Si desea ver Buenos Aires, tal como se ve desde el Obelisco, aquí le explicamos cómo. Verá que no hace falta subir sus 68 metros.
El 20 de septiembre de 2015 el famoso Obelisco de Buenos Aires amaneció decapitado. Para sorpresa de los porteños, su punta había desaparecido. Explotaron los comentarios. Se postularon todo tipo de hipótesis, desde una imprevista restauración hasta un robo extraterrestre. La sorpresa había producido el impacto deseado.

Enseguida se develó el misterio: La incansable imaginación de Leandro Erlich pergeñó un capuchón que cubriera la cúpula simulando un monumento trunco.

Días después el cobertor fue quitado, recuperando el Obelisco su aspecto habitual. En declaraciones reproducidas por el diario La Nación, el artista explicó esta intervención:
«Toma como eje al Obelisco, un icono que tiene la particularidad de ser muy misterioso en muchos aspectos. Los argentinos no conocemos su interior porque no fue pensado para ser visitado… Es como abrir una ventana donde no la hay. Son situaciones que a mí me generan una cierta ilusión: demuestran que todavía hay cosas por descubrir, por pensar, por inventar. Creo que lo cotidiano y la alienación te llevan del otro lado, a la vereda de enfrente, ahí donde todo está determinado, donde las cosas no van a ser diferentes, y eso es bastante triste»[1].
Al mismo tiempo, Erlich creó una reproducción a escala real de la punta del Obelisco. La expuso primero en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) y luego en La Usina del Arte, el espacio cultural en La Boca, donde la visité. Tanto el obelisco sin vértice como esta copia constituyen lo que el artista denominó “La Democracia del Símbolo”

La pieza ubicada en el patio de entrada de “La Usina del Arte” puede visitarse por dentro, subiendo una pequeña explanada. Al ingresar la sorpresa se multiplica, pues el visitante puede ver imágenes de video tomadas desde el Obelisco, como si estuviera allí. En el lugar tomé las fotos que se observan debajo.
Es una experiencia única, pues, como se sabe, este símbolo porteño está habitualmente cerrado a los visitantes y sólo se puede acceder a su cúspide a través de una larga escalera.
Una observación final: hemos dicho que «La Democracia del Símbolo» es una intervención artística. Se conoce como intervención artística a toda acción sobre una obra de arte, sea para completarla o transformarla, incluso cambiando el sentido original.
© Pablo R. Bedrossian, 2016. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] http://www.lanacion.com.ar/1829672-sorpresa-el-obelisco-se-quedo-sin-su-punta
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos, a excepción de tres fotos: las dos fotos con el Obelisco truncado de frente y desde arriba, y el de la preparación de la copia de la cúpula del Obelisco, tomadas del sitio del MALBA, http://www.malba.org.ar/leandro-erlich-la-democracia-del-simbolo/
Creo que la escalera no es en caracol sino una algo similar a las utilizadas en las torres de antenas, requiere de arnés de seguridad, es una pena que nunca se haya pensado en un acceso por ascensor.
¡Gracias por la corrección! Acabo de verificar y voy a corregir la nota.