CARCASSONNE, LA CIUDADELA MEDIEVAL MEJOR CONSERVADA DE EUROPA (por Pablo R. Bedrossian)

El sur de Francia ofrece grandes encantos. Uno poco conocido, pero extraordinario, es Carcassonne, una pequeña comuna de menos de 50,000 habitantes. Se puede llegar en tren (nosotros lo hicimos desde Toulouse, la ciudad donde se dice que nació Carlos Gardel) y tiene una riquísima historia.

La ciudad puede dividirse en dos secciones separadas por el río Aude. De un lado se encuentra La Bastide, el área urbana erigida por el rey de Francia Luis IX, más conocido como San Luis, en 1260.

Algunos lugares emblemáticos son la plaza Carnot, con su fuente de Neptuno y el mercado al aire libre de los martes, la plaza Gambetta que conduce al Puente Nuevo y el Museo de Bellas Artes, entre otros, además del Canal du Midi, ubicado frente a la estación de tren.

La Bastide está delimitada por bulevares creados en los siglos XVIII y XIX sobre antiguas acequias, mantiene en su ejido urbano el trazado de las calles en forma de tablero de ajedrez y cuenta con una notable riqueza arquitectónica aportada principalmente por mansiones e iglesias.

Las riberas del Aude ofrecen maravillosos senderos verdes. Son ideales para caminar o hacer birding. Pueden observarse nutrias con facilidad; el colorido de parques y jardines alrededor del río convierten las caminatas en momentos ideales para el relax y la meditación.

Del otro lado, cruzando el Aude por el Puente Viejo (un puente peatonal del siglo XIV), se encuentran tiendas, restaurantes al aire libre y coloridas viviendas que ofrecen un ámbito más alegre e informal. Ascendiendo por estrechas callejuelas se llega a la ciudadela amurallada (para los locales, La Cité), un complejo arquitectónico medieval restaurado por Viollet-le-Duc en el siglo XIX e inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1997.

Rodeada por una doble muralla de 3 km de longitud, en su interior conserva el aspecto de las típicas ciudades medievales europeas con calles angostas y tortuosas. El lugar estuvo habitado desde tiempos muy antiguos, pero comenzó a ganar importancia al convertirse en colonia romana.

Como el Aude es un río navegable paulatinamente se incrementó el comercio. Quizás por eso ya en la primera mitad del siglo IV contaba con un sistema de fortificaciones (incluso en la actualidad sobrevive una sección de los muros romanos).

Aunque resistió distintos ataques, en el siglo V pasó a ser territorio del reino visigodo de Tolosa, cuya capital era Toulouse. Como formaba parte de la frontera norte se reforzaron sus primitivas murallas. Sin embargo, en 725 Carcassonne fue ocupada por los árabes; en 752 fue recuperada por rey franco Pipino El Breve (hijo de Carlos Martell y padre de Carlomagno).  

A fines del siglo XI se inició la construcción de la Catedral y poco después la del castillo. Paralelamente al crecimiento económico se levantaron estructuras defensivas más sólidas y extensas. Durante este periodo feudal, el poblado disponía de cierta independencia. Sin embargo, el creciente arraigo en la ciudad de los cátaros (llamados en Francia albigenses), cuya doctrina era considerada herética para la Iglesia Católica y una amenaza al papado, hizo que los cruzados asediaran Carcassonne y en 1209 obtuvieran su rendición.

En 1226 la ciudad quedó definitivamente anexada a Francia y fue convertida en la sede de una senescalía, un poderoso tribunal dedicado a la persecución de cátaros; posteriormente se instaló la Inquisición padeciendo uno de los momentos más tristes de su historia.

Por la misma época, Luis IX de Francia mandó erigir el segundo recinto amurallado para soportar sitios y asaltos militares. También fundó del otro lado del río La Bastide. A partir de mediados del siglo XIII la Ciudadela no sufrió más ataques.  

El famoso arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, quien en París realizó importantes trabajos en la Catedral de Notre-Dame, la Sainte Chapelle y la Basílica de Saint-Denis, dirigió la restauración la ciudadela en el siglo XIX, incluyendo la bella iglesia de San Nazario cuya exterior combina elementos románicos y góticos.

Para visitarla recomendamos primero recorrerla por fuera en todo su perímetro, incluyendo un interesante cementerio cercano al acceso principal.

En el interior hay restaurantes, tiendas y hoteles, preciosos y variados espacios para recorrer, incluyendo un auditorio al aire libre.

Recomendamos la visita al castillo Combal con audioguía que incluye la maravillosa caminata por la muralla sur. Además, ofrece salas con bellas esculturas medievales, como la «Virgen sonriente» de 1320.

También son imperdibles los vitrales de la basílica de san Nazario, que ostentara el rango de catedral hasta 1801.

