Madagascar es una isla de gran tamaño ubicada en el sudeste africano, famosa por su fauna endémica[1]. Se encuentra sobre el Océano Índico y está separada del continente por el Canal de Mozambique. Pese a situarse en África formó parte del subcontinente indio, del cual se desprendió hace unos 90 millones de años.

Hoy es una república con 28 millones de habitantes. En castellano el gentilicio es malgache, pero los locales prefieren el término malagasy, tanto para llamarse a sí mismos como para nombrar su idioma. De alta población rural, cuenta con un fuerte desarrollo de la agricultura, cuyo cultivo más importante es el arroz, y la ganadería, basada en el cebú, un tipo de vacuno; además posee ricos yacimientos de zafiros. Sin embargo, padece una extrema pobreza: su PIB per cápita es uno de los más bajos del mundo: USD 500 por año[2].

Se cree que sus primitivos habitantes llegaron de Indonesia (el idioma malagasy está muy relacionado con un dialecto de Borneo). Posteriormente llegaron migrantes bantúes desde el continente. La fisonomía de los habitantes, si bien difieren según las zonas, se acerca más al de los malayos que a los típicos negros africanos. Los primeros europeos en llegar fueron los portugueses en 1502. A fines del siglo XIX cayeron bajo el colonialismo francés. En 1960 obtuvieron su independencia.

Algo menos de un 60% es cristiano, cerca de un 25% es animista y hay un 10% de musulmanes, sobre todo en las costas. La capital es Antananarivo, comúnmente llamada Tana. Es una ciudad de contrastes, donde basta salir a caminar unos metros para que una horda de vendedores y mendigos acose al visitante. Sin embargo, tiene zonas bonitas y algunas vistas dignas de admirarse. Las calles son estrechas con grandes huecos en el asfalto y casi no hay avenidas de doble vía. El tránsito suele ser lento y complicado.
LOS LEMURES
Tuvimos la oportunidad de pasar dos semanas en Madagascar, recorrer el este, oste y el sur. El propósito de nuestra visita fue descubrir la biodiversidad del país; el objetivo primordial, admirar personalmente a los lémures, primates exclusivos de la isla.

Se dice que hay unas 100 especies existentes de las que pudimos observar 11[3]. Su hábitat ha quedado prácticamente restringido a los parques nacionales y no son fáciles de hallar. Algunas especies son muy ariscas y de hábitos nocturnos, pero otras han alcanzado cierto grado de confianza con el ser humano como para mostrarse más de cerca.

Los más grandes son los indri, que llegan a medir un metro de altura y pesar 10 kilos; los más pequeños los mouse lemurs o lémures ratones, que pesan unos 45 gramos. Sus sonidos son agudos y tienen una tremenda agilidad para desplazarse entre los árboles utilizando sus brazos, patas y cola prensil.

Los parques nacionales suelen cerrar temprano, entre las 4 y 5 de la tarde, para evitar que de noche se capturen ejemplares con fines de tráfico. Últimamente su popularidad ha crecido gracias a la película Madagascar.
BAOBABS
Quien ha leído “El Principito” seguramente se vio sorprendido por la mención a los baobabs. En nuestro caso, recordamos haber acudido a un diccionario donde averiguamos que eran árboles gigantescos que crecían casi exclusivamente en Madagascar.

Para aquellos nacidos en la Argentina, su aspecto podría compararse con una botella de Ginebra Bols, pero donde debería ir la tapa, el tronco se abre en numerosas ramas que muestran un rico follaje. Se agrupan bajo el género Adansonia. Existen ocho especies, de las cuales seis crecen en Madagascar, otra en África continental y una, más pequeña, en Australia.

En el oeste del país, cerca de la ciudad costera de Morondava visitamos la Avenida de los Baobabs, un camino de tierra surcado por centenarios árboles de la especie Adansonia grandidieri. Durante el atardecer estos baobabs adquieren maravillosas tonalidades.
CAMALEONES
Si bien estos reptiles pequeños no son exclusivos de Madagascar, hay muchas especies que viven solo en la isla[4].

