Serie LECTURA RECOMENDADA
Título: “El libro de las maravillas del mundo”
Autor: Marco Polo
Año: 1298 (fecha aproximada)
Presentamos esta obra fascinante que narra el encuentro de Marco Polo con el Lejano Oriente, poblado por acontecimientos reales y maravillas legendarias. Un viaje que nos transporta hacia un mundo que ya no existe.
👉 ✨ Marco Polo abrió Oriente a Europa con “El Libro de las Maravillas del Mundo”. Entre historia y leyenda, su relato sigue fascinando. Lo invitamos a leer este comentario y dejarse sorprender por un clásico que cambió nuestra visión del mundo. 🌏
Esta extraordinaria obra relata el descubrimiento de Oriente para los europeos. El vocero es Marco Polo, un comerciante veneciano que acompañó a su padre Nicolo y su tío Mafeo por una travesía que lo retuvo en esas exóticas tierras 24 años. No es que los europeos no supieran del Lejano Oriente pues la ruta de la seda era conocida desde la antigüedad, sino que ignoraban su geografía, los pueblos que lo habitaban, su historia y sus costumbres.
Marco Polo dictó estas memorias durante su encarcelamiento en Génova en 1298, tras haber caído prisionero en la batalla naval de Curzola, donde los venecianos fueron derrotados por los genoveses. El amanuense fue su compañero de celda, llamado Rustichello, escritor de relatos legendarios, quien adaptó los relatos al francés antiguo.

La obra cuenta con una introducción, seguida de tres secciones llamadas “libros” que incluyen no solo las experiencias que Marco Polo, sino también relatos acerca de pueblos e historias que escuchó, y cierra con un epílogo.
LA INTRODUCCIÓN
El texto comienza con una Introducción donde el comerciante veneciano cuenta cómo su padre Nicolo y su tío Mafeo realizaron el primer viaje por Oriente. Partieron de Constantinopla en 1252 y despertaron el interés en Kublai Khan, Gran Señor de los Tártaros, quien gobernaba la mayor parte del continente asiático. Este nieto de Gengis Khan, que luego ocupará gran parte de la narración y gozará de la mayor admiración y estima del autor, tras enterarse de las cuestiones del mundo occidental, envió a través de los Polo una carta dirigida al Papa pidiendo cien sabios cristianos que predicaran la religión y la doctrina cristiana. El pedido que no pudo ser cumplido por la muerte del Papa y la extensa demora en la elección de su sucesor[1]. El nuevo pontífice Gregorio X solo envío dos frailes que abandonaron la misión cuando advirtieron los peligros que entrañaba. Marco acompañó a su padre y tío en ese nuevo viaje iniciado en 1271 que es el que ocupa el resto del libro.
LIBRO PRIMERO
El Primer Libro comienza hablando de la Gran Armenia para luego referirse a la Pequeña Armenia; desde allí cuenta las peripecias de los viajeros hasta su llegada a la corte de Kublai Khan. Marco Polo describe los pueblos que encuentra en su camino, cómo son sus gentes, sus gobiernos, sus hábitos, su alimentación, sus viviendas, sus riquezas y medios de vida. Cuando describe las creencias religiosas suele mencionar a los cristianos nestorianos[2], los sarracenos (término que usa para referirse a los musulmanes, a quienes detesta) y los idólatras. En estas narraciones intercala historias que permiten conocer o entender su situación. Desde el Cáucaso se dirige a Persia, Anatolia y Asia Central.
Cuenta una gran cantidad de hechos notables, por ejemplo, la oración del zapatero que movió una montaña en 1275 (¿acaso un terremoto?) que salvó a miles de cristianos de morir en manos de sarracenos, el origen de los tres magos que conocemos como reyes magos, la historia del Viejo de la Montaña y sus Asesinos o la historia del Preste Juan, un legendario rey y sacerdote cristiano del Lejano Oriente, muy poderoso, que él identifica como el rey Uncán, quien fuera derrotado por Gengis Khan.
Compartimos uno de esos acontecimientos extraordinarios: la conquista por parte de Ulaú, nieto de Gengis Khan y hermano de Kublai Khan, de la ciudad de Baudac (la actual Bagdad), digna de “Las Mil y Una Noches”[3]. Dice que en 1255 la ciudad era dirigida por un Califa muy avaro que por su propia mezquindad se negó a contratar un ejército, sufriendo un gran desastre. Al llegar Ulaú encontró una torre repleta de oro, plata y otros tesoros, por lo cual le dijo al Califa: “’Ya que amas tanto tu tesoro, única razón de tu vida, te demostraré que has obrado bien’… Y apresando al Califa lo encerró en la torre del tesoro, ordenando que no se le diera de comer ni beber… y tras esto dijo: ‘Califa, cómete tu tesoro mientras puedas, ya que tanto te gusta; pues nunca volverás a comer o beber otra cosa que tus riquezas’… El Califa murió como un siervo cuatro días más tarde”[4].
