COMENTARIO A “EL HOMBRE QUE FUE JUEVES”, DE G. K. CHESTERTON

Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO

Título: “El hombre que fue Jueves”

Autor: Gilbert Keith Chesterton

Año: 1908

Más que un relato de intriga, un juego literario que combina humor, imaginación y, oscuridad. Chesterton hace gala de su aguda pluma para retratar de un modo alegórico la lucha entre fuerzas contrapuestas.

G. K. Chesterton es reconocido como un maestro de la paradoja y la ironía. Siempre sus relatos están signados por una mirada aguda e ingeniosa que nos hace sonreír a pesar de su dramatismo. Tal es el caso de los cuentos del Father Brown, un cura que resuelve crímenes basado en su conocimiento de la naturaleza humana, o el de esta novela, “El hombre que fue Jueves”.

El relato comienza en Saffron Park, un suburbio al oeste de Londres, donde un poeta declama cautivantes versos para sus admiradores. Sin previo aviso, otro poeta irrumpe en la escena para desafiarlo, no como en las payadas criollas o las rap battles, sino cuestionando su declarado anarquismo. Para demostrar que su posición política no es puro romanticismo -y previo pacto de absoluta confidencialidad-, el poeta cuestionado invita a su contrincante a una reunión secreta, donde se hará la elección de un representante para el consejo supremo de su secta política, que proclama la violencia como instrumento de cambio. A partir de allí comienza una trama bizarra, con rasgos oscuros pero llena de humor, por momentos sarcástico, como en las buenas comedias dramáticas.

Tempranamente se devela por qué ese hombre fue Jueves; más interesante aún es la descripción que hace Domingo de sí mismo, que para nosotros es la clave para entender la historia: “Desde el principio del mundo todos los hombres me han perseguido como a un lobo, los reyes y los sabios, los poetas y los legisladores, todas las iglesias y todas las filosofías. Pero nadie ha logrado cazarme. Los cielos se desplomarían antes que yo me vea reducido a los últimos aullidos. A todos los he hecho correr más de la cuenta, y lo voy a seguir haciendo”[1].

El argumento es, para nosotros, una alegoría de la lucha entre el orden y el caos, el bien y el mal, pero pensamos que tan buen inicio merecía un mejor desenlace; de alguna manera, y quizás en contra de las opiniones externas, el relato se va desinflando hacia el final.

Alguna vez leímos una cita de Borges (que no hemos podido encontrar) en la cual decía que Chesterton había demostrado que los rasgos circunstanciales pueden ser patéticos[2]; este escritor inglés es una suerte de mago literario que se sirve de un hecho trivial para revelar un misterio o retratar a un personaje, algo que se confirma en la novela. Fue un optimista incurable, un pensador agudo y un escritor brillante, pero, por sobre todo, un gran observador de la naturaleza humana.

© Pablo R. Bedrossian, 2025. Todos los derechos reservados.


REFERENCIAS

[1] Chesterton, G. K., “El hombre que fue jueves”, Espuela de Plata, Editorial Renacimiento, obra original 1908, publicación 2022, p.208.

[2] Borges ha escrito acerca de Chesterton en “El arte narrativo y la magia” de “Discusión” (1932), le ha dedicado el ensayo “Sobre G. K. Chesterton” en “Otras Inquisiciones” (1952) y ha prologado «La cruz azul y otros cuentos» en la colección de su «Biblioteca Personal» (1985); en ninguna de las tres encontramos la frase mencionada.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.