Serie “PASAJES Y CALLES CURIOSAS DE BUENOS AIRES”
Ubicada en uno de los barrios más exclusivos de Buenos Aires, la calle Arjonilla –para algunos, un pasaje- tiene características únicas: es una de las calles más cortas de la ciudad, y su tramo principal es nada menos que una escalera. Los invito a conocerla y recorrerla.

El sector que tiene como centro una plazoleta ovalada con el busto de militar argentino Gelly y Obes, se conoce como La Isla. Ocupa una suerte de loma o pequeña colina que se eleva desde la Avenida Las Heras hasta el monumento al General Bartolomé Mitre, y está bordeada por las calles Agüero y Dr. Luis Agote, a las que se desciende a través de sendas escaleras de glamour parisino.

Allí se encuentran la Embajada de Inglaterra y la sede del Ministerio de Seguridad. Como si fuera un mirador, junto al monumento a Mitre, se observan una loma verde y la bella y ancha Avenida del Libertador. Precisamente allí, al terminar la avenida Gelly y Obes, nace a la izquierda la calle Arjonilla.

ARJONILLA
La calle Arjonilla tiene una única cuadra, que puede dividirse en dos partes. La primera -la más pequeña-, en declive, tiene una plazoleta ovalada en su centro, cuyo césped está rodeado de un cordón de granito. Su único detalle es un alto y refinado farol dorado de una sola lámpara.

A los lados de la plazoleta, la calle recién nacida se abre en dos estrechas vías de asfalto con sus respectivas aceras, que vuelven a reunirse enseguida, al inicio de la ancha y vistosa escalera. Podría decirse que es un diminuto boulevard, no apto para automóviles.

Detrás se observa el monumento a Mitre. Del lado noroeste hay unas rejas verdes de hierro seguidas del nacimiento de un muro símil bloques, que separan la calle del jardín de un edificio vecino; del lado noreste, se observa la loma cubierta de grama en la cual La Isla va descendiendo hacia la Avenida del Libertador.
La segunda sección de esta breve calle es una espléndida escalera. Si no conté mal, son tres grupos de once escalones cada uno, con anchas explanadas entre ellos.

Del lado derecho cuenta con una hermosa balaustrada que, en su final sobre la calle Agüero, presenta un farol dorado, similares a los dos que tiene a su inicio, donde termina el boulevard. Todos los faroles de la balaustrada, aunque más pequeños, son del mismo estilo del que alumbra la plazoleta.

Del lado izquierdo, el muro símil bloque se va mostrando imponente al descender las gradas. En su elevado borde superior horizontal, que se mantiene a la altura de la planta baja del edificio vecino, hay otra balaustrada con el mismo estilo.

En su final sobre la calle Agüero se levanta una enorme columna de capitel dórico, sobre el cual sólo quedan los restos de lo que fue una escultura.

Antes de llegar al capitel hay un bello aplique art nouveau, en hierro pintado de verde, del cual pende otro farol, siempre fiel al estilo de la calle, iluminando la escalera.

LA FUENTE DE LA POESÍA

Al final de Arjonilla, sobre la calle Agüero, se encuentra la “Fuente de la Poesía”, una bella fuente circular, hoy ocupada por personas que viven en la calle y los llamados trapitos, como popularmente se conoce a los cuidacoches informales argentinos.

En 1997, los artistas plásticos Enrique Banfi y Silvana Perl tuvieron la idea de crear allí un espacio de inspiración. Al caer la noche automáticamente se encendía un proyector que, cada 45 segundos, emitía versos de autores como Borges, Neruda, Machado, Guillén o Girondo, en forma continua. Judith Gociol en una nota escrita el mismo año de la instalación, comparte su experiencia: “La obra tiene forma especular. Como si se tratara de un espejo, arriba -sobre la piedra- el poema está quieto mientras que abajo, sobre la superficie de agua de la fuente, las palabras se mueven. De un lado se balancean las ramas, del otro las sombras. Las letras se achican o se agrandan con los cambios de tipografía, pero también con el movimiento del viento en esta noche algo fría y destemplada” [1].