LIBRO SEGUNDO
Esta es la parte más extensa y reveladora del libro. Más que una descripción, es una alabanza al emperador de Oriente de aquel momento, Kublai Khan; expone cómo manejaba su corte, administraba sus territorios, organizaba su ejército e impartía justicia. Incluso hace referencia al cobro de impuestos y al eficiente sistema postal. Según el libro, este gobernante rigió los destinos del imperio mongol desde 1256 (otras fuentes indican desde 1260) hasta su fallecimiento en 1294. Aunque Marco Polo no lo dice, fue el fundador de la dinastía china Yuan.
Marco Polo trabajó al servicio del Gran Señor de los Tártaros y recorrió la mayoría de los lugares que menciona; cuando no fue testigo, explica que conoce los hechos de oídas. Como en el capítulo anterior, describe los sitios, culturas y comportamientos, haciendo énfasis en la geografía, el comercio, la agricultura, la ganadería, la fauna salvaje, y pone un especial interés en los aspectos religiosos y morales, como también en las prácticas sexuales y funerarias de los pueblos que visita. Muchas de las ciudades son chinas (región a la que denominaba Catai o Catay).
Son interesantes cómo nombra a animales que desconoce; por ejemplo, leones rojos con rayas a los tigres o unicornios a los rinocerontes. Nuevamente relata hechos fabulosos, aunque evitando la exageración o la insensatez. De las muchas vivencias reflejadas en su texto, hay dos que queremos rescatar. La primera es el descubrimiento del carbón mineral desconocido para los europeos. Dice: “por toda la provincia de Catai tienen unas piedras negras que extraen de sus montañas, que arden como si de troncos de madera se tratase… Mantienen la lumbre y producen la cocción mejor que la madera. Y si se ponen al fuego por la noche y prende bien la hoguera, se mantendrá encendido hasta la mañana siguiente. Aunque estas piedras no dan mucha llama, salvo un poco al principio, cuando se encienden… permanecen al rojo y despiden mucho calor”[5].
El segundo es el uso de papel moneda (ya utilizado en China), que Marco Polo vio como una creación genial. Se elaboraba a partir de una capa color blanco tomada de la delgada corteza de un árbol que los europeos llamaban morera y los chinos gelsus. Luego las cortaban: a mayor tamaño, mayor valor. “En todas estas hojas se imprime el Sello del Gran Señor, sin el cual nada valen; y están fabricadas con tantas garantías y formalidades como si se tratase de plata u oro puro, pues muchos funcionarios, nombrados al afecto, escriben su nombre en cada billete poniendo en él su marca personal… Si alguno intentase falsificarla, imitándola, sería castigado con la pena capital. Así como sus descendientes hasta la tercera generación… Y hace fabricar el Gran Khan tan enorme cantidad de esta moneda que puede pagar con ella todos los tesoros del mundo sin que nada le cueste”[6]. Comenta esta moneda era muy bien aceptada, tal como si se utilizaran oro o plata.
LIBRO TERCERO O LIBRO DE LA INDIA
En uno de los últimos párrafos del Libro Segundo dice: “Nos faltan aún por relatar todos los hechos de los indios, que son muchos y diversos, todos novedosos e interesantes… pues hay allí gran cantidad de extrañas maravillas que no podemos dejar pasar en silencio”[7].
Aborda en esta sección una India mucho más grande que la conocemos. Aquí no todas sus descripciones surgen de sus viajes, sino que muchas le han sido referidas por otros. Comienza hablando de la construcción de las grandes naves que transportan mercadería, para luego pasar a los sitios de mayor interés, muchos de los cuales se encuentran en la periferia del imperio mongol o fuera de él. Habla, entre otros, de la isla de Cipango (Japón) y territorios que corresponden a la Indonesia moderna. Aunque hay dudas, algunos postulan que también hace referencia a la isla de Madagascar y a África orienta[8]l. Por supuesto, también nos cuenta de la India y de la isla de Ceilán (la actual Sri Lanka).
Como en los otros libros, se centra en las peculiaridades de cada pueblo, su entorno y los productos que producen (perlas, especias, medicinas, piedras preciosas).
Por supuesto, no faltan anécdotas y detalles que cautivan. Una de las secciones más largas de todo el texto está dedicada a la gran provincia de Maalbar, también conocida como India Mayor. Agrega para esa región un capítulo dedicado al lugar donde se encontraba el cuerpo del apóstol Tomás, quien, según una antigua tradición, fue a predicar a la India[9].
Una de las menciones más curiosas está dedicada a las islas Macho y Hembra[10] y otra a la Montaña de Adán, ubicada en Ceilán: “Hay en ella una enorme y alta montaña cuyas rocas son tan abruptas que nadie las puede escalar, si no es de la forma que ahora veréis. Pues cuelgan de este monte muchas gruesas y largas cadenas de hierro, dispuestas de modo que los hombres pueden subir hasta la cima por ellas. Y dicen que sobre aquel pico está el monumento de nuestro primer padre Adán. Esto dicen los sarracenos, quienes creen que aquel es el sepulcro de Adán; mas los idólatras sostienen que es el monumento de Sagamoni Burcan»[11]. Son tantas las maravillas que el libro cuenta que no solo el título es afortunado, sino que también aquel que puede leerlo.
