En el trayecto del río Spree a través de Berlín, emerge una isla con forma de T invertida e inclinada, que fue la cuna de la ciudad, pues allí se asentaron los primeros pobladores a principios del siglo XIII. En la segunda mitad del siglo XV en ese sitio se erigió el Palacio Real para los poderosos Electores de Brandenburgo, pertenecientes a la familia Hohenzollern, famosa por su adhesión a la Reforma, cuya estirpe gobernó por siglos. Aunque el Palacio fue destruido en 1950 aún se encuentran en la isla la impresionante Catedral de Berlín (la luterana Berliner Dom), el Lustgarten, un amplio parque cubierto por una espesa grama, y un grupo de notables museos, que le ha provisto el nombre de Isla de los Museos (en alemán Museumsinsel). Si alguno tiene interés en conocer más acerca del futuro, puede visitar el sitio http://www.museumsinsel-berlin.de/home , de donde tomé y edité esta maqueta, que traza en rojo nuestro recorrido.
Si uno arranca desde la punta, en dirección de norte a sur , dejando de lado a mano derecha el Bode-Museum, lo primero que se encuentra es la Alte Nationalgalerie (Antigua Galería Nacional). Aunque fue fundada años antes, el actual edificio fue diseñado por Friedrich August Stüler en 1865 (sobre bocetos del rey Federico Guillermo IV) e inaugurado en 1876. La estructura, que remeda un templo griego –obviamente es una obra neoclásica-, se encuentra elevada y se accede a ella a través de una escalinata doble. Una bella columnata da un aspecto imponente a la fachada.
Por delante de la columnata y arriba del enorme pórtico se encuentra una inmensa estatua ecuestre de Federico Guillermo IV, rey de Prusia. No debe sorprender este título. Alemania durante la primera parte del siglo XIX continuaba siendo un conjunto de estados que habían sido parte del Sacro Imperio Romano Germánico. La historia de Alemania como nación puede fijarse en 1871 con el nacimiento del imperio alemán. Para quien desee saber más sobre la historia de la nación germana, recomiendo leer “La cultura: todo lo que hay que saber” de Dietrich Schwanitz.
Si uno cruza todo el frente se encuentra con el Neues Museum (“Museo nuevo”) y el acceso al Pergamonmuseum (“Museo de Pérgamo”), quizás el más famoso de los museos de la isla, por su extraordinaria colección de arquitectura y escultura antigua. Al salir de allí, y por el lado derecho recorremos un espectacular pasillo formadas por columnas con capiteles dóricos.
En uno de sus lados tiene una curiosa escultura de Humpty Dumpty, llamada “la máquina del futuro total”, de Jonathan Meese, un artista nacido en Tokio en 1970, que vive en Berlín.
Avanzando encontramos a mano izquierda el imponente Altes Museum (Museo Antiguo), obra de Karl Friedrich Schinkel, también en estilo neoclásico, con un enorme pórtico de 87 metros sostenido por 18 columnas jónicas, que se considera una de las columnatas más grandes del mundo. Fue inaugurado en 1830 y actualmente alberga parte de la colección de arte clásico, centrado en la antigua Grecia, aunque también hay secciones de arte romano y etrusco.
Tiene en su frente dos espléndidas esculturas de bronce. Una de ellas es «Kämpfende Amazone» («Amazona peleando») de August Kiss, instalada en 1842, al lado derecho de la escalera principal que conduce al interior del edificio. Muestra con gran expresividad los esfuerzos de una amazona para repeler el ataque de una pantera. La estatua en el lado opuesto, «Löwenkämpfer» («León de combate») se agregó en 1861.
En su techo hay estatuas gemelas, cada una de ellas con un hombre domando un caballo, creación de Christian Friedrich Tieck.
Por delante, el Altes Museum tiene una enorme pila de granito rosado de 70 toneladas y casi siete metros.
Para admirar todo el esplendor de la columnata del Altes Museum hay que hacerlo desde el Lustgarten, un bellísimo parque público que se extiende generosamente por delante, con un grueso césped intensamente verde. De paso, permítanme presentarme.
Caminemos por el parque, que fue escenario de concentraciones populares a lo largo de los siglos y miremos a la izquierda. Primero, vemos una pequeña fuente, pero luego, se levanta imponente la Catedral de Berlín.
La Berliner Dom se erige donde antiguamente existía una iglesia dominica. Fue construida entre 1747 y 1750 e incluía la cripta familiar de los poderosos Hohenzollern. La monumental construcción neobarroca actual fue construida entre 1894 y 1905 y es obra de Julius Raschdorff. La enorme cúpula central tiene 98 metros de altura. Su color verde proviene del cobre oxidado del que está revestida. A pesar de los graves daños que sufrió durante la 2ª Guerra Mundial fue restaurada completamente. Es de algún modo el contrapunto reformado a la Basílica de San Pedro en Roma.
Dependiendo del ángulo, entre la cúpula central y la menor derecha se observa la Fernsehturm, la torre de la televisión, popularmente conocida como Telespargel (escarbadiente), que es la estructura más elevada de la ciudad con 365 metros, construida en 1969, la que pude subir durante otro paseo.
