Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO
Título: “A sangre fría” (título original en inglés “In Cold Blood’)
Autor: Truman Capote
Año: 1965
Aunque la intención de Truman Capote era hacer un reportaje sobre el asesinato de una respetada familia en un pueblo rural de Kansas, con “A sangre fría” terminó creando un nuevo género literario, que algunos llaman novela de no ficción y nosotros preferimos llamarlo novela documental: la presentación en forma novelada de hechos reales fundamentada en una investigación seria. Desde luego, hubo otros que cultivaron ese género antes, pero es Capote quien lo universaliza.
El brutal asesinato sin motivo aparente de los Clutter es relatado magistralmente por el autor. Recuerdo a un amigo decir “yo tenía pretensiones de escritor, pero cuando leí la primera página de ‘A sangre fría’ me di cuenta de lo lejos que estaba”. No es solo la naturaleza de los hechos sino la forma de contarlos, tanto en el tempo como en la frases cuidadosamente construidas y las imágenes dibujadas con las palabras.
Comienza describiendo en forma alternada la vida de los cuatro miembros de la desgraciada familia, muy apreciados en su pequeña comunidad, y el recorrido de sus dos asesinos desde el momento que se vuelven compinches. En ese juego de espejos asimétricos arriba a la fatídica noche del crimen, pero evita describir los hechos -algo que relatarán luego ambos homicidas a su manera- para dejar al lector expectante, pasando inmediatamente a contar el descubrimiento de los cadáveres y la consecuente investigación policial.
Así como en la primera parte el autor nos cuenta la historia de las víctimas, en la segunda explora el pasado de sus asesinos: su experiencias familiares, sus creencias y sus reacciones ante circunstancias que obligan al ser humano a definirse frente a la vida. Lo hace sin tomar partido, en un tono más periodístico que literario, aunque también expone el pensamiento de algunos abogados y psiquiatras que participaron en forma directa o indirecta del proceso posterior, donde los homicidas son considerados víctimas o enfermos simplemente por que carecen de una conciencia moral, culpa o remordimiento, como si eso los excusara de su responsabilidad, cuando no solo distinguen el bien y el mal sino que su narcisismo los lleva a ignorar el derecho de los demás, despreciar al resto de los seres humanos y a cercenar vidas ajenas.
Finalmente, creemos que el título es una doble alusión: no solo atañe a la atroz ejecución de la familia Clutter sino también a la aplicación de la pena de muerte, que es el otro gran tema que aparece al final del libro. La cuestión provoca interminables debates entre los que creen en el “ojo por ojo” como modelo de justicia y los que creen que se debe tener misericordia incluso con los asesinos.
LO OCURRIDO LUEGO DE LA PUBLICACIÓN
Se ha objetado que algunos detalles de “A sangre fría” distorsionan la verdad y que la hipótesis del sicariato no fue explorada deliberadamente por el escritor. Además, un artículo publicado en el Wall Street Journal en 2013[1] menciona que uno de los asesinos, Richard Hickock, había escrito previamente a la novela su versión de los hechos en un texto de 200 carillas, algo negado reiteradamente por Capote. Según Kevin Helliker, autor de esa nota, había un acuerdo verbal para la publicación de ese texto entre el condenado y el periodista Mack Nations, de The Wichita Eagle, pero la iniciativa fue bloqueada por las autoridades penitenciarias. No hay evidencia a la fecha que ratifique o rectifique con seguridad la veracidad de estas afirmaciones.
© Pablo R. Bedrossian, 2021. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] Helliker, Kevin. “Capote Classic ‘In Cold Blood’ Tainted By Long-Lost Files”. WSJ. Wall Street Journal, 8 Feb. 2013. El artículo está disponible en la web en la versión paga del periódico..
Hola:
Respeto mucho la info que publica. Me parece, en general muy interesante. Pero con respecto de sus comentarios en cuanto al libro de Truman Capote A sangre fria (Publicada en 1966) , me permito disentir con usted, ya que el creador del género de novela de no ficción periodística fue Rodolfo Walsh con la publicación de Operación Masacre (año 1957). Creo que bastardear la obra de Walsh es un acto ruin, fue un gran escritor y de principios.
Muchas gracias
¡Hola, Miriam! Gracias por su correo. Desde luego, mi intención nunca ha sido bastardear la obra de nadie. De todos modos, y apreciando su comentario, quiero hacerle algunas aclaraciones. En primer lugar, aunque no me excusa, no es mía la atribución original que Ud., con razón, cuestiona. Note que escribo «‘A sangre fría’ terminó creando un nuevo género literario, que algunos llaman novela de no ficción y nosotros preferimos llamarlo novela documental», En segundo lugar, y más importante aún, lo ocurrido con «A sangre fría» (una obra que no es de mis favoritas, le aclaro) muestra la influencia universal de un texto. Por ejemplo, la afirmación «Colón descubrió América» establece que, aunque se sabe que el navegante genovés no fue el primer europeo en pisar el continente, sí fue el primero en poner a América a la vista de todo el Viejo Mundo. Creo que el alcance de la obra de Walsh al momento de su publicación no tuvo un impacto que moviera a otros escritores a imitarlo masivamente, lo que sí ocurrió con Capote. Además, supongo que antes de Walsh debe haber habido otros que utilizando la misma idea quedaron en el anonimato; digo esto sin desmerecer la obra del escritor argentino, ni negar que precedió al escritor norteamericano. ¡Muy cordiales saludos!