EPÍLOGO
El epílogo comienza con la Gran Turquía y está dedicada a episodios militares en la frontera occidental del Imperio mongol. Por ejemplo, la rebelión del Caidú, tío de Kublai Khan contra su sobrino emperador, los combates entre Argón y Acmat o la guerra entre Ulaú y Berca. También describe territorios como las Tierras de la Oscuridad, donde no brillan ni el sol, ni la luna o la provincia de Rusia. El texto termina volviendo al principio, cuando recuerda la dificultad para poder abandonar la corte de Kublai Khan quien, si no fuera por una conjunción de hechos azarosos, no hubiera permitido a los Polo regresar a Venecia.
El título de la obra no puede ser más apropiado: “El Libro de las Maravillas del Mundo” de Marco Polo maravilla a sus lectores: en tiempos de su publicación acercándolos a un continente desconocido y en nuestra época poniéndonos en contacto con un pasado que solo perdura en sus páginas.
OTROS FINALES
Nosotros leímos una edición de Juan Barja para Abada Editores, que contiene las 85 ilustraciones originales a color del manuscrito FR. 2810. En la presentación que incluye nuestro volumen[12] se informa que se conocen 143 manuscritos del “Libro de las Maravillas del Mundo”, que, por supuesto, es anterior a la imprenta[13]. Sin embargo, no todos tienen el mismo final. Hasta donde hemos podido saber, existen, al menos, tres recensiones de la obra: la toscana, la francesa y la latina (en crítica textual, las recensiones son las diferentes líneas que sigue un texto manuscrito en su evolución histórica, resultado de cambios introducidos por editores y copistas); la que leímos es la toscana, considerada temprana y fidedigna, termina alabando la valentía del rey Nogai. Sin embargo, en la ediciones que siguen la recensión francesa aparece una escena final en Venecia: un banquete organizado por los Polo, al regreso de su viaje en 1295. Allí los anfitriones lucían empobrecidos, pero rompieron sus ropas viejas y dejaron caer rubíes, zafiros, esmeraldas y diamantes, para confirmar la veracidad de su historia.
© Pablo R. Bedrossian, 2025. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] También les encargó que le trajeran aceite del Santo Sepulcro de Jerusalén,
[2] Cristianos pertenecientes a la Iglesia de Oriente; creían en la doble naturaleza de Cristo: una humana y otra divina, en lugar de una sola persona con dos naturalezas como el catolicismo romano al que adhería la familia Polo
[3] Sobre esta obra, ver nuestro artículo “’El libro de las mil y una noches’, realismo mágico en estado puro”, 25/06/2021, https://pablobedrossian.com/2021/06/25/el-libro-de-las-mil-y-una-noches-realismo-magico-en-estado-puro/
[4] Polo, Marco, “El Libro de las Maravillas del Mundo”, Abada Editores, año original de publicación 1294, año de esta edición, 2016, Capítulo XXV, p.71, 72
[5] Polo, Marco, obra citada, Capítulo CV, p.236
[6] Polo, Marco, obra citada, Capítulo XCIX, p.223, 224
[7] Polo, Marco, obra citada, Capítulo CLX, p.354
[8] La discusión proviene de los nombres, parecidos a los de los sitios africanos, pero difíciles de justificar por las grandes distancias y el tiempo que tomaría llegar hasta ellos
[9] Eusebio de Cesarea, “Historia Eclesiástica”, Editorial Clíe, Barcelona, España, año original de publicación 313 / 324 d.C.; año de esta edición 1988, Libro III, Capítulo 1, p.134 dice “Los discípulos fueron esparcidos por toda la tierra. Tomás, según sostiene la tradición, recibió Partia”; la región de Partia incluía el noreste del actual Irán, Turkmenistán, Afganistán y Pakistán. Además, existen antiquísimas comunidades cristianas en la India que reconocen al apóstol Tomás como su fundador.
[10] Polo, Marco, obra citada, Capítulo CXCII p.422
[11] Polo, Marco, obra citada, Capítulo CLXXXIV p.403; Sagamoni Burcan era el nombre que los mongoles daban a Buda, cuyo nombre real fue Siddhartha Gautama.
[12] Barja, Juan, “Nota editorial” en Polo, Marco, obra citada, p.22
[13] Sobre la creación de la imprenta, ver nuestro artículo “La Biblia de Gutenberg y la Reforma”, 14/9/2017, https://pablobedrossian.com/2017/09/14/la-biblia-de-gutenberg-y-la-reforma-por-pablo-r-bedrossian/
