QUÉ CELEBRAMOS EL DÍA DEL AMIGO: UN PUEBLO DE AMIGOS, NACIÓN IMBATIBLE (por Pablo R. Bedrossian)

Pocos eventos unen a toda la humanidad. Uno de ellos ocurrió cuando tenía 10 años; aún sus imágenes en blanco y negro siguen grabadas en mi memoria: la llegada del hombre a la luna. Millones de personas de todo el mundo siguieron con emoción aquel momento donde, después de sus primeras pisadas, Neil Armstrong pronunció la frase “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”.

Ese día el Dr. Enrique Febbraro, profesor, filósofo, odontólogo, periodista y locutor radiaal envío mil cartas a personas de cien países en siete idiomas[1]; en su texto decía “viví el alunizaje del módulo como un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo” agregando una frase memorable: “y al mismo tiempo me dije que un pueblo de amigos sería una nación imbatible”.

A partir de ese instante trabajó incansablemente para lograr que el 20 de julio fuera declarado Día Internacional del Amigo. Presentó escritos, visitó sedes gubernamentales, se reunió con líderes religiosos, artísticos y comunitarios para promover una celebración pura y simple, despojada de todo propósito comercial. Simplemente proponía honrar la amistad entre los seres humanos, un valor que nos convierte en hermanos, aunque nuestro orígenes sean muy diferentes. En 1979, diez años después de la llegada del hombre a la luna, logró que en la Argentina se estableciera el 20 de julio como el Día Internacional del Amigo[2].

Hechos extraordinarios como la llegada del hombre a la luna[3], la aparición con vida de los rugbiers uruguayos en la Cordillera o el rescate de los mineros chilenos han logrado deponer diferencias y crear lazos entre personas con ideologías contrapuestas. Los amigos no se odian: se respetan; no se atacan, se sostienen mutuamente. Como dice la frase del Eclesiastés: “dos son mejor que uno, porque si uno cae, el otro lo levanta; pero ¡ay del que cayere si está solo!”[4]. El amigo es un hermano que se elige… y un pueblo de amigos es una nación imbatible.

© Pablo R. Bedrossian, 2022. Todos los derechos reservados.


REFERENCIAS

[1] Los destinatarios eran miembros del Rotary Club, organización no gubernamental de filantropía a la que el Dr. Febbraro pertenecía. El Rotary es una red mundial compuesta de 1 400 000 vecinos, amigos, líderes y personas dedicadas a solucionar problemas, quienes ven un planeta en que las personas se unen y toman acción para generar un cambio perdurable en el mundo, sus comunidades y en sí mismos. https://www.rotary.org/es/about-rotary

[2] Boletín oficial del 14 de marzo de 1979, decreto 235

[3] Cuando visité el Museo de la Cosmonáutica de Moscú, pregunté si los rusos creían que el hombre realmente había llegado a la luna. “Por supuesto -me respondieron-; aquí ningún científico lo puso en duda”.

[4] Eclesiastés 4:9-10

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