SERIE ARTE Y MANAGEMENT
Cuando era niño existía una incomprensible rivalidad entre los Beatles y los Rolling Stones, y yo era fan de El Cuarteto de Liverpool. Sin embargo, con el paso de los años ocurrieron dos cosas: comenzó a cautivarme la música de los Rolling y me pregunté cómo, después de tantos excesos, pudieron sobrevivir como banda.
Encontré las respuestas a mi pregunta en 2017, durante un recital en el Amsterdam ArenA, el magnífico estadio cerrado del Ajax, el famoso equipo de fútbol de Holanda. Ese día los Rolling Stones dieron cátedra, y no sólo a través de la música.
Luego de unos aburridos teloneros, los abuelos del rock, subieron a la amplia explanada en forma de H que servía de escenario. Detrás de ellos, cuatro pantallas verticales gigantes mostraban a la banda en impresionantes primeros planos. La multitud que colmaba las enormes tribunas y también la gramilla estalló enfervorizada.
Charlie Watts (76 años), como un muñeco mecánico, comenzó a marcar los intensos compases con la batería. Keith Richards (73 años) junto a Ron Wood (70 años) hicieron bramar a sus guitarras mientras Mick Jagger (74 años) se contorsionaba con la flexibilidad de un adolescente y entonaba las primeras notas. Allí estaba la leyenda, un grupo de rock con más de 55 años de historia, sacudiéndonos a todos con la fuerza de su música.
A lo largo de dos horas hicieron los temas más famosos de su repertorio con la vitalidad de chicos de 20 años. ¿Cuáles son las claves que los mantuvieron siempre en los lugares más altos, superándose y conmoviendo hasta las piedras? ¿Cómo han logrado ser tan influyentes y convocantes, que gente de diversos países viaja simplemente para oírlos? ¿Cómo construyen esa mágica experiencia que llamamos show, al cual regresan una y otra vez sus seguidores?
Entre las muchas razones creo que esa noche encontré algunas importantes:
- ACTITUD
Si algo resalta de estos cuatro monstruos, es que ponen todo en cada nota. No se guardan nada. Saltan, juegan, cantan y tocan como si fuera la última vez, pero, a la vez, con el entusiasmo de la primera. Pasión por lo que hacen; dedicación y concentración en lo que tocan.
- TALENTO
La extraordinaria demostración artística que brindaron en el concierto revela una evolución permanente. El talento, tal como la antigua moneda de dónde proviene la palabra, es útil en la medida que se acrecienta y multiplica. Como evidencia, vale la pena ver el documental producido por Netflix titulado “Under the Influence”, donde se observan algunas de las fuentes en las que abrevó Keith Richards.
- TRABAJO EN EQUIPO
Cada uno cumple su rol, sin invadirse. Se dan lugar mutuamente. En cierto momento, uno se inclinó ante otro en señal de reverencia, reconociéndole su virtuosismo. No hay guerras de egos, ni hogueras de vanidades. Tratan de superarse a sí mismos, no de competir entre ellos. Verlos abrazados al final simbolizó la unidad en la diversidad que los caracterizó a lo largo de los años. Grabar álbumes solistas no les impidió seguir trabajando juntos.
- OBJETIVOS CLAROS
Hay personas que trabajan para ganar dinero, pero hay otros que ganan dinero haciendo lo que les gusta. Simplemente fluyen. Dice el refrán encuentra un trabajo que te guste y nunca más volverás a trabajar. ¿A alguien se le ocurre pensar que los Stones dan recitales por razones de subsistencia? Desde luego, no es su propósito hacer fortunas (ya las tienen), pero sí el efecto de sus shows. En tiempos donde muchos sólo piensan en hacer dinero, siguen siendo fieles a sí mismos, recibiendo naturalmente (e incluso en exceso) el fruto de su siembra.
- ADAPTACIÓN AL CAMBIO
Sólo tres de los seis integrantes originales perduran en la banda: Mick Jagger, Keith Richards y Charlie Watts. En 1975, Ronnie Wood reemplazó a Mick Taylor, quien había sustituido al fundador Brian Jones, su líder original. Jones padecía profundas depresiones, y tres semanas después de su salida del grupo, fue hallado muerto en su piscina. Perdieron a otro de los fundadores, el tecladista Ian Stewart, de un repentino ataque cardíaco. Sin embargo, en medio de las contingencias no se victimizaron, ni se dieron por vencidos.