La fachada cargada de detalles arquitectónicos, incluyendo elaboradas estatuas. En su centro tiene a un Cristo de bronce color verde claro. Esta figura está más cerca del Pantokrator (el “Señor de todo”), que juzgará a los vivos y a los muertos, que al humilde carpintero que murió crucificado. Su mano derecha tiene extendidos el pulgar, el índice y el dedo medio, formando lo que se conoce como “la mano del predicador”. Por encima de él hay dos mujeres de aspecto mitológico (¿acaso la sabiduría y la justicia?) con sendos libros mirando a la cruz que corona la escena.
Pensamos que la monumentalidad de la entrada tiene como propósito empequeñecer la imagen humana ante la presencia divina.
Sus imponentes puertas –según suponemos- juegan un rol parecido: abrir el paso a cada ser humano al contacto con Dios.
Un poco más adelante, siempre siguiendo el magnífico Lustgarten se encuentra el Humboldt Box, inaugurado en 2011. Se trata de un edificio de líneas rectas que forman una suerte de octágono de acero y cristal. Se levantó temporalmente para compartir con los visitantes los avances del proyecto cultural más importante de Alemania, el Humboldt Forum (Schloss-Humboldtforum), y será desmotado cuando esta obra se termine.
Desde donde venimos, se ven a la derecha tres estructuras cilíndricas amarillas que parecen silos.
Delante de los cilindros amarillos, durante mi visita observé unas columnas mucho más pequeñas, de fondo blanco y bordes rojos, con fotos de protagonistas de la historia que fueron perseguidos por los nazis. Esas estructuras forman parte de la exposición “Diversity Destroyed – Berlin 1933-1938”. En el website http://www.dhm.de/archiv/ausstellungen/zerstoerte-vielfalt/en/ encontré la información en inglés que aquí traduzco:
“Durante la época de la República de Weimar, Berlín fue el centro político, una vibrante metrópolis con más de cuatro millones de habitantes. Sin embargo, el nombramiento de Adolf Hitler como Canciller del Reich el 30 de enero de 1933 marcó el comienzo de la destrucción final de la democracia. Los derechos básicos esenciales y el ordenamiento jurídico fueron invalidados; sindicatos fueron disueltos y partidos políticos y organizaciones sociales prohibidos o forzados a cerrar. La toma del poder por los nacionalsocialistas se llevó a cabo con una rapidez sin precedentes y se caracterizó por una ola de terror contra los opositores políticos, la población judía y otros grupos de la sociedad alemana. La exposición ‘Diversidad destruida. Berlín 1933 – 1938’ es una contribución del Museo Histórico Alemán al tema en 2013. Recuerda en particular la toma del poder en 1933 y el pogrom de noviembre en 1938 (Nota: Un pogromo es el saqueo y matanza de gente indefensa, especialmente judíos, llevados a cabo por una multitud). La exposición reúne más de cuarenta proyectos de museos y monumentos, asociaciones privadas y las iniciativas que tienen que ver con la historia de Berlín bajo el nacionalsocialismo en exposiciones, proyectos de arte temporales, obras de teatro, lecturas, proyectos de cine o guías de audio. Juntos se documentan las consecuencias desastrosas de la dictadura nazi para la vida en la ciudad capital”.
Allí nomás, para salir de la isla hay un puente con cuatro bellas esculturas, justo donde inicia la arteria más emblemática de Berlín, Unter der Linden (“La avenida de los tilos”). Conviene cruzar ese hermoso puente y doblar hacia la derecha, bordeando la isla.
El camino corre paralelo al canal y conduce a la fachada posterior del Pergamonmuseum que parece dos templos griegos.
Un poco más adelante, poniéndole un broche de oro, llegamos a la entrada del Bode Museum. Cruzamos un puente y estamos ahí. Los domingos, un mercadillo de pulgas embellece aún más el lugar mientras se oyen acordes de tango, que se baila en un jardín cercano abierto al público.
Me despido contando que frente al Bode Museum compré una Biblia en alemán impresa en 1907 y vi un póster muy divertido, que muestra sin vergüenza la verdad que encierra el marxismo, que de dictadura tiene todo y de proletariado, nada. Recuerden que los berlineses padecieron el comunismo con un muro absurdo que encerraba a las personas en un mundo totalitario, privándolas de una plena libertad. En la República Democrática Alemana (tan bien reflejada en la película «La vida de los otros») todos los ciudadanos eran iguales, pero algunos eran más iguales que otros.
© Pablo R. Bedrossian, 2014. Todos los derechos reservados.
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos, a excepción de la maqueta con el recorrido, que fue tomada del sitio http://www.museumsinsel-berlin.de/home/ y luego editada.
En su fe y participación, usted y yo somos hermanos de un mismo padre. Resulta asombroso como después de encontrar este espacio y leer alguno de sus pensamientos, pueda decir, ..Estos pensamientos son como mis pensamientos, este camino es como el mío, como mi llamado, como mi padre me dijo desde lo alto… Hace tres años aproximadamente, nació la idea de construir, más que una firma, unos nuevos rieles que sirvieran al Desarrollo verdadero de nuestro País Colombia. …. nacia la Compañía Andina de Inspeccion y Certificacion, ACERT S.A. Hoy vivo en esta bella ciudad, en este bello libro llamado BERLÍN,…….fue largo el camino pero al fin llegue, diría mi padre, quien se fue ya hace casi cuatro años…..pero que con absoluta certeza estoy seguro, esta observando desde lo alto el Paraíso.