Rumania es el noveno país en tamaño de Europa y está ubicado en el sudeste del Viejo Continente. Tiene 19 millones de habitantes y su capital es Bucarest. Después de la Segunda Guerra Mundial sufrió una sanguinaria dictadura comunista con apoyo soviético, liderada desde 1967 por Ceaucescu, quien murió fusilado durante la revolución popular de 1989. Actualmente es un país en crecimiento, cuyas principales actividades económicas son la agricultura (el 40% del país son campos cultivados), la industria y el turismo.

Brasov es una pequeña y antigua ciudad rumana, ubicada en el centro del país, al sudeste de la región conocida históricamente como Transilvania. En sus cercanías se encuentra el Castillo de Bran, supuesta residencia del conde Drácula. Pero no hace falta ir hasta allí para admirar su plaza renacentista, su sinagoga neóloga o la Iglesia de San Nicolás. Lo invito a acompañarnos en esta caminata fotográfica para que descubra una ciudad apacible, donde la gente disfruta de la naturaleza que la rodea y camina sin prisa.

El recorrido inevitablemente empieza en la Piata Sfatului, una plaza renacentista.
En su centro se erige la Casa Sfatului (la Casa del Consejo, antiguo Ayuntamiento, hoy oficina de turismo), que luce el escudo de Brașov esculpido en relieve. Durante el día hay tres músicos que desde lo más alto de la torre del edificio anuncian la hora con instrumentos de viento, mientras abajo una guardia de época posa para los turistas.
Es un lugar de esparcimiento, rodeada de bonitos edificios en colores pasteles.
En uno de los lados de la plaza, hay una pequeña y bella iglesia ortodoxa que vale la pena visitar.
En su entrada, se admira un hermoso mosaico de estilo bizantino, con la Virgen María conteniendo al Niño Jesús en su centro.
En una de las esquinas de la Piata Sfatului comienza la calle peatonal más comercial de la ciudad; en otra se encuentra la parte trasera de la Iglesia Negra.
Esta iglesia luterana, llamada en rumano Biserica Neagra, fue construida por la comunidad de sajones transilvanos durante la década de 1380. Hoy es el mayor monumento religioso en estilo gótico del país y de todo el sudeste de Europa. Se llama así porque el edificio quedó prácticamente negro después de un gran incendio; sin embargo, tras su restauración, no se observan rastros de aquel fatídico episodio. Pudimos escuchar un concierto en su órgano de 4,000 tubos. La decoración interior tiene muy rica historia. Lamentablemente sólo está permitida la fotografía de su exterior.
Sobre el techo, en la punta de una de las pilastras, hay una estatua de un niño reclinado hacia abajo, pidiendo ayuda. La leyenda dice que su padre, el constructor de la iglesia, lo llevó a visitar la construcción del edificio y lo olvidó allí, donde murió de frío.
Los reformados fueron un grupo grande e influyente en el país. Si bien en la actualidad el 90% de los rumanos son ortodoxos, en tiempos de mayor independencia de Transilvania, la presencia de sajones trajo consigo la Reforma. Los evangélicos eran incluso muy fuertes a principios del silgo XX pero el stalinismo, la guerra y luego el comunismo, forzaron a los alemanes a emigrar, diezmando la feligresía de este grupo religioso.
Otro detalle interesante del exterior de la iglesia son sus hermosos relojes.
Para llegar al Barrio Judío, muy próximo a Plaza Sfatului, hay que cruzar la Strada Sforii, uno de los callejones más estrechos de Europa. En la mayor parte del trayecto tiene un ancho de 1.30 m, pero su parte más angosta mide sólo 1,10 m. Como referencia, recordemos que el Callejón del Beso en Guanajuato, México, tiene 0.70 m en su máxima estrechez.
Desde allí llegamos al pequeño Barrio Judío a visitar la hermosa sinagoga neóloga. El nombre proviene del movimiento neológico surgido en Hungría en la segunda mitad del siglo XIX que rompe con la tradición ortodoxa para integrar a las personas de origen judío a las comunidades en las que viven. Al costado de la sinagoga hay un pequeño restaurante de comida kosher.
Propio del estilo neólogo, su interior remeda lejanamente un templo católico sin perder la identidad hebrea.
En los alrededores hay callecitas empedradas con edificios que a diferencia de los de la Piata Sfatului no están bien conservados, pero poseen en el discreto encanto de la decadencia.
A pesar de su devaluado estado de conservación, conservan interesantes detalles.
Muy cerca hay un parque donde se ven observan restos de la vieja ciudad, que han sido parcialmente reconstruidos.
Allí hay que girar a la izquierda y avanzar hacia la montaña. Brasov está rodeada por unos cerros con tupida vegetación que cuentan con senderos seguros, donde los habitantes de la ciudad suelen hacer sus caminatas.
En ese lugar sobreviven restos de la vieja muralla y de los bastiones que servían como defensa de la ciudad.
Ofrece además una hermosa flora y fauna, ideal para el relax y la meditación.
Desde lo alto se obtienen excelentes vistas del Schei, el barrio antiguo, con sus clásicos techos de tejas rojas. Hacia allí nos dirigimos.
