Serie CONFIESO QUE HE LEÍDO
Título: “Met el muerto”
Autor: Adrián Haidukowski
Año: 2001
Adrián Haidukowski presenta una novela intensa, urbana y plagada de manipuladores, que no brilla por su trama pero sí por su estilo, una obra que juega con espejos, mentiras y un protagonista narcisista en busca de inmortalidad literaria.
No sé cómo llegamos a esta novela, pero estuvo dormida en nuestra biblioteca durante varios años. Quizás demoramos por creer que se trataba de un relato épico, al estilo del “Poema de Gilgamesh”, pero nuestros prejuicios fueron tan errados como a veces lo están nuestras opiniones. Ocurre que cuando nos acercamos a un texto, su lectura constituye una experiencia que será valorada en función de nuestras expectativas: lo percibido frente a lo esperado. Por eso necesitamos despojarnos de nuestros escrúpulos y dejar que la escritura nos sorprenda.

La novela tiene un sabor bien porteño. Está narrada por el protagonista, un escritor premiado, personaje del que el autor se sirve para presentar la historia. Dos cosas llaman la atención de él: primero, que cuenta lo que dice, lo que vive y lo que piensa como si fueran una misma cosa; segundo, su extremo narcisismo, perpetuado por sus múltiples amantes, a las que trata como si fueran simples instrumentos de su voluntad.
La trama comienza cuando al protagonista le presentan un joven que está próximo a morir, quien le pide que escriba su historia, una suerte de tragedia griega acaecida en una zona rural de la provincia de Santa Fe. A partir de allí Haidukowski construye un relato intenso, con pocas pausas, que termina siendo -y quizás propasando a la propia historia- un juego de espejos, donde las trampas y las mentiras se duplican. Al finalizar uno descubre quién es realmente Met, el personaje que, como el Otálora del cuento borgeano, aunque vivo, estaba muerto desde el principio.
Creemos que “Met el muerto” no es una gran novela, ni siquiera una buena historia, pero, sin embargo, entretiene, pues está bien escrita. Quizás su mayor atractivo resida en su plétora de personajes manipuladores compitiendo por imponer su voluntad, un juego donde cada uno de los títeres cree manejar los hilos.
© Pablo R. Bedrossian, 2025. Todos los derechos reservados.
