TITIRITEROS
Siempre eran los mismos. Ellos. Nos encerraban aun sabiendo que éramos inertes. Nos movilizaban sólo para sus funciones, usándonos como si fuéramos guantes.
Nos dirigían. Para ellos sólo éramos muñecos manipulables, personajes de tela y papel maché, provisorios y descartables.
Ahora noto cierto temblor. Las manos que nos mueven dudan. Percibo en sus movimientos oscilantes un miedo creciente.
Repentinamente temen convertirse en nosotros. El olor que despiden nos revela otra monstruosa idea que los atormenta: que nosotros nos volvamos ellos.
© Pablo R. Bedrossian, 2014. Todos los derechos reservados.