Se cuenta que el filósofo cínico Diógenes paseaba a plena luz del día por las calles de Atenas diciendo “busco un hombre”.
Siempre me impresionó la palabra sabiduría. La veía tan alta que me parecía inalcanzable. Un sabio era para mí un hombre que entendía situaciones, valoraba todos los elementos, poseía los principios más altos de justicia y actuaba en consecuencia pero sin perder de vista la humanidad de los protagonistas. En cambio la palabra inteligencia siempre me resultó accesible. ¿A qué chico no le dijeron alguna vez que era inteligente? Pero no sé si se le ha dicho sabio a un niño.
En la escuela se valoraba la inteligencia. Era una combinación de conocimiento, memoria y razonamiento imprescindible a la hora de resolver teoremas. Se medía mediante pruebas psicométricas y el cociente intelectual resultante era la medida de la capacidad de una persona.
En los ’90 Daniel Goleman rescató el concepto de inteligencia emocional, un tipo desconocido de inteligencia. Goleman analizó porqué la gente más “inteligente”, la de mejores calificaciones en la escuela y la de mejores resultados en los tests, no era la más exitosa. Encontró que la inteligencia tradicional no era útil si la persona no poseía al mismo tiempo habilidades emocionales. Goleman identificó cinco facultades de la inteligencia emocional: la autoconciencia (incluso afirma que el hombre es “el único animal que tiene sentimientos acerca de sus sentimientos”, lo que le permite evaluar sus reacciones y corregir comportamientos), dominio propio, automotivación en medio de las frustraciones, empatía y manejo adecuado de las relaciones, incluyendo el trabajo en equipo.
De pronto comprendí que la distancia se había acortado. Ya no se trataban de conceptos divorciados entre sí: la inteligencia emocional es lo yo que entendía por sabiduría.
Llamamos sabio al hombre emocionalmente inteligente, cuyas acciones, nobles y comprensivas, a la hora de convivir con los demás suelen ser más apropiadas que las genialidades. Vivimos en un mundo de relaciones, y sin sabiduría los conflictos terminarían destruyendo los lazos sociales que construyen el respeto y la convivencia pacífica.
Hoy hay muchas más personas dedicadas a la tecnología que a la ética, más científicos que guías espirituales. Dicho de otro modo, se prioriza la inteligencia sobre la sabiduría. Alguien dijo “el mundo ha alcanzado inteligencia sin sabiduría, poder sin conciencia; somos un mundo de gigantes nucleares e infantes éticos”. Justamente esa falta de conciencia revela la carencia de inteligencia emocional -de sabiduría– para administrar el mundo que vivimos. Los niños que mueren de hambre constituyen una prueba que habla por sí misma. Los hombres sabios tienen valores que rigen su comportamiento, que van más allá de su propia conveniencia; se interesan sinceramente en los demás. Saben que “hay caminos que al hombre le parecen derecho pero su fin son caminos de muerte”.
Alguna vez leí un diálogo griego donde se discutía sobre quiénes debían llevar las armas. Luego de un debate profundo, se concluía que las armas debían llevarlas los hombres sabios (que eran los llamados justos). Creo que el desbalance posmoderno entre materia y espíritu, entre tecnología y ética, entre ciencia y fe, ha modelado un mundo sin conciencia. Es hora de rescatar el valor de la sabiduría. Es tiempo que formemos, busquemos y encontremos hombres sabios para construir un mundo mejor.
© Pablo R. Bedrossian, 2013. Todos los derechos reservados.
Hola Pablo.. Carlitos Maoukian me reenvio tu mail el cual lei con mucha atencion y veraderamente lo disfrute.
Espero algun dia no muy lejano, cuando vengas nuevamente a BUE de visita, podamos juntarnos con Carlos y Silvia, con tu mujer y la mia para cenar y hablar de este tema que es quizas uno de los principales que debemos tener totalmente clarificados y seria un placer compartirlo con Uds..
Un abrazo Willy Ehrhard
Gracias, Willy! Sin duda, nos encontraremos a cenar. Será un placer y una bendición. Gracias!
INTELIGENCIA HUMANA
La capacidad nata de cada individuo en particular para resolver problemas.
SABIDURIA
Don otorgado por Dios, para usar adecuadamente la inteligencia en veneficio de otros, conocimiento de Él , seguirle y amarle.¡¡¡BENDICIONES!!!
Gracias, Juan Carlos. Efectivamente lo que hoy conocemos como Inteligencia Emocional en la Biblia se llama sabiduría. ¡Muy cordiales saludos!
Gracias Pablo por compartirlo..
¡Abrazo, Willy, para vos y Ely!
INTELIGENCIA HUMANA
La capacidad nata de cada individuo en particular para resolver problemas.
SABIDURIA
Don otorgado por Dios, para usar adecuadamente la inteligencia en veneficio de otros, conocimiento de Él , seguirle y amarle…