Al descender, descubrimos un pequeño hermoso cementerio ortodoxo. Suena extraño decir hermoso cementerio pero es la sensación que transmite.
En su centro hay una pequeña iglesia de muy bello interior.
Luego, ya en el centenario barrio Schei, arribamos a la bella iglesia ortodoxa de San Nicolás, emblema de Brasov, donde funcionó la primera escuela de Rumania. Es un lugar sagrado para los rumanos, que ven en esta iglesia una parte viva de su propia historia. En el mismo predio hay otras capillas y un viejo cementerio.
La iglesia de San Nicolás se encuentra frente a una tranquila plaza que contiene un edificio muy antiguo, con imágenes religiosas en su interior de estilo oriental y una enorme cruz en el centro.
La lengua rumana es una lengua romance, lo que significa que, como el español, el francés, el italiano y el portugués, desciende del latín. Sin embargo, tiene una alta influencia de las lenguas eslavas; de todos modos, al leer o escuchar uno puede reconocer algunas palabras.
De regreso, pasamos por el frente de la Iglesia Negra que es la más imponente de la ciudad…
…Y avanzamos en dirección de la Plaza Sfatului, corazón de la ciudad, donde siempre se destaca la Casa Sfatului.
Llegamos justo para ver el anuncio musical de la hora desde el balcón de la Torre de la Casa Sfatului. Esta torre de casi 50 metros de alto es llamada “Torre del Flautista” pues se dice que hasta allí trajo a los niños el legendario flautista de Hamelin.
Podemos ver en el camino edificios antiguos, y hasta algunos curiosos como el que mostramos debajo, al que podríamos denominar “El tercer ojo”.
Pero sigamos nuestro camino sin detenernos; recorremos en diagonal la plaza y llegamos a la Strada Republicii, que tiene numerosos barcitos, cafés y negocios.
En esta comercial calle peatonal hay también edificios de rica arquitectura donde se admira la gloria perdida.
La calle desemboca en una avenida. Doblamos por ella a la izquierda para regresar a la calle principal, llamada Muresenilor, desde donde divisamos una vieja fortaleza que sirve de vigía para toda la ciudad.
Rápidamente regresamos a la Piata Sfatului para volver a admirarla.
Finalmente nos dirigimos a la Torre Negra, en medio de la verde colina que rodea la ciudad, que ofrece excelentes panorámicas.
Como ya está oscureciendo volvemos a la Plaza Sfatului y admiramos nuevamente la Iglesia Ortodoxa desde otro ángulo.
Y para cenar nos dirigimos nuevamente a la animada Strada Republicii , que encontramos llena de jóvenes.
Tras la cena caminamos por la avenida donde termina esta movida peatonal. Encontramos hermosos edificios iluminados.
Ya es tiempo de despedirnos de Brasov, un retrato vivo de Rumania que nos recuerda su historia, y a la vez nos permite intuir su futuro.
© Pablo R. Bedrossian, 2014. Todos los derechos reservados.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.
SIMPLEMENTE ENCANTADOR!!!! ❤
Muy lindas fotos Pablo! Un lugar hermoso Brasov, lleno de historia. Tuve el agrado de visitarla. Fue inolvidable, recorrer las calles del centro, y algunos lugares alrededor. Gracias por compartir las fotos y por la informacion. Saludos!
Gracias, Matías!
Gracias Pablo por compartir tus viajes , esta vez Rumania!!!
Desde Colombia estoy planeando mi viaje a Rumania, y este blog ha sido definitivo, gracias y felicitaciones por las excelente fotografías.
¡Gracias, Luz! A tus órdenes.
Luz, algo más: Brasov es suficiente verla en un día; hay una excursión a Bram, a ver el castillo de Drácula, que, en mi opinión, no val la pena, aunque sí se visitan otros sitios de interés. Puedes leer mi artículo sobre Bram en https://pablobedrossian.wordpress.com/2015/05/24/una-visita-al-castillo-del-conde-dracula-por-pablo-r-bedrossian/ Te recomiendo, sin embargo, visitar Sibiu, bellísima ciudad en la Transilvania rumana, capital europea de la cultura en 2007. Aunque no he publicado a♪n una reseña de Sibiu, sí he escrito sobre una de sus joyas, la Catedral Ortodoxa, en https://pablobedrossian.wordpress.com/2013/12/22/una-visita-a-la-catedral-ortodoxa-de-sibiu-rumania-por-pablo-r-bedrossian/ Finalmente hay una ciudad que me quedé con ganas de conocer. Las fotos que he visto de la ciudad son hermosas; se llama Sighisoara. No he conocido Bucarest, la capital del país. ¡Muy cordiales saludos!
Una ciudad encantadora, me encantan todas tus fotos.
Saludos!
¡Gracias, Carmen! Por si te interesa, en el blog hay otros artículos sobre la visita a Rumania. Uno sobre cómo visitar Sibiu, uno sobre el Castillo de Bran (el del famoso conde Drácula) y otro sobre la bellísima catedral ortodoxa de Sibiu. ¡Cordiales saludos!