el hombre esté en tinieblas, sino que amara más las tinieblas que la luz.
La luz nos permite ver, conocer, e incluso reconocer, pero no sólo en el sentido material. Cuando la canción dice “Para no caerme, para no perderme, no tropezarme y no equivocarme, para que de un hoyo no tengan que sacarme”, a diferencia del hombre que vociferó en la noche, no se refiere a una experiencia física, sino profundamente espiritual. Expresa la necesidad de luz para tomar decisiones sabias y no fracasar en la vida. Cuando afirma “Para poder verte, para conocerte, no engañarme y poder encontrarte, para que un día pueda abrazarte” manifiesta la necesidad de luz para construir relaciones sanas y positivas. Cuando finalmente declara “Me veo perdido, sigo confundido como en una noche sin fin, pero yo prosigo buscando el camino que me conduce hasta ti”, es una confesión elocuente de una intensa necesidad.
La luz está asociada a la verdad y al conocimiento. Si no tenemos luz, sólo vemos sombras en la oscuridad en todo sentido. Hubo alguien que se levantó para decir “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Han pasado veintiún siglos y tiene millones de seguidores que aseguran que Él es el camino, la verdad y la vida. Todos necesitamos luz, y no se trata de preguntarnos por qué sino dónde la encontraremos.

Existe una única versión grabada pues la canción fue compuesta en 2011. Está cantada por Miguel Baffi, con coros de Gabriela Sepúlveda, Irhyna Medina y Juan Carlos Marsili, y acompañamiento instrumental de Marcelo Mollo (teclados, programación de batería y arreglos), Alejandro Bedrossian (bajo) y Carlos Cáceres (guitarras), presentada en 2012:
http://www.reverbnation.com/open_graph/song/14533614
La letra
LA LUZ
Por Pablo. R. Bedrossian (2011)
¿Por qué tengo que encontrar la luz?
¿Por qué tengo que encontrar,
por qué tengo que encontrar la luz?
Para no caerme, para no perderme,
no tropezarme y no equivocarme,
para que de un hoyo no tengan que sacarme
tengo que encontrar, tengo que encontrar
la luz.
Para poder verte, para conocerte,
no engañarme y poder encontrarte,
para que un día pueda abrazarte,
tengo que encontrar, tengo que encontrar
la luz.
¿Por qué tengo que encontrar la luz?
¿Por qué tengo que encontrar,
por qué tengo que encontrar la luz?
Me veo perdido, sigo confundido
como en una noche sin fin,
pero yo prosigo buscando el camino
que me conduce hasta ti
¿Por qué tengo que encontrar la luz?
¿Por qué tengo que encontrar,
por qué tengo que encontrar la luz?
© Pablo R. Bedrossian, 2012. Todos los derechos reservados.
Gracias por este articulo, me ayudo mucho.