“A LA LUZ PARTE 2 – ALMAS ROTAS”, EL NUEVO ÁLBUM DE MARCELO MOLLO

🎧 ¿Puede un álbum ser íntimo y poderoso a la vez?
En “A la luz parte 2 – Almas rotas”, Marcelo Mollo desnuda el alma en canciones que sanan, movilizan y celebran la esperanza. Comparte letras que no esquivan el dolor y melodías que levantan. Una joya con aroma a rock nacional que inspira fe sin trucos, ni artificios.

Más que un músico, Marcelo Mollo es un artista. Su capacidad creativa, revelada como compositor, arreglador y tecladista de Rescate y luego en sus discos solistas, sigue inspirando a miles en todo el mundo. Las letras, siempre intimistas y pobladas de imágenes, tratan de las heridas que sufrimos en el viaje de la vida, pero también presentan la salida: un amor que libera y una fe que no evita los dolores, pero sostiene y levanta a pesar de ellos. Su música tiene un inconfundible aroma a rock nacional, aunque, desde luego, con el toque personal que la distingue y la eleva.

“A la luz parte 2 – Almas rotas” forma parte de una trilogía iniciada con “Diosnoslibre”, por el dúo que conformó con Hernán Tofoni, seguida por “A la luz parte 1”. Incluye una selección de canciones compuestas en diversas épocas que muestran un Marcelo Mollo en estado puro. Es uno de esos álbumes que cuando más se escuchan, más se disfrutan, porque uno descubre detalles que inicialmente pasan inadvertidos.

Participaron en la producción grandes músicos, como Jota Morelli (ex baterista del Luis Alberto Spinetta), Marcelo Barrera y Marcelo Tega (de Rescate), Esteban Kubiata y Hernán Drisner (de Kyosco), el bajista Octavio Ludi y el guitarrista Carlos Cáceres, mientras que aportaron sus voces Bitia Olalla y Hernán Tofoni. 

Pasemos a los temas que presentamos en el orden que aparecen en “A la luz parte 2 – Almas rotas”:

1. ‘Dame una mirada” es una celebración musical y, a la vez, una declaración testimonial que habla del más grande amor:

Dame tu mirada que te llevo a otra galaxia y verás su amor… No te inmoles más de formas falsas de paz; los cementerios tienen paz, pero no es la que predico y te digo: por sus llagas, por tus noches, por su amor que es sin reproche, por esa tristeza que hay en vos.”.

Con una poderosa base rítmica, es un tema que contagia vida, fuerza y esperanza frente al dolor.

3. Dejo el tema 2 para el final, por lo que paso a “Precipicio”, cargado de intensidad; parece un escenario teatral donde el protagonista declara su necesidad de ser amado para no caerse, reconociendo las propias faltas y limitaciones y repitiendo como un latiguillo “Ámame”. Dice la letra:

“No te pido nada más; ámame y olvidemos los demás; mírame que sin vos no puedo estar… Una vez ya te perdí, en la noche me caí y pensé que era por siempre. Yo te pido por amor, no me sueltes, por favor, que hay un precipicio que me quiere devorar…Quiero fe y que Dios sea nuestro pan”.

Cuenta con un breve pero hermoso solo de guitarra eléctrica por Marcelo Barrera, con Marcelo Tega en el bajo.

4. “Algo habrá” es un bello tema que cuenta con la participación de la talentosa compositora, pianista y cantante Bitia Olalla, una mendocina radicada en Estados Unidos. Tiene un inconfundible sabor a rock argentino. La letra es una mano extendida al que sufre, al que está solo, al que lo perdió todo y, sobre todo, un llamado a la fe:

Si me aceptas esta canción quizá encuentres la respuesta de por qué tanto dolor; tus penas pueden tener fin. Si escuchas esta canción quizá encuentres la respuesta. Acéptame algo de Dios, y tus penas pueden tener fin”.

5. “A sus pies” habla de la niñez y la pérdida de lo que llamaríamos la edad de la inocencia.

“Todo se nos va a cualquier edad; hoy no lloro por juguetes, lloro porque ya no tengo tus manos en mis manos…La inocencia muere cuando el hombre mata al niño”.

Como en otras de sus canciones, el tema del sufrimiento está abordado no desde las circunstancias, sino desde los sentimientos. Palabras como dolor y heridas forman parte del universo creativo de Mollo, pero también su contrapartida, en sus menciones al amor y la esperanza que vienen de lo Alto: “El amor de Dios llueve sobre vos, va soplando por las calles dando corazones y curando las heridas”. Musicalmente es un tema más cercano a la balada que, influenciado por Charly García y Fito Páez, mantiene intacto su sello personal.