Finalmente hay un interesante sendero de 9 kilómetros para recorrer a pie que inicia en la entrada principal de la ciudadela.

Es un precioso camino a través de viñedos, con subidas y bajadas, para llegar al priorato de Saint Foulc, del que solo ha quedado un antiguo y alto edificio que ha sido restaurado.

El paseo permite admirar paisajes de la Occitania, una de las trece regiones que, junto a los territorios de ultramar, conforman la República Francesa. Su ciudad más importante es Toulouse y la segunda Montpellier.

Las vistas panorámicas de la ciudadela, tanto desde el Puente Viejo como desde el Puente Nuevo, son fantásticas; su contemplación nocturna asombra y emociona.

Si tiene la oportunidad, no deje de visitar esta perla oculta del sur de Francia. No se arrepentirá.

© Pablo R. Bedrossian, 2023. Todos los derechos reservados.


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4 comentarios en “CARCASSONNE, LA CIUDADELA MEDIEVAL MEJOR CONSERVADA DE EUROPA (por Pablo R. Bedrossian)

  1. Hola Pablo,

    Nos hemos comunicado hace un par de meses pero no recuerdo exactamente el motivo, debería buscar en mi Outlook.

    En octubre pasado estuve un mes dando vueltas por las rutas cátaras en la región del Languedoc (la lengua de Oc) con mi esposa. Casi todos los años visito Aragón, donde tengo parientes, y siempre me cruzo a Francia por el paso de Somport para ver amigos en Pau y Oloron sur Marie pero nunca había viajado hacia el Este de Francia.

    Pero volvamos a Carcassone. Dejando de lado el “cassoulet”, por el que había apostado todas las fichas y resultó ser un locro pobre excepto por el trozo de pato, la ciudadela me decepcionó, es hermosa pero parece un shopping medieval. Interesante la historia del lugar, su arquitectura y reconstrucción, su iglesia, el palacio museo, el pueblo de extramuros y poco más. Coincido con usted en que hay que darle la vuelta a las murallas y visitar el cementerio que está justo frente a la entrada principal. Normalmente visito cementerios, es interesante ver como la gente trata a sus muertos en distintos países.

    En cambio, me fui muy feliz de Albi; no le tenía fe pues había visto fotos de su catedral y me parecía horrible. Sin embargo me encantó su río, su historia, su entorno y todo eso me hizo ver a la catedral desde otra perspectiva. En su periplo, que tan bien describe, agregaría una recorrida por el canal de Midi.

    Sí salí fascinado de Cordes Sur Ciel, más cerca de Perpignan, de Roccamadour, bien al norte del Languedoc, de fortalezas como Peyripertusse, etc. Si hay algo que me encanta son las piedras viejas… también las viejas.

    Tal vez mi tirria venga porque mi esposa se enfermó y hube de internarla un día en el hospital zonal de Carcassone, 100 mil metros cuadrados, todas las especialidades, tienen lo que se le ocurra, pero la atención fue pésima. Por suerte ella tiene 35 años como profesora de francés así que nos la apañamos bastante bien y, además, teníamos seguro. La ambulancia que la trasladó y su personal, impecables.

    Después de varias semanas de dar vueltas, crucé el Pirineo por Ansó para comer conejo con la parentela aragonesa y después a ver a mi hijo, nuera y nietas en Bilbao.

    Bueno, debo seguir trabajando, me tomé este pequeño recreo para enviarle este mensaje por correo y no incluirlo como comentario en su muy interesante página.

    Espero que mi opinión no le haya incomodado

    Cordialmente

    Héctor Aires

    PD: Me olvidaba de Rennes le Chateau, me pareció otro invento decimonónico. Volviendo más atrás en el tiempo, el medioevo tiene muchos mitos y leyendas que hoy fomentan el turismo. Un abrazo

  2. Hola Pablo, le envié mi comentario por el mismo correo pues suponía que no saldría publicado y no quería pincharle el globo sobre Carcassone con mis impresiones, de lo contrario lo hubiese puesto en «comentarios». Y no le cuento la opinión de mi compañera, la literata franco/anglo/germana/hispana de la pareja. Además, mi texto no estaba muy pulido, escribo mejor cuando traduzco. Un abrazo

    1. ¡Gracias, Héctor! Tu comentario es justo del tipo que necesita este blog: tiene una visión diferente, aporta nuevos elementos y propone desafíos (en este caso lugares para conocer). No sé cuál es tu lengua original, pero en español es excelente. En cuanto a tu «compañera, la literata franco/anglo/germana/hispana» debe ser un lujo conversar con ella. Sienmpre bienvenidos tus comentarios y me da mucho un gusto conocerte. Mi correo es prbedrossian@hotmail.com.

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