Se caracterizan por cambiar de color según la situación[5], la larguísima lengua que se despliega para cazar insectos y sus ojos que se mueven independientemente uno del otro.

Algunos miden escasos centímetros y otros superan el medio metro. Suelen tener colores brillantes y algunas especies se mimetizan formidablemente con el entorno.

En Madagascar habitan numerosas especies; incluso aún se descubren nuevas especies. Hay tres géneros cuyas especies son muy interesantes y exclusivas de la isla: Brookesia, Calumma y Furcifer.
OTROS ANIMALES
El único animal importante que no pudimos observar es el fossa (nombre científico Cryptoprocta ferox), un mamífero carnívoro que parece una panterita marrón, pero no es un felino, porque no era la temporada. Sin embargo, pudimos observar el insecto jirafa (nombre científico Trachelophorus giraffa), famoso por su largo cuello.

El Madagascar Hoopoe (nombre científico: Upupa marginata) es probablemente el ave más famosa de la isla, con su preciosa corona. De unas 260 aves documentadas para Madagascar[6], 115 no se observan en ningún otro país.

Entre una gran cantidad de reptiles, encontramos una amplia variedad de geckos, incluyendo para nuestro asombro algunas especies gigantes de curioso aspecto.

LAS ETNIAS
A fines de 2022 tuvimos la oportunidad de pasar dos semanas en Madagascar, recorrer el este, oste y el sur y observar por nosotros mismos la vida en ese país y admirar su extraordinaria naturaleza.

En el territorio malgache conviven 18 etnias. Presentamos sumariamente algunas de ellas. La más grande es la merina, que se concentra en el centro del país, seguida de la betsileo. Ambas etnias construyen casas de adobe de dos plantas. Con frecuencia alojan por la noche a sus animales en la planta inferior a fin de evitar los robos.

Al oeste se encuentran los sakalava, un grupo que construye sus viviendas en base a juncos y fibras vegetales.

En el este, los bezanuzano, que prefieren hacer casas de madera.

Durante nuestra visita a los betsileo preguntamos a nuestro guía por la pobreza. “No son pobres -nos dijo- Ud. puede ver que tienen cultivos y animales”. Entonces le preguntamos “Pero, si es así, ¿cómo es que piden dinero todo el tiempo?”. Lacónicamente nos respondió “es un mal hábito que tienen”. A pesar de sus explicaciones, la pobreza que observamos nos conmovió.

Madagascar es una caja de sorpresas, donde no podemos menos que asombrarnos ante tanta riqueza natural. Nuestra gratitud y aplausos sea para todos aquellos que trabajan por conservar esa biodiversidad, pues preservan un tesoro que pertenece a toda la humanidad.
© Pablo R. Bedrossian, 2023. Todos los derechos reservados.
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REFERENCIAS
[1] Endémico significa en biología que su presencia está restringida a un único territorio
[2] “PIB per cápita (US$ a precios actuales)”, Banco Mundial, datos de 2021, https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD
[3] Según la base de datos iNaturalist (www.iNaturalist.org) de NatGeo donde los amantes de la naturaleza documentamos nuestras observaciones con fotografías, muestra 82 especies de lémures Madagascar a la fecha de publicación de este artículo.
[4] En iNaturalist aparecen documentadas 68 especies de camaleones en Madagascar a la fecha de publicación de este artículo.
[5] Muchos recordarán la canción de Chico Novarro “el camaleón, mamá, el camaleón, cambia de colores según la ocasión”. Aclaremos que hay especies cuyo aspecto se mantiene inalterable aunque cambien las circunstancias
[6] Según la base de datos eBird, de la Universidad de Cornell, preferida de los observadores de aves https://ebird.org/region/MG?yr=all
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