6. “Cien baldosas”, que bien podría llamarse “Sueño con vos”, es un tema dedicado a su padre, cargado de otro elemento propio de la poética introspectiva de Marcelo Mollo: la melancolía

“Hoy que no estás; me imagino que hablamos y olvido que el tiempo se va y no estás…sueño con vos cada vez que camino por tus cien baldosas y llueve”.

 La sección final instrumental transmite el mismo sentimiento conmovedor.

7. “De mis hombros” es una canción cargada de una enorme energía y un ritmo palo a palo, con un breve solo jazzero con un CP-80 con sabor a piano Rhodes. Celebra de un modo potente la libertad que Dios le dio, ofreciendo una de las mejores letras del álbum:

“Ya estoy de pie, ya tengo paz, ahora puedo respirar; toqué la cruz, fue un despertar de un sueño de oscuridad… Cada piña, cada puñalada, sanan con solo mirarte porque cuento con tu amor; perdóname yo no te escuchaba cuando hablabas a mi oído porque sordo era mi corazón. Creí tener mi propio Dios, creí vivir en lo mejor; mi convicción se derrumbó cuando la noche me cayó. Estaba ahí buscando amor, a lo mejor estar mejor, y ahora sé que hay redención porque me siento con tu amor”.

8. “Como de ciervas” fue compuesto por Marcelo a los 20 años, tras el encuentro con Dios que cambió su vida. Es una balada con una muy bella melodía, que nos invita a cantar. La letra se basa en un texto bíblico que aparece en el libro del profeta Habacuc 3:17-19. Es un himno a la esperanza: Si mis bolsillos están secos, mis llagas lloran más que la vida. Yo me gozaré en el Dios de mi salvación, Jesús, mi Señor, mi fortaleza”.

9. “Mariposa pompom” siempre ha sido una de nuestras canciones favoritas por su preciosa melodía y su excelente estructura rítmica. Habla de la transformación, de los cambios para el que los observa y no puede detenerlos. Está dedicada a Agustina, su segunda hija:

Mariposa que va dejando en nuestro capullo con ilusiones, Disney, fantasía… Te toco el pelo y no es igual, siento que ya te vas. Flor por abrir que quería yendo al mar juntando caracolas. La intimidad la escondes en cajitas yendo a pijamadas. Te veo crecer; la vida pasa… quiero evitar moquear cuando el novio venga”.

10. “Lucía” es una canción para su primera hija. Describe lo que representa la llegada de ese nuevo ser al hogar.

“Cuánto te esperé yo sentado acá; tu mirada sin maldad… cuánto te esperé yo sentado acá y por fin me mirarás”.

 La música comunica esa misma emoción, con una pincelada de ansiedad frente a lo que viene.

11. “Jugarse el alma” es una invitación a salir de la zona de bajón.

 “El sol se apaga sobre vos… pero no hay razón de quedarte ahí”

En esta hermosa canción Mollo realiza un interesante trabajo con su propia voz, dándole diversos colores que enriquecen la paleta musical del tema. En el final hay un excelente solo de guitarra.

12. “La misma canción” plantea que aunque cada vida es distinta, todos nos parecemos y cantamos la misma canción, entonces trabajemos por un mundo mejor. No lo hace desde una mirada rosa ni ingenua, pues habla también de la maldad, incluso la que hay dentro de nosotros. Musicalmente es un tema hermoso, que incluye breves solos de guitarra eléctrica muy bien logrados y tiene un puente con una línea melódica que toca las fibras más íntimas. Cada ser es un milagro raro, tan distinto a otros milagros, tan distinto a los demás. ¿Por qué no quererte así? ¿Por qué no aceptar tu piel? Vos, mi cuerpo y el cielo somos la misma canción”.

13. “Hacia tu amor” es un tema rítmico, hasta podría decirse bailable. La letra, que ve la vida como un viaje, plantea hacia dónde nos iremos el día que nos vayamos de este mundo:

“Yo me iré, mi alma partirá hacia tu amor”.

Es otro de nuestros temas favoritos por su rica musicalidad y la enorme energía que comunica. Cuenta con un hermoso solo de guitarra al final. La canción termina como empieza: con todo.

2. “Déjalo a Dios actuar” Dejamos para el final el segundo tema del álbum. Nos sorprendió que Marcelo Mollo incluyera un tema de nuestra autoría. Es una bellísima versión que grabó en 2010 con Hernán Tofoni, que aún nos sigue conmoviendo. Pensamos que resume muy bien “A la luz parte 2 – Almas rotas” hay dolores, tristezas y heridas, pero también es posible la sanidad interior cuando uno toma la decisión de ponerse en las manos de Dios y lo deja actuar.

Quizás haya un “A la luz parte 3”; lo esperamos con ansias, sabiendo que Marcelo Mollo volverá a sorprendernos.

© Pablo R. Bedrossian, 2025. Todos los derechos reservados.

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