- SUPERAR LOS ERRORES
A lo largo de las décadas padecieron numerosos problemas. Son conocidas sus historias de excesos, obscenidades y problemas con la Ley, resumidas en la frase droga, sexo y rock’n roll; su postura de niños malos pudo hacerlos caer en un precipicio. Pero no fue sólo eso. Lidiaron con graves enfermedades, como el cáncer de laringe de Charlie Watts, la dependencia a la heroína de Keith Richards o, más recientemente, el cáncer de pulmón de Ron Wood. Por momentos cada uno tiró por su lado, pero finalmente pudieron unirse para avanzar en la misma dirección.
ÚLTIMO PENSAMIENTO
Cuando comparo su trayectoria, lamento que mis amados Beatles, cuya música sigo prefiriendo, fueron incapaces de superar sus diferencias, de seguir produciendo shows en vivo (el último fue en 1966; el resto de los álbumes fue grabado en estudio, hasta 1970 cuando la banda se disolvió) y de evitar disputas legales por los derechos de autor. Creo que después de tantos años los Rolling Stones demuestran algo que dejamos para el final: que además de compañeros y socios son amigos; siempre es necesaria una alta dosis de afecto y confianza para aceptar y superar las diferencias.
Se atribuye a Ron Wood una frase cuyo valor describe esa fraternidad: “vamos a seguir tocando, seguro. Somos como los viejos monjes, esos que nunca abandonan. Vamos a tocar hasta que nos caigamos del escenario… Los Rolling Stones no se separarán hasta que todos los miembros no hayan fallecido”.
© Pablo R. Bedrossian, 2017. Todos los derechos reservados.
BONUS: VIDEOS DE UNA NOCHE INOLVIDABLE
Si bien la calidad del audio no es buena, los videos están filmados en HD, y permiten ver el desempeño de los Rolling Stones en el escenario.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías y videos fueron tomados por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos, que no tienen fines comerciales. La imagen de portada es una fotografía de una pintura realizada por el Stone Ron Wood, expuesta en una galería de arte en Covent Garden, Londres, en septiembre de 2017, donde fue tomada. Se titula Forty Licks Emerald.
Querido Pablo; te faltó decir, y te sugiero que investigues y recaves información, porque hay que agregar a lo aquí expuesto, que «han hecho un pacto satánico». Ellos compusieron el himno que usan los satanístas en sus cultos, no recuerdo ahora elnombre del tema. A mi humilde entender, creo que gran parte de la vigencia del grupo, se debe a ésto..! Abrazo y paz..!
Rubén Darío
¡Hola, Rubén Darío! Gracias por tu comentario. En cuanto a tu recomendación, desde luego, lo hice antes de publicar la nota. En primer lugar, el artículo no tiene ningún objetivo moral y menos aún religioso; además no me interesa juzgar a nadie. Lo que sí hace es señalar claves de su éxito profesional y artístico. Bajo esa perspectiva, creo que tu opinión desmerece el esfuerzo de los RS, como si -si no te malinterpreto- el talento, el trabajo en equipo o la superación de errores en su caso fueran producto de una fuerza maligna. En ese punto discrepo absolutamente contigo, aunque aprecio mucho que opines con toda sinceridad. No tengo evidencias de ese «pacto satánico». En segundo lugar, quizás la canción que no recordás sea «Sympathy for the devil» (mal traducido como «Simpatía por el diablo» cuando sympathy en inglés significa como lástima o compasión. Antes de publicar el artículo, previendo opiniones como la que vertiste, analicé la letra, y, en mi opinión, describe (y desnuda) con singular poética cómo opera la maldad satánica, sin defenderla de ningún modo. Al contrario, la descoloca. Valoro tu opinión y te envío un abrazo.
Parte de la naturaleza humana, son las habilidades que cada uno posee, sin duda la permanencia de esta banda es el reflejo de una muy buena sinergia entre ellos, valorando y respetando sus talentos, que los hacen sobresalir como uno solo. Felicidades Pablo, muy buen análisis desde la perspectiva del talento en las personas y el trabajo en equipo. Me encanto el artículo.