“Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?”. Me parece que la “Balada para un loco” de Piazzolla-Ferrer, cuando dice callecitas se refiere a la intimidad que uno establece con los lugares que recorre, pues hay muy pocas calles angostas en Buenos Aires. Alguno me dirá que son los estrechos callejones para carruajes que sobreviven en Palermo o los pasajes Julio S. Dantas y Guillermo Enrique Granville, en Floresta. Pero, a riesgo de equivocarme, apuesto por la desconocida calle Trieste, sobre todo ese pequeño segmento que queda luego de cruzar la calle Juan A. Boeri. Pero son calles, no callejones. No encuentro en los libros, “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”[1], de Eduardo Luis Balbachan, ni en “Pasajes”[2], de Rolando H. Schere, nada parecido a lo que voy a contar.
LA SPREUERHOFSTRAßE GERMÁNICA Y LA PARLIAMENT INGLESA.
La Spreuerhofstraße, en Reutlingen , Alemania, se autoproclama la calle más estrecha del mundo. Sin embargo es sumamente corta y, por lo tanto, esa atribución es cuestionable. Alega como prueba contar con registro catastral, algo que no nos sorprende al conocer la minuciosidad teutónica. Su ancho en un momento llega a ser de sólo 31cm, siendo en su punto máximo de 50 cm. Puede apreciarse en este video que encontré en el canal de Gottfried Eniglein:
También Parliament Street, de Exeter, Devon, Inglaterra, reclama en una placa en su entrada tener el mismo honor: ser la más estrecha del planeta. Es mucho más larga que la anterior -unos 50 metros de largo-; en su parte más angosta se estrecha a 64cm y 1,22m en su parte más ancha. Un video del canal de Michelle John la presenta:
LA CALLE DE LA CUERDA
Brasov es una histórica ciudad rumana. Su corazón es la Piata Sfatului, una plaza de forma trapezoidal rodeada de coloridos edificios renacentistas.
Desde allí iniciamos una intensa caminata. Muy cerca, dejando atrás la Biserica Neagra (la “Iglesia Negra” como se llama a un enorme templo luterano que alguna vez estuvo cubierto de hollín), yendo en dirección al Barrio Judío, atravesamos un largo y angosto callejón, llamado Strada Sforii (“La calle de la cuerda”).
Según el guía que nos acompañaba era el “callejón más angosto del mundo”. En la mayor parte del trayecto tiene un ancho de 1.30 m, pero su parte más angosta mide sólo 1,10 m (según la Wikipedia en lengua rumana, el ancho varía entre 1,11 y 1,35 m). Se ha documentado su existencia desde el siglo XVIII para uso de los bomberos. Su longitud es de 83 metros, está completamente empedrado, tiene varios arcos en su recorrido y por momentos se camina a cielo abierto y por momentos bajo techo.
Hay un breve video dirigido por Sorin Cosma en 2013, compartido en Youtube por Web TV Brasov que muestra muy bien la Strada Sforii.
EL CALLEJÓN DEL BESO
¿Y en Latinoamérica? La histórica ciudad de Guanajuato, en el estado del mismo nombre, es famosa por sus túneles, su museo de momias, por su vida universitaria y su bella arquitectura colonial, pero también por sus 3,000 callejones.
Por la tarde, frente al Teatro Juárez, uno encuentra jóvenes vestidos a la usanza medieval que conforman estudiantinas, que por la noche guían con su canto a los turistas por ese laberinto de pasillos al aire libre en los cuales se abren puertas y ventanas. El más emblemático de todos los callejones es el Callejón del Beso.
Tiene sólo 68 cm de ancho y por las noches, a media luz, es un lugar pleno de misterio y romanticismo. Allí acuden las parejas a sellar su amor con un beso, pues no hay lugar para mucho más…
Si no están seguros de su estrechez, permítanme mostrarla.

LA LEYENDA DEL CALLEJÓN DEL BESO
Hay una famosa leyenda, que le da un toque diferente al lugar y preeminencia sobre las angostas callejuelas europeas que hemos mencionado.
Se cuenta que vivían allí Ana y Carlos (otros los llaman Carmen y Luis), dos enamorados. Ana pertenecía a una familia rica que vivía en el lado izquierdo del callejón y Carlos, a una familia pobre, que alquilaba en el lado derecho. El padre de Ana detestaba la relación pues quería para su hija un hombre de su misma clase. Cierta noche el padre sorprendió a la pareja besándose desde los balcones de sus casas. Furioso, amenazó a su hija con matarla si la escena volvía a repetirse. Ana no le creyó. Al día siguiente volvió a besarse apasionadamente con su novio. El padre, al verlos, tomó un cuchillo y, sin mediar palabra, lo enterró en el corazón de su hija. Carlos besó la mano de su querida y poco después se suicidó donde trabajaba, en la Mina de La Valenciana. Así surgió la tradición que todas las parejas deben besarse en el tercer escalón que está pintado de rojo, sino tendrán siete años de mala suerte.
TAMBIÉN EN PRAGA
Al día siguiente de subir esta nota, mi querida amiga Nelly Moyano de Diez me comentó acerca de una calle sin nombre muy estrecha en Mala Strana, Praga, República Checa.

A pesar que pasé una semana en esa ciudad, y me hospedé en ese histórico barrio, jamás leí no oí de esa calle. Al recibir la foto lamenté no haberla recorrido, pues compite con las anteriores y tiene una característica que la hace única: un semáforo que permite su acceso.

LA CALLEJA DE LAS FLORES DE CÓRDOBA, ESPAÑA
Luego de artículo, también me escribió mi amiga Priscila Dergarabedian, quien mencionó la Calleja de las Flores, en Córdoba, en España, país donde ella residió varios años. Es una muy angosta callecita que conduce a un amplio patio bellamente decorado. Puede admirarse en un video del canal de CRJTwo:
No sé cuál es la calle más angosta, pero sí sé que tienen un encanto único. Allí se tejen historias escondidas en el silencio y guardadas celosamente con el candado del misterio.
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos, a excepción de la que muestra la calle angosta sin nombre de Mala Strana, que pertenece a Nelly Moyano y se publica con su autorización.
En cuanto los links a los videos, todos ellos públicos, son de Youtube y se ha citado al dueño del canal donde fueron posteados.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Balbachan, Eduardo Luis, “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”, EditorialRodolfoAlonso, Buenos Aires, Argentina, 1982
[2] Schere, Rolando H., “Pasajes”, Ediciones Colihue, Colección del Arco Iris, Buenos Aires, Argentina, 1998
Pablo: tus «cronicas viajeras» son admirables! Quiero tenerte de guia en algun lugar del mundo!
Gracias, Omar!
Qué lindo material. Me encantó.
Gracias, me gusta la forma en que va haciendo los relatos.
Rosa
Am luat toate fotografiile. Cele mai bune urări. (Pentru a răspunde folosind Google Translator)