Netflix envía sugerencias a medida, basadas en lo que ha visto el espectador, pero también interviene al menos de dos modos: recicla viejos films como si fueran novedades y concede a sus producciones lugares privilegiados. Lo curioso es que cuando uno empieza a ver una producción con estas características aparece calificada con cinco estrellas, pero cuando termina suele estar en tres o menos. ¿Qué algoritmo habrá detrás de todo eso? No lo sabemos, pero sugiere que Netflix presenta películas como si hubieran recibido excelentes calificaciones de los espectadores cuando horas después se indica lo contrario. Tal es el caso de “How it ends”, que en castellano es presentada como “El final de todo”, de la cual me llegó un email anunciándola con bombos y platillos.
No puedo negar su excelente comienzo. A la mañana posterior a una amarga a visita a sus suegros en Chicago, un joven, encarnado por el actor Theo James, entabla un videochat con su esposa recién embarazada que lo espera en Seattle, la ciudad donde viven, en extremo norte de la costa oeste norteamericana. Sin embargo, durante la conversación se oye un ruido violento, la mujer siente que algo grave sucede y la comunicación se corta. De inmediato se hace pública la noticia de un terremoto que afectó todas las comunicaciones con los estados que dan al Pacífico. Los vuelos se suspenden y se genera una enorme incertidumbre sobre lo realmente sucedido. El joven regresa a los de sus suegros. El padre de su esposa, un ex militar condecorado, encarnado por el magistral actor Forest Whitaker, decide ir en auto a buscar a su hija; su yerno, desde luego, lo acompaña.
A partir de allí, la historia es la del viaje, género que se conoce en inglés como una road movie (por ejemplo “Thelma & Louise” y “Diarios de motocicleta”). Desde ese momento los hechos presentados son cada vez más absurdos, combinando elementos de “Walkind Dead” y películas de cine catástrofe, pasando por una imagen propia de El Eternauta. Además, la forma de contarlos es decepcionante, al punto que uno se entera de repente que las ruinas a las que el joven ha llegado corresponden a su casa en un entorno completamente desierto; como si no bastara, en medio del polvo y la destrucción encuentra intacta una nota dejada por su esposa para que sepa donde puede encontrarla. Lo que sucede luego es aún más disparatado y guarda relación con la psiquiatría, no con lo acontecido.
Si quiere sacarse la espina, mírela, pero una estrella me parece más que suficiente a lo que pudo haber sido una buena historia.
© Pablo R. Bedrossian, 2018. Todos los derechos reservados.