La serie poética cesaba cada amanecer. Estas intervenciones urbanas de Banfi y Perl fueron de alguna manera predecesoras del video mapping.
EL DISEÑO DE LA CALLE EN ESCALERA

La Isla, con sus aproximadamente 82,000 metros cuadrados, era la quinta de la familia Hale-Pearson. En 1906, la Municipalidad de Buenos Aires decidió comprar los terrenos con el propósito de construir un barrio parque con un belvedere que diera al Río de la Plata. Para ello se contrató “al ingeniero y urbanista francés Joseph Bouvard, Director de Obras Públicas de París, quién se encargó del trazado de calles, terrazas, escalinatas y del diseño de ‘Plaza Mitre’”[2] que es el otro nombre que recibe La Isla. De modo que podemos, en principio, señalar a Bouvard, quien había sido director administrativo en el área de Arquitectura, Paseos y Forestación de París[3], como el creador de la bella y breve Arjonilla.

Cabe agregar que en La Isla hay además otras tres calles con escaleras: dos sirven como descenso peatonal a la calle Guido (una hacia Agüero, la otra hacia Dr. Luis Agote); la tercera se encuentra al final de la calle Copérnico.
ACERCA DEL NOMBRE DE LA CALLE
Según el historiador Miguel Iusem, el nombre Arjonilla proviene de una villa de España, en Jaén, Andalucía. En ese lugar, el 23 de junio de 1808 se libró una batalla donde se destacó por su coraje José de San Martín, el futuro Libertador de América, que en aquel entonces estaba al servicio de la Madre Patria. Durante el combate, tal como sucedería después en San Lorenzo, San Martín fue salvado de morir, esta vez por un soldado llamado Juan de Dios[4].
DATO FINAL
La numeración de la calle se extiende del 2300 al 2400, pero no se le ha asignado código postal pues obviamente no existe ninguna propiedad cuyo frente se encuentre en la calle Arjonilla.

ALGUNAS FOTOS MÁS
La mayoría de las fotos fueron tomadas durante una a visita a Buenos Aires a principios del 2015, en un día muy nublado y oscuro. Tomé otras en 2014 durante un día de sol. Recorrí por primera vez el pasaje Arjonilla antes de tener 20 años. Siempre me cautivó.
© Pablo R. Bedrossian, 2015. Todos los derechos reservados.
REFERENCIAS
[1] Gociol, Judith en http://edant.clarin.com/diario/1997/10/04/e-07201d.htm
[2] DG en http://diager-arte.blogspot.com/2008/10/una-isla-en-recoleta.html
[3] Parise, Eduardo en http://www.diasdehistoria.com.ar/content/la-isla-acento-franc%C3%A9s-en-recoleta
[4] Iusem, Miguel, “Diccionario de las calles de Buenos Aires”, p.29, Instituto Rioplatense de Ciencias, Letras y Artes (IRCLA S.A.), Buenos Aires, Argentina, 1971
CRÉDITOS MULTIMEDIA
Todas las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.
Me parece interesantísimo este blog,felicito al autor.Tuve la grata experiencia de recibir capacitación acerca de Buenos Aires como ciudad educadora,siendo docente hsta hace poco tiempo.Además de ese feliz conocimiento,soy una porteña enamorada de esta maravillosa ciudad.Gracias por toda la información brindada,enriquece mis saberes y a mi Grupo de facebook https://www.facebook.com/groups/486115001569931/
Pueblos,barrios y rincones con encanto
Atte: Adrima
Muchas gracias por tus palabras. Verás que en este blog hablo de todo, pero Buenos Aires ocupa un lugar especial en mi corazón, pues he vivido una buena parte de mi vida allí, aunque hace 14 años que vivo en Honduras, Centroamérica. Quizás la única ventaja de vivir lejos radica que en cada visita a la Reina del Plata la vuelvo a mirar con el asombro de un niño. Esta semana subiré una actualización sobre los pasajes Dantas y Granville, de los cuales hablé en «Tres curiosas calles de mi Buenos Aires querido». ¡Cordiales saludos!
Sr Bedrossian, ¿es cierto que hay un par de poblados llamados «Armenia» en Honduras? Si sabe algo, por favor ilústrenos al respecto. Gracias.
Estimado Eduardo, un honor recibir su mensaje, Hay más de dos. Puede leer mi artículo cuyo link acompaña este post. Luego de su publicación, encontré, además de los citados, un nuevo sitio llamado Armenia en el Departamento de Copán, en el occidente de Honduras. Cordiales saludos y muchas gracias! http://guiamenc.blogspot.com/2009/07/sitios-de-centroamerica-que-se-llaman.html
Impecable. Inspirador. Didáctico. Gracias por tomarte el trabajo -sé que lo hacés con placer- de investigar para enseñarnos.
¡Gracias, Marijo! En realidad, todos somos deudores a aquellos que se tomaron el tiempo para hacer Buenos Aires y los que se tomaron el tiempo de contar su historia. ¡Abrazo grande!